El enviado especial de las Naciones Unidas contra la tortura, Juan E. Méndez, después de su primera visita al país, ha lamentado públicamente, este pasado miércoles, que las leyes contra la tortura y los malos tratos «no se apliquen» en Mauritania.
Mostrando su satisfacción sobre las nuevas leyes para la Prevención y la Sanción de la Tortura, aprobadas en septiembre de 2015, describió este arsenal jurídico como «ejemplar».
Sin embargo, «las garantías jurídicas contra la tortura y los malos tratos están en su lugar, pero no se cumplen», declaró Méndez. «El sector judicial en Mauritania debe comprender que existe un problema en esta área y debe intensificar sus esfuerzos para implementar estas garantías de protección», agregó.
El enviado de la ONU dijo que había visitado «sin restricciones» todos los lugares, incluyendo la famosa prisión de Salaheddin (norte), donde hay salafistas presos en el corredor de la muerte considerados peligrosos.
En conversaciones con los presos, muchos de ellos han descrito diversas formas de coacción ejercidas por la policía en las fases de detención e interrogatorio que constituyen trato cruel y degradante: «golpes, amenazas, insultos y puñetazos» aunque, de acuerdo con algunos testigos este tipo de tratamiento no es sistemático.
Sin embargo, «las condiciones de vida de los presos son inhumanas» en general, resumió Méndez, y señaló que las prisiones están superpobladas «a menudo son insalubres y están mal ventiladas, sin acceso a servicios sanitarios, actividad física y aire libre”.
Aseguró que enviaría sus recomendaciones al gobierno para que pueda tomar las medidas necesarias antes de enviarlas a las Naciones Unidas.
africatime.com
Fundación Sur