Según un estudio del think tank emiratí Future for Advanced Research and Studies (FARS), el Estado Islámico (EI) está empezando a ganar terreno en el continente africano, poniendo en peligro la estabilidad regional. Este laboratorio de ideas ya apuntó en un análisis publicado el 20 de junio que existían indicios de que el EI había asistido a las Fuerzas Democráticas Aliadas (FDA), grupo insurgente activo en Uganda y la República Democrática del Congo (RDC), y a Ansar al-Sunna, grupo islamista militante de Mozambique en sus actividades terroristas.
El autor del estudio, Hamdy Abdel Rahman, destaca que estas organizaciones militantes quieren seguir el modelo ideológico del EI. Esto se ejemplifica claramente en el caso de la Provincia del Estado Islámicos de África Central (o, Wilayat de África Central), que ha llevado a cabo una campaña de propaganda en los medios.
Por su parte, las FDA establecieron contacto con el EI en una etapa muy temprana y se ha beneficiado de los contactos y enlaces de la extensa red yihadista para asegurarse los servicios logísticos y financieros. A partir de 2019, el EI dedicó su atención en los comunicados a su nuevo brazo en la RDC y el norte de Mozambique, jactándose de su supervivencia a pesar de las derrotas en Siria e Irak.
En la última reunión de la Coalición Global contra el terrorismo islamista, celebrada en Roma el pasado lunes 28 de junio, los miembros del grupo reconocieron la amenaza que supone la intensificación de la actividad de grupos afiliados a Daesh y al EI en la región del África Subsahariana, especialmente en el Sahel y África Oriental. También se comprometieron a trabajar con cualquier país que solicitara su apoyo para combatir a la amenaza del EI.
La expansión del EI en África complica los esfuerzos de acabar con la lacra del terrorismo de corte yihadista, ya que se reclutan más combatientes extranjeros de la región y del exterior, impulsando la retórica de la yihad violenta en unas condiciones de seguridad extremadamente inestables. Esto compromete la estabilidad regional. El estudio concluye arguyendo que la derrota de Boko Haram y la muerte de su líder, Abubakar Shekau, podría llevar a la rama del Estado Islámico en África Occidental, liderada por Abu Musab al-Barnawy a consolidar su posición dominante en la región.
Fuente: Egypt Today
[Traducción y edición, Omar Benaamari Hedioued]
[Fundación Sur]
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