Se espera que una máscara Makonde robada, que el propietario de un museo suizo compró en París, Francia, en los años 80, y que exhibió durante décadas en su museo en Ginebra, antes de devolverla a Tanzania, la semana pasada, permanezca en su hogar a partir de ahora.
Jean Paul Barbier Muller, el rico comisario suizo que devolvió la máscara a Tanzania después de años de negociaciones impulsadas por el Consejo Internacional de Museos, con sede en París, aseguró que la pieza de arte que fue robada del Museo Nacional de Tanzania y vendida a comerciantes europeos, no debería volver a Occidente. “Hemos firmado un contrato con el gobierno de Tanzania, y hemos devuelto la máscara (como regalo) aunque nunca obtuvimos ninguna prueba de que hubiera sido robada del museo de Dar Es Salaam”, declaró Barbier.
El coleccionista suizo culpa a los oficiales del museo tanzano de irresponsabilidad, y cree que ellos vendieron la máscara a coleccionistas europeos que después se la vendieron a él. Barbier dice que su museo en Suiza todavía tiene más máscaras Makonde, que provienen del vecino Mozambique.
El coleccionista suizo siempre se había negado a devolver la máscara por temor a que pudiera ser vendida de nuevo a otros coleccionistas de arte occidentales y la pieza volviese a encontrar su camino de regreso a Europa o Norteamérica.
Valiosísimas piezas de arte de Tanzania se exponen por toda Europa y Norteamérica.
En 1990, un profesor italiano de la universidad de Perugia, Enrico Castello informó de que el museo de Barbier tenía esa máscara Makonde que podría haber sido robada del museo de Dar Es Salaam.
El museo suizo inmediatamente transmitió la información de que la máscara había sido comprada en París en 1985. La pieza había sido robada en el museo de la capital de Tanzania, junto con otras 16, en 1984.
(Daily News, Tanzania, 25-05-10)