Un grupo de candidatos políticos de diferentes partidos pertenecientes a la ciudad de Yei (sur de Sudán) se han reunido durante varios días y han querido por propia iniciativa diseñar y consensuar un código de conducta que les guíe hasta las elecciones del año 2010.
Estamos hablando de una democracia que todavía es casi inexistente, ya que las elecciones de los últimos 20 años nunca se han vivido de manera libre, y precisamente debido a este contexto tan peculiar de posconflicto –después de 20 años de guerra civil– este testimonio me parece aún más valioso si cabe. No creo exagerar si digo que muchos de estos puntos de este código de conducta deberían ser obligatorios para políticos en muchas otras latitudes (y no miro a nadie).
Por último, y como contraposición a lo que pasa en otros lugares y continentes, me parece importante resaltar la importancia que el documento da a la(s) iglesia(s) como parte integrante y representativa de la sociedad civil y particularmente, en la creación de una conciencia cívica e incluso en la promoción de valores. En otros ambientes, la simple mención de estos elementos religiosos sería impensable y se interpretaría como una incorrección política.
Creo que es toda una lección de honradez y de buenos principios para nuestras maduras democracias occidentales.
Aquí el texto en cuestión:
Nosotros, hijos e hijas de Yei, que nos ofrecemos para servir y representar a nuestro pueblo, persiguiendo un ambiente sano para los próximos comicios, reconociendo que para la mayoría de nuestra gente es la primera experiencia de democracia pluripartidista,
sabiéndonos conscientes del deber y la responsabilidad confiadas a nosotros por nuestro pueblo como sus representantes presentes o futuros, nos comprometemos a lo siguiente:
• 1. A la democracia pluripartidista.
• 2. A adherirnos a la ejecución íntegra del Acuerdo Integral de Paz, las provisiones de la constitución interina de Sudán, la ley de Elecciones Nacionales de 2008 y otras leyes.
• 3. A una campaña electoral responsable: nos ceñiremos a los temas, programas electorales e ideología, no a las personalidades, y proveeremos información correcta y veraz, no falsedades, sospechas ni supuestos.
• 4. A evitar asesinatos, acosos, violencia, difamación, incitamiento, falsas informaciones, ataques personales, nepotismo, tribalismo, compra de votos, hechicería y cualquier tipo de daño, junto a otras prácticas ilegales e inmorales.
• 5. A respetarnos a nosotros mismos, a otros candidatos y a nuestros votantes, sus culturas y tradiciones: teme a Dios y haz a otros lo que tú querrías que ellos te hicieran a ti.
• 6. A evitar prácticas corruptas que vayan en detrimento de la igualdad de oportunidades de todos los partidos, incluyendo el mal uso de de propiedades gubernamentales para fines electorales.
• 7. A participar en iniciativas que promuevan diálogo y cooperación entre los partidos en temas que sean de interés para el pueblo, particularmente aquellos temas ya mencionados por parte de la iglesia y la sociedad civil.
• 8. A respetar y promover equidad de género.
• 9. A alentar la libertad de expresión, pero también el uso responsable de los medios de comunicación, especialmente internet.
• 10. A dar la bienvenida a la contribución de la sociedad civil (incluyendo comunidades de fe) en la educación cívica, incidencia política, supervisión, fomento del diálogo y promoción de valores.
• 11. Si perdemos, aceptaremos la derrota con honor y respeto y felicitaremos al ganador. Si ganamos, respetaremos al perdedor y trabajaremos por la igualdad de todos, sin tomar en cuenta por quién votaron.
Animamos a todos los partidos y las personas no presentes en esta reunión a que abracen también los principios recogidos en este código de conducta.
«Sé bueno para con tus votantes cuando vayas para arriba porque te los encontrarás cuando bajes»
(Firma de los representantes de los partidos y lista de participantes
Original en :