En nuestro barrio, el toque de queda se ha ampliado una vez más, hasta el 4 de febrero de 2011.
La situación sociopolítica no ha cambiado mucho. Las negociaciones continúan a nivel internacional (Bamako, Nueva York y Addis Abeba). También se presentan muchas soluciones: volver a contar los votos, el reparto de poder, etc. Es muy difícil desenredar los hilos que llevan enredados mucho tiempo. Ta les la situación que se presenta que yo pienso que la mejor solución será marfileña. La solución vendrá del interior del país. Pero la incertidumbre todavía perdura. ¿Para cuándo, una solución duradera?
Nuestro barrio está en calma, los montones de basura que jalonaban las calles están siendo recogidos. El ambiente exterior da la impresión de que todo vuelve a la normalidad. Pero en el fondo, la situación es tensa, frágil e inestable. El tejido social está sufriendo los golpes: familias divididas, grupos étnicos que han perdido la confianza mutua, el problema étnico parece agravarse de día en día. La brecha regional se hace más profunda cada día.
Signos de esperanza: el foro de religiosos organiza encuentros de reflexión y de oración en los diferentes lugares de culto de la ciudad. Estos encuentros son muy concurridos. Su objetivo es mostrar a la gente que el conflicto no es religioso, ni étnico, sino sobre todo político. Este domingo, 29 de enero, el encuentro tuvo lugar en una mezquita de nuestro barrio. El imán, Koné I. Koundous invitó a todo el mundo a trabajar juntos por la paz en el país. Además, insistió en que las religiones no deben ser fuente de problemas, sino para la paz social, porque los que buscan verdaderamente a Dios no pueden ser otra cosa que artesanos de la paz, por el perdón. Los otros líderes religiosos han hablado en la misma línea. La semana próxima, el encuentro tendrá lugar en una iglesia de Treichville. Hay una verdadera búsqueda de paz.
(Correspondencia desde Abidjan, 03-02-11)
