En el norte de KwaZulu-Natal, la Señora Fikile, que luchaba contra la apertura de una mina a cielo abierto en donde se encuentra su aldea, fue asesinada a tiros, por tres hombres armados que invadieron su casa.
¿Cuáles son los componentes del problema?
- 1) La compañía minera Tendele que opera en el lugar desde 2006, y que quiere expandir sus operaciones en 22 000 hectáreas a cielo abierto, en pleno poblado, lo que significaría que unas 200 familias tendrían que ser reubicadas;
- 2) los campesinos dueños de terreno que aceptan el ofrecimiento de vender sus tierras y ser reubicados;
- 3) los que se niegan a vender sus tierras, su único medio de vida y por las que sienten un apego ancestral. Y luego están las autoridades que tienen que decidir.
¿Quién es responsable del asesinato?
Nadie había sido arrestado a la hora de escribir este artículo y la policía pretende que aún se desconoce el motivo del asesinato. El director de la compañía minera clama que ellos no tienen nada que ver con el crimen y han dado el pésame a la familia y condenado la violencia.
La minería es una de las industrias más antiguas de Sudáfrica, pero produce preocupación por la contaminación del aire y los problemas de salud de las comunidades mineras, así como por la pérdida de tierras de pastoreo.
Pero las autoridades ven, por otra parte, la necesidad de impulsar la economía y generar empleos.
¿Cuál es la situación actual?
Las 21 familias que no quiere vender han llevado a la empresa a los tribunales y el plan de expansión está paralizado. Esas mismas familias están recibiendo amenazas de muerte: «Estamos recibiendo amenazas de muerte porque no queremos mudarnos«, dice un vecino. La gente vive aterrada. Entre las amenazas está la de matar al sustentador de cada familia.
Quienes viven con miedo en medio de las negociaciones dicen que la empresa minera no hace lo suficiente para traer la calma. Pero el directo de la mina asegura que estas afirmaciones son infundadas y que no hay conexión con la supuesta intimidación. Insiste en la necesidad de dialogar para lograr un equilibrio entre beneficios económicos y las preocupaciones ambientales y el apego ancestral a la tierra. Y añade: “Tenemos que encontrar una manera en que podamos escucharnos unos a otros, de lo contrario, el riesgo de violencia futura es terrible”.
Bartolomé Burgos