Un árbol que podría regenerar las zonas áridas de África. por Bartolomé Burgos

22/06/2018 | Bitácora africana

boswellia.png Un árbol con gran resistencia a la sequía podría ayudar a restaurar algunas tierras de bosque degradadas, en África.

¿A qué árbol nos estamos refiriendo?

Se trata de una especie del árbol del incienso que se desarrolla con vigor, incluso en tierras de aridez extrema: crecen y se reproducen con muy poca lluvia. Esta especie de árboles salvajes se da en el Cuerno de África (Etiopía, eritrea y Sudan) y producen una resina utilizada para fabricar incienso y perfumes. Desgraciadamente el árbol del incienso se enfrenta a serios riesgos.

¿Qué riesgos son esos?

Para obtener la resina hay que realizar cortes en las ramas. Si esos cortes son excesivos en árbol sufre en su crecimiento y reproducción. Los ganaderos queman la hierba para que brote hierba tierna y esto impide que las nuevas plantas y semillas se desarrollen. La deforestación, que afecta más a los bosques secos que a los húmedos, también es un serio riesgo. Con todo se ha desarrollado una nueva especie que parece bien dotada para superar estos riesgos.

¿Qué nueva especie es esa?

Se trata de la Boswellia neglecta, que es nueva porque son árboles de entre 16 y 28 años, y tienen una capacidad extraordinaria para absorber la humedad, se adapta muy bien a la sequía y crece el doble que las especies tradicionales. Esta especie abunda en las tierras secas de etiopia, que cubren el 40% de su territorio. También se encuentra en Kenia, Somalia, Tanzania y Uganda. La reina de estos arbustos procura el 30% del presupuesto familiar a las gentes de la región.

¿Puede esta especie producir algunos otros beneficios?

Su capacidad de absorción de humedad lo hace responder muy bien al cambio climático. Por consiguiente es capaz de restaurar las tierras degradadas de Etiopía y África del Este, en donde se desarrolla. También podría utilizare en esquemas de restauración de otros terrenos donde el clima es semejante. Podría también aumentar la cantidad de lluvia en terrenos áridos y estimular la economía local. Con todo, hay que ser cautos porque el potencial de restauración Boswellia neglecta no se ha verificado todavía.

Autor

  • Bartolomé Burgos Martínez nació en Totana (Murcia) en 1936. Sacerdote miembro de la Sociedad de Misiones de África (Padres Blancos), es doctor en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma, 1997. Enseñó filosofía en el Africanum (Logroño), en Dublín y en las ciudades sudanesas de Juba y Jartum. Fue fundador del CIDAF (Centro de Información y Documentación Africana) a finales de los setenta, institución de la que fue director entre 1997 y 2003.

    Llegó a África con 19 años y desde entonces ha vivido o trabajado para África y ha visitado numerosos países africanos. De 2008 a 2011 residió en Kumasi, Ghana, donde fue profesor de filosofía en la Facultad de Filosofía, Sociología y Estudios Religiosos de la Universidad de Kumasi. Actualmente vive en Madrid y es investigador de la Fundación Sur.

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