El cuerpo de Justin-Marie Bomboko descansa ya eternamente en el cementerio de Gombe. El 22 de abril por la mañana, el jefe de Estado de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, fue el primero en inclinarse ante los restos mortales del ilustre fallecido. Su entierro se produjo después de haber recibido merecidos homenajes por parte de su familia, de la clase política y de personas anónimas venidas desde todos los rincones del Congo.
Nacido el 22 septiembre de 1928 en Ecuador y murió el 10 de abril de 2014 en Woluwe-Saint-Lambert en Bruselas.
El Presidente del Senado Leon Kengo wa Dondo, pronunció un emotivo panegírico: Justin-Marie Bomboko fue un hombre de gran corazón y dedicó toda su vida a la diplomacia. El presidente subrayó el valor que tuvo para tomar decisiones, a veces muy difíciles, a los ojos de la gente común, por el interés de la nación. Él fue el último mandatario que firmó el documento de la independencia de la República Democrática del Congo en 1960. Bomboko fue un reconocido estadista además de un hombre muy generoso y con una gran capacidad para escuchar. Escuchaba a los demás para comprender sus deseos e inquietudes y aplicarlos entonces a la diplomacia.
Para él, la diplomacia congoleña fue un ejercicio prudente, sabio y eficaz. Nuestras victorias sobre el enemigo, decía, no fueron sólo militares, fueron, sobre todo, diplomáticas. Estaba dotado de un gran talento para unir a las personas y siempre trabajó para que los hijos e hijas de su país permanecieran unidos.
Su mensaje en los todos los foros nacionales e internacionales a los que acudía era siempre el mismo: la unidad y la integridad del territorio nacional.
A sus 86 años deja la imagen de un mito, en el sentido más positivo de la palabra, en la historia política de la República Democrática del Congo.
Es importante recordar que estuvo presente, de una forma u otra, en todos los momentos clave de la historia del Congo desde su independencia hasta la Tercera República.
No escapó a los horrores de la intolerancia y su viaje no fue siempre fácil. Estuvo un tiempo en la oposición, fue detenido, encarcelado, desterrado y expulsado de la vida política durante varios años. Después de la toma del poder por Laurent-Désiré Kabila, permaneció en el Congo bajo la protección diplomática belga. A pesar de que a lo largo de su vida hubo épocas en las que se le privó de libertad él continuó manteniendo su libertad de pensamiento. Esto fue lo que le permitió soportar esos tiempos difíciles sin rencor ni ánimos de venganza.
Hasta sus últimos días, a pesar de los ataques de su enfermedad, mantuvo esa capacidad de análisis y lucidez que le ayudó a sobrevivir en las épocas más difíciles sin perder el equilibrio, la tolerancia y el respeto de los unos por los otros.
Que su alma descanse en paz.
Peter Tshibangu
La Prosperité
