Hoy, 23 de abril, se celebra el Día Internacional del Libro, un día para remarcar los beneficios de la lectura. Esta fecha conmemora el aniversario de la muerte de dos de los más grandes escritores de la historia, William Shakespeare y Miguel de Cervantes, hace exactamente 403 años (23 de abril de 1616). La UNESCO aprovechará la ocasión para promover la lectura, las publicaciones y el copyright. El evento de este año presta especial atención al rol de las lenguas indígenas. Fountain Publishers ha estado a la cabeza de la industria editorial en Uganda, produciendo material educativo y literario durante más de 30 años. En este XXIV Día Internacional del Libro hablamos con el fundador de Fountain Publishers, James Tumusmine, sobre el estatus de la lectura y su futuro en Uganda.
P: ¿Cual es el estado actual de la cultura del libro en Uganda?
R: Uganda ha invertido mucho en educación y esto es algo positivo, pero la inversión necesita ser estimulada con inversión en libros y en bibliotecas. Una democracia está guiada por el conocimiento; para que una democracia sana funcione, la gente debe leer, debatir y compartir políticas alternativas.
Debido a la singular historia de Uganda (décadas de inestabilidad y desgobierno), tenemos la particularidad de ser el único país del Este africano que no tiene una biblioteca nacional. Pero este no ha sido siempre el caso. Uganda llegó a tener bibliotecas en cada distrito. Los problemas políticos de los regímenes tras la independencia acabaron con esas bibliotecas. Cuando el actual gobierno llegó al poder en 1986, no tuvieron opción, y priorizaron los sectores básicos, es decir, la comida, la seguridad y los desplazamientos.
Pero ahora que el país es estable y seguro, la falta de inversión en bibliotecas es una gran omisión que necesita ser rectificada. La cultura del libro ha sufrido también debido al inapropiado énfasis en aprobar los exámenes y en aumentar la competitividad en los centros educativos. El tipo de enseñanza llevada a cabo en la mayor parte de los colegios, la preguntas utilizadas en los exámenes y los objetivos del sistema no son convincentes ni estables. Estos métodos no inspiran una saludable cultura del libro.
Los estudiantes son forzados a memorizar hechos y datos empaquetados en folletos y libros de texto. Muchos ugandeses, por tanto, interpretan la lectura como un castigo desde una edad temprana. Es por eso que, después de exámenes importantes como el Primary Seven o el Senior Four, los niños encienden una hoguera y queman sus libros.
No hay sitio para la indagación, el descubrimiento y el intercambio de ideas, que habrían inculcado una cultura de lectura vibrante. El conocimiento está destinado a ser compartido, debatido y mejorado. En cambio, en nuestros sistemas, las mismas preguntas de hace mucho tiempo se establecen una y otra vez, y se esperan las mismas respuestas.
P: ¿Por qué necesitamos leer?
La lectura mejora las habilidades vitales de los estudiantes y los adultos, y consecuentemente, mejora el estado del país, en el que la gente es el recurso más valioso. Cuando el sistema de educación de un país no valora la lectura fuera de las clases, el país sufre. La gente necesita compartir experiencias a través de libros de autoayuda o libros de texto para apreciar su entorno, entender su cultura y utilizar esta información para prosperar.
Un buen sistema educativo protege la experimentación, implementación, la examinación y el desarrollo. El Gobierno, trabajando con tecnócratas y responsables políticos, ha tratado de mejorar el sistema educativo de Uganda, pero el actual sistema es tan fuerte que echa abajo todos los esfuerzos.
Como publicadores, tenemos la importante labor de actuar. Si solo nos enfocamos en las escuelas, dándoles información para que se la transmitan a sus estudiantes para que las vomiten como una cinta transportadora, estaríamos descuidando nuestros deberes. Nuestro deber es agitar la creatividad e involucrar a los buenos escritores para mejorar la experiencia de lectura y cultivar un individuo sano. Si Uganda se va a convertir en un estado de rentas medias, los libros y las bibliotecas son parte integral de lo que se necesita. Sería una gran decepción que el gobierno no priorizara esta. Una cultura bibliotecaria es una parte vital de todo país desarrollado. En los Estados Unidos, casi todos los presidentes que se retiran comienzan una biblioteca para consolidar su legado, pero en Uganda no tenemos una biblioteca de Milton Obote o una biblioteca de Idi Amin.
Fuente: Uganda New Vision
[Traducción y edición, Javier Ramos López]
[Fundación Sur]
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