La oficina del primer ministro de Uganda está investigando las acusaciones realizadas contra sus funcionarios por defraudar a los donantes al inflar el número de refugiados y desviar la ayuda alimentaria. El país de África Oriental alberga a más de 1 millón de personas que huyeron de la guerra en Sudán del Sur y alrededor de 400.000 más desde Burundi y la República Democrática del Congo, una operación de ayuda masiva que los denunciantes informaron que había sido objeto de fraude.
Julius Mucunguzi, portavoz de la oficina del primer ministro, que se ocupa de asuntos de refugiados en el extranjero, comunicó a Reuters que «El gobierno tomó (las acusaciones de las agencias de la ONU) seriamente e inmediatamente inició una investigación».
Las agencias de los Estados Unidos han exigido a Uganda «una auditoría adecuada sobre los números (de refugiados) porque el proceso de verificación… no ha sido lo suficientemente sólido». Mucunguzi recalcó que era demasiado pronto para decir si las acusaciones eran ciertas: «Es probable que haya malicia y personas que quieran manchar un buen programa».
A medida que el número de refugiados aumentó desde mediados de 2016, los donantes respondieron a las solicitudes urgentes de ayuda adicional.
La Unión Europea, un importante donante, explicó que las acusaciones habían sido remitidas a su propia oficina de lucha contra el fraude para su investigación. La delegación de la UE en Uganda añadió que «es de suma importancia abordar de manera rápida y exhaustiva cualquier acusación de malversación con el fin de no perjudicar… el apoyo público de los contribuyentes europeos»
La corrupción está muy extendida en Uganda y los juicios con exito en estas cuestiones son poco frecuentes y suelen estar dirigidos a funcionarios de bajo rango.
Fuente: Channel NewsAsia
[Traducción; Muriel Balda Aspiazu]
[Fundación Sur]
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