La captura del comandante Dominic Ongwen del Ejército de la Resistencia del Señor (ERS, Lord’s Resistance Army – LRA, en sus siglas inglesas) es un duro golpe contra este bien conocido grupo rebelde, pero todavía es incierto si y como este antiguo niño soldado se enfrentará a los tribunales.
Las opciones van desde un juicio ante la Corte Criminal Internacional (CCI, International Criminal Court – ICC, en sus siglas inglesas), en la que se le reclama por crímenes contra la humanidad, hasta un simple proceso e incluso una amnistía en su propia patria (Uganda)
Durante la semana pasada, fuerzas de los Estados Unidos,
desplazadas para seguir los movimientos del ERS, declararon que un hombre que se identificaba como Ongwen se Había entregado en la República Centro Africana. Posteriormente las autoridades ugandesas confirmaron que se encontraba bajo su custodia, y que iba a ser enviado a Uganda.
“Cuando esté aquí decidiremos lo que se va a hacer con él”, declaró a la agencia Reuters el portavoz del gobierno Ofwono Opondo.
El Ejército de la Resistencia del Señor se levantó contra el gobierno en el norte de Uganda a finales de los años 80, liderado por Joseph Kony. Pronto el grupo se hizo conocer por su gran brutalidad, capturando niños/as para servir como soldados y esclavas sexuales y mutilando a sus prisioneros. Muchas de las víctimas eran de la propia tribu Acholi, que el Ejercito del Señor pretendía defender contra el gobierno de Uganda.
En 2003, el gobierno ugandés acusó al ERS ante la recién creada Corte Criminal International. Dos años después, salieron las órdenes de detención y captura, emitidas contra Kony, Ongwen y otros dos comandantes. Éstas fueron las primeras órdenes emitidas por la corte de La Haya.
Para aquellas alturas, gran parte del ERS ya había abandonado Uganda y merodeaba por largas zonas “sin ley ni orden” del Sur de Sudán, de la República Democrática del Congo y de la República Centro Africana.
Ahora que Ongwen está bajo custodia, grupos de derechos humanos insisten en que debería ser enviado a La Haya para ser juzgado. “Las autoridades deberían utilizar esta oportunidad para mostrar que se hace justicia entregándolo a la CCI”, dijo Elise Kepper, asistente directora del programa internacional de justicia del Observatorio de Derechos Humanos (Human Rights Watch, en Inglés).
Sin embargo, no hay ninguna garantía de que eso va a suceder. Washington no es un miembro de la ICC, aunque haya colaborado con la corte de varias maneras en el pasado. Además el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, se ha convertido en un opositor declarado de la CCI. La acusa de centrar su atención en líderes africanos y ha incitado a los países africanos para que abandonen esta institución.
Oficiales ugandeses han manifestado claramente que la CCI no es la única opción que ellos consideran contra Ongwen. “Cuando Museveni presentó el caso del ERS a la CCI hizo un error,… Ongwen debería ser juzgado aquí y no en ningún otro lugar”, dijo Christopher Acire, un Acholi miembro del parlamento ugandés.
Uganda podría lanzar un desafío a la CCI, declarando que es capaz y que está dispuesta a juzgar a Ongwen sobre acusaciones muy similares a las que se enfrentaría en La Haya.
Pero también existe la posibilidad de que Ongwen nunca sea juzgado. Bajo una ley de amnistía, aprobada el año 2000, Uganda ha amnistiado a más de 13.000 antiguos rebeldes. No está claro si lo mismo sería posible con Ongwen, ya está acusado por la CCI. Actualmente no recae sobre él ninguna acusación formal de crímenes en Uganda.
Ongwen de 34 años de edad, fue capturado por el ERS, mientras se dirigía a la escuela, cuando tenía 10 años. Gradualmente subió en los rangos del grupo rebelde hasta el puesto de comandante.
El hecho de haber comenzado como “niño-soldado” podría ayudarle para beneficiarse de la voluntad de la comunidad Acholi de perdonar a los antiguos rebeldes, especialmente a los que se vieron obligados a cometer crímenes cuando aún eran niños. Algunas destacadas figuras entre los Acholi dicen que sus crímenes, que parecen incluir asesinatos y esclavitud, serán una dura prueba para la capacidad del pueblo de perdonar.
Pero no todos están de acuerdo con la amnistía. “Hay una fuerte convicción de que algunas personas tienen que enfrentarse a la justicia por sus actos… Él es actualmente un adulto bien conocido por su ferocidad”, dijo Michael Otim, un Acholi que dirige el Departamento del Centro Internacional de Justicia Transitoria.
Actualmente unos 250 rebeldes del ERS continúan activos. Por lo tanto, la manera como este caso es tratado podría tener un gran impacto sobre la decisión de los integrantes actuales del ERS de abandonar el grupo o de continuar la rebelión.
Fuente: BBC Focus on África, 9 de enero 2015
Presentado por Jesús Zubiría