Uganda ha desplegado un número indeterminado de tropas en Sudán del Sur para proteger al frágil gobierno del presidente Salva Kiir, ya que la fuerte rivalidad con su vicepresidente Machar amenaza con el regreso de la guerra civil en esta nación del este de África.
Fuerzas especiales ugandesas se han desplegado en Yuba, capital de Sudán del Sur, «para apoyar al gobierno de Sudán del Sur» ante un posible avance rebelde sobre la ciudad, declaró el mayor general Felix Kulayigye, portavoz del ejército ugandés. «Enviamos una fuerza allí hace dos días«, afirmó. «No estamos allí para mantener la paz«.
Al desplegar soldados ugandeses en Yuba, el presidente ugandés, Yoweri Museveni, actuó como garante del proceso de paz que mantiene unidos a Kiir y Machar en un delicado gobierno de unidad nacional, declaró Kulayigye a The Associated Press el día 11 de marzo.
Kiir y Museveni son aliados, habiendo intervenido el presidente ugandés en el pasado en el conflicto de Sudán del Sur para mantener a Kiir en el poder. El despliegue de tropas ugandesas en Sudán del Sur pone de relieve la creciente tensión en este país productor de petróleo, asolado por la inestabilidad política y la violencia desde su independencia de Sudán en 2011.
Estados Unidos ordenó el día 9 de marzo a su personal gubernamental no esencial que abandonara Yuba. La ONU advierte de «una regresión alarmante que podría borrar años de progreso logrado con esfuerzo» en Sudán del Sur.
Las últimas tensiones son el resultado de combates en el norte del país entre las tropas gubernamentales y una milicia rebelde, conocida como el Ejército Blanco, que se cree ampliamente aliada de Machar.
Un general sursudanés murió al encontrarse entre las varias personas que eran transportadas por un helicóptero de las Naciones Unidas, que fue atacado cuando realizaba una misión de evacuación de las tropas gubernamentales de la ciudad de Nasir, escenario de los combates en el estado del Alto Nilo. A principios de semana, después de que el Ejército Blanco invadiera la guarnición militar en Nasir, las tropas gubernamentales rodearon la casa de Machar en Yuba y varios de sus aliados fueron arrestados. El subjefe del ejército, general Gabriel Duop Lam, considerado leal a Machar, se encontraba entre los detenidos.
Kiir había provocado la ira del grupo de Machar a principios de año al despedir a funcionarios considerados leales a Machar, quien ha denunciado que las «persistentes violaciones mediante decisiones y decretos unilaterales amenazan la existencia misma» de su acuerdo de paz.
Kiir instó a la calma tras el incidente del helicóptero de la semana pasada, afirmando en un comunicado que su gobierno «gestionará esta crisis y se mantendrá firme en el camino de la paz«. La guerra civil estalló en Sudán del Sur a finales de 2013, cuando una disputa entre Kiir y Machar subió de tono hasta convertirse en un enfrentamiento étnico. Kiir, de etnia dinka, acusó a un grupo de soldados leales a Machar, de etnia nuer, de intentar tomar el poder por la fuerza.
Machar escapó de Juba, y posteriormente, rebeldes leales a él estuvieron a punto de capturar Juba, pero fueron repelidos por una fuerza combinada de soldados sursudaneses leales a Kiir y fuerzas especiales ugandesas. Más de 400.000 personas murieron en los cinco años de guerra civil que siguieron.
Con el apoyo de los líderes regionales y la comunidad internacional, Kiir y Machar firmaron un acuerdo de paz en 2018, y Machar regresó a Juba como primer vicepresidente de Sudán del Sur.
Sin embargo, la rivalidad política entre los dos principales líderes de Sudán del Sur —con Kiir desconfiando de las ambiciones de su segundo y Machar llamándolo dictador— sigue siendo un obstáculo para una paz duradera. Ambos hombres han sido acusados de violar múltiples ceses del fuego.
Kiir y Machar están bajo presión de Estados Unidos y otros países para implementar con mayor celeridad el acuerdo de paz de 2018 y prepararse para las elecciones. Las elecciones presidenciales, pospuestas repetidamente, están ahora programadas para 2026.
Entre los mayores desafíos actuales se encuentra el fracaso del gobierno en implementar las reformas prometidas, como completar la unificación del mando del ejército.
Fuente: Africanews – Radio Tamazuj
[Edición y traducción, Jesús Zubiría]
[CIDAF-UCM]