El presidente de Túnez, Kais Saied, ha calificado el supuesto aumento de la inmigración africana a su país como “inaceptable” y ha solicitado adoptar nuevas medidas diplomáticas y de seguridad, reforzando los procedimientos legales y militares y estableciendo un control estricto de las fronteras del país por donde podrían estar entrando la mayoría de los inmigrantes ilegales.
La estrategia del gobierno se enfoca, sobre todo, en reforzar el control en áreas como el campo, las fábricas o el sector turístico, que es donde suelen encontrarse trabajando los inmigrantes ilegales. El ministro de Asuntos Exteriores de Túnez declaró:
“La mayoría de los trabajadores africanos extranjeros están empleados de forma ilegal. No presentan ningún documento legal de identidad ni prueba de residencia, por lo que es difícil rastrearlos. Por tanto, los empleadores de estas personas deben suspender sus actividades y reportarlos al gobierno inmediatamente”.
Autor: Jean-Marc Gogbeu
Fuente: Ecofin Agency
[Traducción y edición, Itzá Camacho de Domingo]
[CIDAF-UCM]
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