El mejor regalo para nuestra Humanidad en 2021 consistirá en: primero, trabajar juntos, y segundo, en centrarnos en las auténticas prioridades.
Mientras tantos líderes políticos, económicos y culturales, siguen dividiendo a la sociedad por sus intereses particulares y partidistas, nosotros los pueblos optamos por los valores humanos que nos unen y dan verdadero progreso a nuestra sociedad. Por eso, elegimos una política y una economía más ética, colaborativa y justa, basada en la dignidad humana y en el bien común, a través de un desarrollo sostenible y ecológico.
La segunda prioridad debería ser centrarnos en las auténticas prioridades, como son: la calidad de la salud, el empleo, especialmente de los jóvenes, la calidad de la educación a través de un acuerdo educativo integrador y global, la prioridad de la salud, la gestión ética de los recursos y servicios sociales, afrontar el tráfico de armas, drogas y sobre todo de personas, el cuidado de las personas más vulnerables como los mayores y los niños, la acogida consensuada de los inmigrantes y refugiados, anteponiendo siempre el bien común al interés partidista y personal.
Necesitamos superar la obsesión: por en consumo compulsivo de productos que nos quieren imponer y por las ideologías extremistas (políticas, culturales y religiosas) que nos dividen, la obsesión por seguir siempre atrapados por los medios digitales y de fijar nuestra atención en temas secundarios, para desacreditar a ciertas personas o instituciones.
Dos medios me parecen indispensables para trabajar juntos y elegir las auténticas prioridades:
1. La participación más activa de toda la sociedad, particularmente de los jóvenes y de las mujeres, en la toma de decisiones. En los países del globo donde crece la participación social, cooperativa y pacífica, mejora la democracia, el respeto a los derechos humanos y la gestión de los recursos. Esto lo vamos constatando también en África.
2. Elegir líderes más profesionales y responsables, libres de toda ideología partidista. La sociedad necesita gestores profesionales e íntegros, antes que políticos. Nuestra responsabilidad comunitaria debe priorizar la elección consensuada de gestores competentes para los diversos departamentos de la vida social. Los países y regiones con líderes íntegros, conocen un progreso auténtico e integral para toda la sociedad.
Esta pandemia puede ayudarnos a centrarnos en los retos más relevantes que afectan a nuestras familias y a toda la sociedad, nacional y global. No podemos perder el tiempo en peleas y propagandas partidistas que solo buscan su poder y beneficios.
La sociedad debe tomar de nuevo el timón del barco y ejercer su poder de elección y de gestión, con sabiduría y responsabilidad.
