Tony Blair, por favor, deje en paz a Nigeria. Y Goodluck Jonathan, elija bien a sus amistades

13/11/2012 | Opinión

En su última asistencia a la sesión de la Asamblea General de la ONU, se dijo que el presidente de Nigeria había acudido a un desayuno-reunión entre cuyos asistentes estaban Tony Blair, el antiguo Primer Ministro británico, y Condoleezza Rice, antigua Secretaria de Estado de USA, entre otros ex políticos y lobistas. Se dijo que Blair había dicho a Jonathan que no escuchara a la oposición y se centrara en sus propias políticas. En efecto, le dijo que no hiciera caso de lo que le dijera la oposición tuviera la validez que tuviera. Bien, no me sorprendería que esto fuera verdad.

Seguí con detalle la carrera política de Tony Blair en Gran Bretaña. Era el líder de la oposición en 1996, cuando yo llegué a Gran Bretaña para quedarme un año, y observé cómo prácticamente acosó a John Major y lo echó del cargo. El mejor momento del Primer Ministro era la sesión de control del miércoles. Le daba la oportunidad de humillar, menospreciar y mofarse de John Major, con los vítores de los miembros del partido laborista en el parlamento. Esta característica única de la política británica ha hecho más que nada ni nadie para que los niños británicos sean maleducados y falten el respeto a sus mayores. Cuando ves la sesión de control del Primer Ministro británico, y luego tienes el privilegio de ver a los alumnos británicos ofender a sus profesores, como yo he tenido la oportunidad en mi trabajo, no te cabe la menor duda de dónde han aprendido esa mala educación. Para ser sinceros, si John Major hubiera escuchado a la oposición y aceptado muchas cosas de las que le decía Tony Blair, aunque de manera grosera y humillante, quién sabe, podría no haber perdido las elecciones. Entenderéis entonces mi sorpresa ante el consejo que dicen que dio Tony Blair a Goodluck Jonathan de que no escuchara a la oposición.

Después de un tiempo de ver la sesión de control al Primer Ministro británico, lo dejé por el modo en que Blair hablaba a John Major. Mostraba falta de respeto y siempre hablaba para humillar, empequeñecer y demostrar que no sabía lo que hacía. A Major, que ya sufría complejo de inferioridad porque no tenía una carrera universitaria en una profesión dominada por estudiantes de Oxbridge (Oxford y Cambridge), le hacían daño las puyas de Tony Blair y tenía miedo de la sesión de preguntas. Era una lucha impar entre un abogado bien entrenado en Oxford y un antiguo cajero de banco de Lagos. No era de extrañar que casi siempre ganara Blair. Hacía que Major, un buen líder, pareciera tonto y que el partido de los toris, en el poder durante 18 años, no pudiera hacer nada y se desintegrara en luchas de partido, y que el deseo por el cambio finalmente diera el poder a Blair en mayo de 1997.

Yo veía que ése no era el mejor modo de hacer política. Sin embargo, cuando veía el debate de la Cámara de los Lores (Senado británico), me di cuenta de que hay dos maneras de hablar a la gente. Puedes elegir hablar con la gente con respeto y consideración de manera que mantengas su dignidad o hablar con la gente con desprecio con el fin de demostrar que son ignorantes, poco importantes y que su posición no vale para nada. Esto último es lo que ocurre en el Parlamento en la sesión de control, y lo primero, en la Cámara de los Lores. Años más tarde, he visto que, verdaderamente, el Parlamento británico es un teatro político donde los políticos vienen a actuar para que la gente tenga la impresión de que Gran Bretaña es una democracia, cuando de hecho es una monarquía con control remoto.

A favor de Tony Blair puedo decir que intentó llevar a cabo parte del manifiesto del partido laborista. Publicó la investigación MacPherson sobre Stephen Lawrence e intentó hacer justicia a la familia. También hizo mejoras en el estado de bienestar, aunque de una manera que empeoró la cultura británica de la dependencia y aumentó ese sentimiento de “tengo mis derechos” entre la gente. Inyectó mucho dinero en la Servicio Nacional de Salud, aunque la mayoría acabó en los bolsillos de los dirigentes del sistema en forma de aumento de sueldos, pero fue incapaz de llevar a cabo el cambio que necesitaba la organización, que es capacitar a los profesionales a decidir en temas clínicos, reducir pérdidas y liderar la organización. Continuó el ataque a los derechos de los trabajadores y facilitó el despido. Uno de los mayores logros fue la introducción del PFI (Iniciativa de Financiación Privada) en la construcción del Hospital and Academy School (Colegio Hospital y Academia). Estos dos programas han resultado ser de lo peorcito que puede hacer un gobierno. Por último, llevó a GB a la guerra gracias a una mentira. Aunque sabía que Saddam Hussein no tenía armas de destrucción masiva, secretamente acordó con George Bush apoyarle en su revancha contra Saddam Hussein. Permitió que se publicara un dossier falso que aseguraba que Saddam Hussein podía lanzar un misil que llegaría a Londres en 45 minutos y convenció a los británicos de que fueran a la guerra con una mentira. Cuando la guerra empezó, apoyó a América para buscar a un hombre escondido en Tora Bora en Bagdad. Por este infame papel en esta guerra contra el terror, se le condecoró con la medalla del Congreso Americano.

Sin embargo, hay algo positivo en su ministerio. Tony Blair, con el apoyo de Bill Clinton, ayudó a firmar el acuerdo del Viernes Santo que ha traído relativa paz al Norte de Irlanda. Este es quizás lo único que hizo bien cuando estuvo en el poder y es importante decir que fue el gobierno conservador de John Major el que puso los cimientos para esta paz. Las consecuencias de las decisiones tomadas cuando estuvo en el poder, en la forma de coches bomba en las calles de Bagdad, Kabul, Londres, Madrid, y miles de soldados de la OTAN muertos, todavía siguen en el mundo. Sus políticas cuando estuvo en el gobierno contribuyeron al colapso económico de GB y no es el hombre adecuado para aconsejar al presidente de un país como Nigeria, que tiene temas serios como la corrupción del gobierno y la opacidad, la libertad individual y los derechos humanos, la libertad de prensa, la intolerancia étnica y religiosa y los prejuicios. Cosas en las que él tiene poca o nada de experiencia. El presidente nigeriano sabe qué hacer pero carece del valor para confrontar las fuerzas negativas que han contribuido a crear los problemas de Nigeria.

La Iniciativa de Financiación Privada (PFI en inglés) se llevó a cabo por primera vez en el Reino Unido gracias al gobierno conservador de John Major en 1992. Enseguida creó controversia y fue atacada por el partido laborista (Tony Blair), que estaba en la oposición. Los críticos laboristas, como el futuro Ministro del Gabinete y vicepresidente del partido laborista, Harriet Harman, consideraban que el PFI era una puerta de atrás para la privatización (Parlamento, 7 de diciembre 1993), y el futuro Ministro de Hacienda, Alistair Darling, advertía de que “el aparente ahorro de ahora podría ser contrarrestado por el formidable compromiso sobre el gasto en años por venir” [Noe Monbiot, George (4 de septiembre 2007), “Este experimento de libre mercado es como un plan de bienestar corporativo”, The Guardian (Londres). Sin embargo, Hacienda consideró el plan ventajoso e hizo que el gobierno de Tony Blair lo aceptara tras las elecciones de 1997. Dos meses después de que el partido llegara al poder, el secretario de salud, Alan Milburn, anunció que “cuando existe una cantidad limitada de capital disponible en el sector público, como lo hay, es el PFI o la bancarrota”. El PFI continuó y, de hecho, se expandió bajo el laborismo, dando lugar a las críticas de muchos sindicatos, miembros del partido laborista, el partido nacional escocés (SNP en inglés) y el partido verde, así como comentaristas como George Monbiot. Los promotores del PFI son, entre otros, el Banco Mundial, el FMI y (en el Reino Unido) el CBI (Confederación de la Industria Británica)].

Hoy en Gran Bretaña, muchos hospitales públicos están en bancarrota por el PFI. Hay pruebas de que el coste de los hospitales financiados por el PFI está perjudicando al Sistema de Salud británico. Jonathan Fielden, director del comité de asesores de la Asociación Médica británica, ha dicho que las deudas del PFI están “distorsionando las prioridades clínicas” e impactando en el tratamiento dado a los pacientes. Fielden citó el ejemplo del Hospital Universitario de Coventry, donde el Fondo de la Seguridad Social tuvo que pedir un préstamo para hacer el primer pago de 54 millones de libras que se debían al contratista del PFI. Dijo que el Fondo estaba en una vergonzosa posición de ahogamiento financiero antes de que ni siquiera se hubieran abierto sus puertas. El Fondo no podía pagar todos los servicios que había encargado, y tuvo que eliminar servicios y cerrar salas. Una investigación de la BBC Radio 4 sobre el PFI se centró en el caso del Instituto de Balmoral en el Norte de Irlanda, que costó construir 17 millones de libras en 2002. En 2007 se tomó la decisión de cerrar la escuela por falta de alumnos. Pero el contrato del PFI estaría en vigor por otros 20 años, así que el contribuyente estará pagando millones de libras por unas instalaciones que no se usan. (Sheeran, Robin (212 junio 2007), “Compra ahora, paga más tarde”, BBC). En cuanto a los hospitales, el Profesor Nick Bosanquet del Instituto Imperial de Londres comentó que el gobierno encargó algunos hospitales del PFI sin saber bien los costes, lo que dio como resultado un número de hospitales que son demasiado caros para ser usados. Dijo: Hay ya uno o dos hospitales PFI donde algunas salas y alas están vacías porque nadie quiere pagar sus servicios. Existirá la tentación de decir “Bien, estamos estancados con estos contratos, así que cerraremos los hospitales viejos, que pueden de hecho ser más baratos”. Pero cerrar los hospitales que no son del PFI para aumentar la actividad de los que son del PFI no va a ser la respuesta porque podemos tener unos servicios donde no hagan falta [“Hospitales PFI, “golpe al cuidado del paciente”, BBC, 12 Junio 2007].

Lo que Tony Blair hizo al Servicio Nacional de Salud es como un hombre que debe una casa y quiere reconstruirla pidiendo a otra persona que la reconstruya y la persona dice que lo hizo a un coste cuatro veces más que si lo hubiera reconstruido él mismo, y luego le cobra una renta e intereses muy altos durante 30 años. Así, una casa que un hombre habría construido pidiendo un millón al banco, se construye por 5 millones y al hombre se le pasa una renta por vivir en la casa durante unos años. Así es como funciona la economía de Blair. Evidentemente, parece que el PFI ha sido un robo. Por eso Tony Blair no quiere vivir en Gran Bretaña y prefiere vivir en Jerusalén. Si viviera en GB, necesitaría más seguridad que ningún primer ministro británico haya necesitado nunca hasta ahora. Se le ha llamado abiertamente criminal de guerra y mucha gente respetable como el obispo Desmond Tutu no compartiría mesa con él y muchos otros no le darían ni la mano.

Además, Goodluck Jonathan debería estudiar con detalle lo que pasa con los amigos de Tony Blair. En el apogeo de la dictadura de Gadafi, Tony Blair era su mejor amigo. Lo reintrodujo a Occidente y dijo que era un hombre nuevo. No se ha investigado su ayuda al hijo de Gadafi para que obtuviera su título en la LSE (Escuela de Economía de Londres). Tony Blair todavía se niega a declarar cuánto le pagó Gadafi por su trabajo de relaciones públicas. Sabemos lo que le pasó a Gadafi años más tarde. El gobierno de Nigeria pagó a Tony Blair por acudir a una reunión-desayuno en Nueva York. Sabemos que Tony Blair no hace esas cosas por caridad.

La guerra contra el terror ha costado billones a Gran Bretaña y a América. De hecho, es la causa real del colapso de la economía occidental, pero nadie quiere mencionarlo. Es sorprendente que en el análisis de la crisis económica occidental rara vez se mencione el coste de la guerra contra el terror. Es un intento deliberado de occidente de manipular la verdad y continuar engañando a la gente. No se necesita ser un economista para comprender cómo la guerra es causa de bancarrota de las naciones. Ningún país puede luchar una guerra durante diez años como América y la OTAN lo han hecho y no tener problemas financieros. En el pasado, los vencidos pagaban el precio de las guerras. Alemania acaba de terminar de pagar la segunda guerra mundial. Desgraciadamente, ni Irak ni Afganistán han pagado a occidente la guerra y ahora el mundo entero está pagando el precio. Para reforzar mi punto de vista, la mitad del coste de la guerra contra el terror puede pagar toda la deuda de Irlanda, Portugal, España, Grecia e Italia y más de un cuarto de la deuda americana a China.

He dado estos detalles para poder explicar los antecedentes del consejo de Tony Blair a Goodluck Jonathan y por qué me sorprende que Tony Blair aconsejara a Jonathan que despreciara los argumentos de la oposición. Supongo que es un consejo muy malo, ya que la carrera política de Jonathan, si se parece a la de Tony Blair, terminará en lágrimas y humillación. Conozco a mucha gente decente que puede dar a Jonathan mejores consejos a mejor precio que los consejos que pueda dar Tony Blair.

El consejo de Tony Blair a Goodluck Jonathan es un insulto al pueblo de Nigeria, que lleva tiempo sufriendo y soportando el peso de la mala administración y la corrupción en Nigeria. ¿Cómo puede un líder mundial aconsejar al presidente de un país tan corrupto como Nigeria que no escuche a la oposición? Bien, ¿a quién escuchará entonces? La verdad es que Tony Blair es un hombre que dice a la gente lo que quiere oír. Si el demonio le invita a una fiesta y está dispuesto a pagar, él le atenderá y ensalzará algunas de las buenas cualidades del diablo. Intenta ser todo para todos y no tiene ningún principio, excepto ganar. Es un hombre que es católico pero no se lo dijo a los británicos. Su médico declaró que Tony Blair no se preocupó de Dios más que al finalizar su mandato, cuando visitó al Papa para que le perdonara sus pecados. Hoy en día lleva un centro de fe y actúa de enviado del cuarteto al Oriente Medio, puesto que convenció al cuarteto para que crearan ese puesto para él para salir de Gran Bretaña al final de su mandato porque la gente odiaba lo que había hecho en la guerra contra el terror. Sin embargo, continúa defendiendo su papel, más por despecho que por convicción profunda de que actuara por una causa noble. ¿Cómo puede un hombre decir que estaba actuando por una causa noble cuando mintió para convencer al pueblo? Este es Tony Blair.

Podría seguir con Tony Blair y no acabar. Sé lo que el establishment británico piensa de él. Sé por qué estaba en desacuerdo con Robin Cook en el tema de la guerra de Irak y por qué éste dimitió de Ministro de Asuntos Exteriores. Roy Hettersley, cuya opinión sobre él es bien conocida, dijo una vez que sentía que no hubiera leído “Una teoría de la justicia”, de John Rawal. Yo compré el libro y lo leí y entendí lo que decía. El liderazgo es algo más que oratoria. A Tony Blair no se le conocen principios sino acuerdos que le dan dinero, y ahora tiene mucho dinero. No es un hombre que ningún líder nigeriano que quiera de verdad solucionar los problemas nigerianos deba escuchar y estoy dispuesto a defender mis ideas sobre Tony Blair a quien quiera escuchar. Goodluck Jonathan, ten cuidado de lo que Tony Blair te diga. Es un hombre con dos caras.

E O Eke

E O Eke tiene el título de medicina. Ha sido médico de cabecera, misionero médico, director médico y consejero de salud en Nigeria. Es especialista en psiquiatría infantil, adolescente y adulta y vive en Inglaterra con su familia. Sus intereses son la salud, la religión, la filosofía y la política. Le preocupan cuerpo y mente.

Publicado el 31 de octubre de 2012 en Nigerian World.

Traducido para Fundación Sur por Eva Torre.

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