Tom Hanks, Capitán Phillips y la «verdadera historia» de la piratería somalí

13/11/2013 | Entrevistas

Abduwali Abdukhad Muse está inquieto en una cárcel federal en Indiana mientras que, en Hollywood, su doble se prepara para dar el salto a la gran pantalla este fin de semana. Muse, un joven somalí, fue condenado en 2011 a casi 34 años de cárcel por haber participado en el secuestro del buque de carga americano Maersk Alabama. Un proceso histórico, ya que supuso la primera vez en más de 100 años que el sistema judicial americano acusaba a alguien por piratería.

Muse y otros tres asaltantes hicieron prisionero al capitán del buque, Richard Phillips, mientras que su tripulación se refugió en el barco. La marina americana protagonizó un dramático rescate en el que se liberó al capitán Phillips y fallecieron todos los asaltantes, menos Muse, que fue detenido.

El mercado de los medios de comunicación occidentales, en búsqueda de un héroe, presentaron al capitán Phillips como un líder altruista que se ofreció a los piratas para salvar a su tripulación. Le animaron a publicar un libro acerca de su experiencia, titulado El deber de un capitán, que Sony Pictures ha adaptado recientemente para la creación de un largometraje protagonizado por Tom Hanks.

Poco importó que las declaraciones de algunos miembros de la tripulación de Phillips contradijeran esa faceta de héroe, tras afirmar que la razón principal por la que se produjo el secuestro del buque fue la ineptitud del capitán, y que, lejos de ofrecerse a los piratas en un gesto de solidaridad, fue secuestrado debido a un fallo a la hora de asegurar el puente de mando.

La versión de la historia presentada por los medios dejó a un lado la complejidad de las motivaciones sociales y económicas que alimentan la piratería en el cuerno de África, así como todos los detalles relacionados con los antecedentes y contexto de Muse y el resto de secuestradores. Pero Hollywood no puede perder el tiempo con esos inconvenientes narrativos, así que Sony Pictures se embarcó a toda vela en la producción de su película Capitán Phillips, y trasladó a Muse del interior de su celda en prisión al interior de la pantalla de cine. Aquí está el tráiler de la película:

Aparece Kaizer Matsumunyane, el cineasta de Mosotho asentado en Canadá. Contrario a permitir que los medios de masas construyan una imagen errónea de la piratería en Somalia, Matsumunyane se propuso realizar un documental en el que se mostrara el secuestro del Maersk Alabama y sus consecuencias desde el punto de vista de Muse. La película de Matsumunyane, The Smiling Pirate (El pirata sonriente), desafía la representación problemática de los piratas somalíes en la película Capitán Philips y se propone hacer algo que Hollywood no se ha atrevido a intentar: dar a Muse y a otros somalíes la verdadera oportunidad de contar su lado de la historia.

Africa is a Country ha hablado con Kaizer Matsumunyane sobre su película y sobre por qué cuando los productores de Hollywood dicen «basado en una historia real», lo que verdaderamente quieren decir es «basado en una interpretación totalmente perversa e imparcial de los hechos reales». En el caso de Capitán Phillips, lo que realmente se ha secuestrado es la verdad.

Como cineasta, ¿por qué decidió realizar esta película?

Matsumunyane: Creo que hay algo de cierto en ese dicho de que no somos nosotros quienes elegimos las películas, ellas nos eligen a nosotros. Sé que parece un cliché pero creo que hay algo de verdad en ello. Recuerdo que estaba viendo la televisión y había un gran revuelo y emoción porque se había matado a unos piratas que habían capturado un buque americano, y al pirata que había sobrevivido le iban a traer a Estados Unidos, donde iba a hacer frente a cargos por piratería. De pronto, mostraron al pirata a su llegada a EEUU rodeado de agentes federales. Era un joven esposado, pero, ¡estaba sonriendo! No entendía quién podría sonreír en esa situación. Esa sonrisa me intrigó. A los comentaristas de las noticias les molestaba que sonriera, pero yo quería saber más sobre esa persona capaz de sonreír en ese momento y por qué lo hacía. Cuanto más supe sobre este adolescente somalí, más me daba cuenta de que su historia tenía que ser contada.

Nadie habla nunca sobre por qué hay tantas armas en Somalia ni de dónde vienen. Nadie habla nunca sobre los buques extranjeros ilegales que se encuentran en la costa somalí. Para mí, la historia de Somalia es la historia de cómo los más poderosos condicionan nuestra realidad. También creo que desde el 11-S ponemos a las personas la etiqueta de terrorista, islamista, fundamentalista o pirata, entre otras, y hemos olvidado a las personas que están detrás de esa etiqueta.

Sus padres son de Lesotho, un país que muy a menudo se identifica únicamente con la pobreza y el SIDA. ¿Le influye esto de forma especial a la hora de tratar cuestiones en las que hay un problema de representación?

Uno ya nace con un problema de representación por nacer en África y ser negro. Ser de Lesotho añade una dificultad más a esa falta de representación. De alguna forma, Lesotho significa SIDA y VIH. El problema es que esta falta de representación beneficia a unos pocos, especialmente a gobiernos y agencias donantes internacionales. Creo que desde el momento en el que uno es consciente de los problemas de representación, de cualquier tipo, se pasan la vida o combatiéndolos o huyendo de ellos. Me recuerda a la historia de Ralph Ellison, El hombre invisible. Al ser negro, creo que siempre hemos estado tan poco representados que nunca se ve realmente quienes somos, solo somos una imagen, cualquiera puede decir lo que sea sobre nosotros, verdad o no, y siempre se recordará. A veces me pregunto cómo será ser blanco. Supongo que también hay otro tipo de carga y de falta de representación si se es blanco. Creo que es muy importante combatir todas esas narrativas que señalan a cualquiera como «el otro». Siempre intento evitarlo en mi trabajo. Lo cierto es que, hasta que el león no cuente sus historias, el cazador siempre será el héroe en las historias de caza.

En los trabajos occidentales casi nunca se tienen en cuenta las condiciones socioeconómicas que llevan a algunos somalíes a meterse en el mundo de la piratería. ¿Cómo se enfoca en su película la cuestión de la piratería en el cuerno de África?

Las condiciones socioeconómicas y otros factores no se incluyen en los trabajos de los medios occidentales por una serie de motivos. Por ejemplo, permite justificar las acciones de las potencias europeas en países menos poderosos. Nadie pregunta por qué en Somalia hay armas si los somalíes no las fabrican. Nadie habla sobre lo que han hecho EEUU y Rusia para que Somalia se encuentre en una situación como la actual. Nadie pregunta cómo Somalia se ha convertido en tres países. Nadie pregunta qué estaban haciendo en la costa somalí algunos de los barcos secuestrados por los piratas. Hay muchas preguntas que no se hacen. Nadie puede negar que llegaron contenedores de desechos tóxicos hasta la costa de Somalia, y no se hizo nada al respecto. Te aseguro que si llegaran contenedores tóxicos a la costa de EEUU el mundo se paralizaría. Lo mismo ocurre con lo que está haciendo Shell en el Delta del Níger. Las vidas de los más pobres solo se consideran daños colaterales, nada más. Algunos animales son más importantes que otros. Lo que quiero hacer con mi documental The Smiling Pirate (El pirata sonriente) es cuestionar las historias que se han contado sobre la piratería y las personas detrás de esta práctica. Creo que al poner un rostro humano a la piratería se pueden derrumbar las paredes levantadas para dividir.

El primer tráiler [arriba] de la película Capitán Phillips sigue la dicotomía bueno vs malo para mostrar a Muse y sus tres compañeros como personajes siniestros y malvados que secuestran a un capitán americano honrado y a su tripulación. En la promoción de la película, Tom Hanks describió a los secuestradores a los que se enfrenta su personaje como «los seres humanos más delgados y aterrorizantes del mundo» y como «hombres que daban mucho miedo y casi parecían arañas con AK-47». ¿Cuál fue su reacción la primera vez que vio el tráiler?

La primera vez que vi el tráiler de Capitán Phillips no me sorprendió. En cierto modo ya estaba esperando que hicieran una película basada en el «bueno contra malo» y que los piratas fueran personajes llanos y salvajes mientras que el capitán sería el caballero blanco. A los americanos les encantan sus héroes. Esa es la fórmula de Hollywood. La lista de los malos cada vez se hace más larga y tienen más de donde escoger. Primero fueron los rusos, luego los árabes y ahora los somalíes. Lo que me molesta es que la gente no ve más allá de eso. Me inquieta y me preocupa qué más se está tragando la gente.

Un actor como Tom Hanks, quien interpreta al Capitán Phillips en la película de Sony Pictures, ¿simplemente está haciendo su trabajo como actor en este papel o es cómplice en perpetuar la falta de representación?

La participación de Tom Hanks en esta película a la vez me decepciona y no me decepciona. No estoy decepcionado porque su trabajo es actuar, y está haciendo exactamente aquello por lo que le pagan. Eso no lo puedo criticar, son sus cosas. Lo que me decepciona es aquel que entiende y que es consciente de las implicaciones del papel y la historia en la que participa y aun así decide mirar hacia otro lado. Estoy seguro de que Tom Hanks es suficientemente listo como para haber investigado sobre la historia y saber que la tripulación del barco secuestrado no compartía la versión de la historia del capitán. El propio capitán Phillips apareció en la CNN y afirmó que no se ofreció a los piratas por su tripulación, sino que eso se lo inventaron los medios de comunicación. Además, la tripulación culpó al capitán por el secuestro, ya que, a pesar de que una organización marítima le avisó varias veces de que no se acercara a la costa somalí a más de 600 millas náuticas, el capitán hizo caso omiso. El secuestro se produjo a unas 300 millas de la costa. Todos estos hechos se obviaron para poder crear a un héroe. La verdad siempre está ahí y acaba siendo la víctima. La película de Sony Pictures está basada en hechos totalmente falsos, y lo saben.

El verdadero capitán Phillips ha publicado un libro sobre su hazaña heroica durante el secuestro del buque. ¿Ha tenido la oportunidad de leer el libro?

He leído el libro y es en el que se basará la película (de Hollywood). La tripulación del barco contradijo la versión de los hechos que se expone en el libro y culpan al capitán del asalto. El capitán Phillips dijo en una entrevista para la CNN que él nunca había dicho que se había entregado por su tripulación. Lo más interesante es que el libro se titula El deber de un capitán, el título lo dice todo. Que niegue haber dicho que se entregó por su tripulación y que eche la culpa a los medios es muy poco honrado. Incluso recibió al menos siete correos electrónicos en los que le advirtieron que se mantuviese alejado de la costa de Somalia, pero no lo hizo.

Muse ha sido condenado a 33 años y 9 meses de cárcel en una prisión federal acusado de as alto, secuestro y toma de rehenes. ¿Cuáles han sido las peculiaridades de su juicio?

Hubo muchas peculiaridades en el juicio a Muse. Primero la cuestión de su edad. Cuando le arrestaron, sus padres declararon que tenía 16 años. Esto supuso un problema, porque a un joven de 16 años no se le puede acusar como a un adulto.

El proceso a Muse se fue posponiendo mientras se investigaba esta cuestión. Al mismo tiempo, Muse se encontraba en confinamiento solitario en virtud de lo que EEUU denomina Special Administrative Measures (Medidas Administrativas Especiales), SAM, principalmente empleado en sospechosos de terrorismo. Muse manifestó que, debido a este régimen, no podía utilizar la radio, la televisión ni tener acceso a periódicos ni nada similar. Su confinamiento solitario duró más de un año. Dijo que estuvo a punto de volverse loco. Durante el tiempo que duraron las medidas especiales, Muse intentó suicidarse dos veces. El médico que le trataba recomendó que dejaran de aplicar el aislamiento, ya que empezaba a mostrar síntomas de PSTD (Trastorno de estrés postraumático).

Muse aseguró que le mantuvieron en ese régimen de aislamiento para que confesara tener 18 años y que le dijeron que solo le dejarían en libertad si confesaba que esa era su edad. De pronto, un agente americano afirmó que Muse había confesado tener 18 años y eso propició que se acusara a Muse como adulto. La palabra del agente nunca se puso en duda. Tampoco se cuestionó cómo se consiguió la confesión. Muse niega haberle dicho en algún momento que tuviera 18 años. Dice que quiso hablar de su edad en el tribunal, pero le advirtieron que si ponía en duda su edad, el gobierno se haría cargo de que su familia no pudiera visitarle nunca o que, si trataban de hacerlo, les harían cómplices. Muse expresó que ya no quiso volver a hablar de su edad porque temió por su madre tras recibir esa advertencia.

El Estado alegó que Muse fue el ideólogo del asalto y el líder del grupo. Muse lo negó y señaló que los piratas son soldados rasos, solo reciben órdenes. Cualquiera que sepa un poco sobre la piratería podría afirmar que los piratas solo son «empleados» y que las personas que tienen el control de la piratería nunca están en los barcos, sino en tierra dando órdenes. Sería como decir que los niños soldado son los líderes y los que financian sus unidades.

Durante el juicio a Muse, el juez lloró varias veces al hablar sobre cómo Muse había arruinado las vidas de los tripulantes y de sus familias. No entiendo como un juez puede ser imparcial si está llorando. Tras condenar a Muse a 33 años y 9 meses, el juez declaró que esperaba que la sentencia enseñara a los piratas que América no toleraría la piratería y que les castigará con todo el poder de la ley. Considero que el proceso a Muse tenía como objetivo mandar un mensaje, nada más. No tenía nada que ver con hacer justicia.

Usted ha hablado directamente con Muse desde que este empezó a cumplir su condena. ¿Qué ha podido compartir con usted?

Hablo con Muse tanto como se me permite. Hasta ahora, han denegado todas mis peticiones para ver a Muse, a pesar de que él aceptara mi visita. Sigo solicitando las visitas aunque sé que recibiré la misma respuesta. Muse dice que Sony Pictures ha solicitado reunirse con él en innumerables ocasiones, pero él nunca ha aceptado porque sabía que estaban haciendo una película sobre él y que le iban a mostrar como el malo. A día de hoy, las llamadas que me ha hecho Muse las han bloqueado. Incluso algunos de los correos electrónicos que nos enviamos no han llegado. Da la sensación de que están haciendo cualquier cosa por que se mantenga en silencio. Muse ha hablado sobre los cuestiones muy evidentes durante su juicio y cree que fue una farsa. Dice que no entendía el inglés ni lo que estaba pasando [durante el juicio]; que ha leído el libro del capitán y que muchos de los hechos que se narran no son ciertos. Hasta me contó que a los otros tres piratas que estaban con él les mataron de un disparo después de haber hecho un pacto con las autoridades americanas por el que ellos tirarían las armas a cambio de poder volver a Somalia a salvo. Cuenta cómo justo después de que dejaran las armas y de que bajaran del barco hubo disparos y vio cómo morían sus amigos. Muse ha hecho una huelga de hambre hace poco, y está vigilado porque podría volver a intentar suicidarse.

¿Le contó Muse alguna vez por qué sonreía tras ser capturado?

Dice que cuando le capturaron le pusieron una capucha y permaneció esposado en el barco de la Marina. Cuando llegó a EEUU le quitaron la capucha. Entonces de pronto vio a gente con cámaras sacando fotos y no sabía qué estaba pasando, así que miró a su alrededor para ver qué fotografiaban, hasta que se dio cuenta de que toda esa gente le estaban sacando fotos a él. Le pareció muy gracioso ver a toda esa gente tan interesada en él, y sonrió.

Zachary Rosen

Africa is a Country. 10 DE OCTUBRE DE 2013

http://africasacountry.com/tom-hanks-captain-phillips-and-the-true-story-of-somali-piracy/

Traducido por Ana Peña

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