Autor: Javier Mantecón
Aunque sea difícil de creer, el desnudo artístico aún puede conllevar polémica con sólo mostrarse. En culturas donde el puritanismo y la “decencia” encadenan la imaginación de la sociedad, la muestra de la anatomía humana al natural supone una provocación y un acto de activismo cuasi político. En el mes de febrero, Tolatra Ramboasolo, fotógrafo de Madagascar perteneciente a la etnia Merina del centro del país, presentó una exposición en la galería Is´art basada en las formas femeninas. Los contrastes obtenidos a través de la luz, del blanco y negro, del trabajo en el estudio y de la geometría de la mujer forjaron un cuerpo estético límpido y sedoso.
Lo que en un principio se concibió como una exposición de fotografía de gran formato al uso supuso a las pocas horas de su inauguración, un escándalo social en Antananarivo. Numerosos medios de comunicación, curiosos e indignaron inundaron en los días consiguientes el espacio expositivo. Tolatra Ramboasolo no parecía sorprendido, aunque si decepcionado, de la reacción del público. Su exposición se convirtió en la comidilla de la semana, pero no por su calidad artística si no por el tema mostrado. Nos encontramos con el artista en persona para compartir sus impresiones respecto al impacto de su propuesta:
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¿Cómo comenzó su carrera como fotógrafo?
Empecé de manera anecdótica en 2009. Durante la crisis de Madagascar no tenía nada más que hacer. Tenía un amigo fotógrafo que me prestó su cámara y a partir de ese momento, mi pasión se disparó como si hubiera siempre estado dentro de mí. El azar o si quieres, la política, desarrolló mi profesión.
Durante un tiempo fue fotoperiodista pero me di cuenta que no era mi vocación. Me siento más artista que periodista.
En el Madagascar actual ¿puede un fotógrafo vivir únicamente de su arte?
En este momento estamos creando las condiciones para que podamos vivir de nuestra profesión. Excepto Fidisoa, que es el referente de la vieja guardia, es muy difícil vivir únicamente de esto. Muchos fotógrafos combinan su arte con fotografía comercial como eventos, bodas, etc.
La fotografía malgache es reconocida internacionalmente a través de nombres como Pierrot Men o Rijasolo ¿Cuál cree que es el estado de la fotografía actual en Madagascar?
La escena es muy pequeña. No es fácil montar una exposición. Hay pocos lugares donde mostrar tu trabajo por tanto es un arte muy poco democratizado. En Madagascar hay tres generaciones de fotógrafos como Pierrot Men o Fidisoa, luego está la generación intermediaria, en la que me incluyo, que mezclamos la técnica tradicional con las nuevas tecnologías y los jóvenes que hacen fotografía a través de herramientas completamente nuevas de una manera fascinante.
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Entonces ¿cree que existe un corte radical formal y de contenido entre su generación y la siguiente?
Enorme. Los jóvenes trabajan a través de conceptos, con fotografía abstracta, tanto en forma como en fondo. Es un cambio muy grande.
Hablando de su exposición que inaugura hoy en Is´art Galerie ¿qué quiere transmitir con este montaje?
He elegido el cuerpo femenino como tema porque me fascina. ¡Como a muchos supongo! (risas). Utilizo el claro oscuro para mostrar ángulos y posturas anatómicas que me inspiran buscando jugar con los espacios vacíos. Paralelamente quiero jugar con el tema del tabú de la desnudez. Como sabes en Madagascar mostrar un cuerpo desnudo es aún considerado como un escándalo. Quiero mostrar un desnudo que no lo es del todo. Como estar desnudo sin estarlo realmente.
Hablemos del contenido que tanto revuelo está creando ¿cómo adapta esta propuesta artística a nivel social e institucional en una sociedad a la que quiere escandalizar?
Pienso que si no fuera en esta galería, esta exposición nunca se podría haber organizado. El público general está reaccionando muy bien. De hecho me están animando a continuar esta senda de provocación pero manteniendo mi estética que es lo que les atrae. Estoy realmente contento de poder haber presentado mi trabajo y nutrirme de las opiniones de un público que no podría haber contemplado mis obras en otras circunstancias.
Estéticamente juega mucho con el blanco y negro y las curvas femeninas, creando un cuerpo estético a través de la insinuación ¿es un concepto mixto entre la insinuación y la provocación entre forma y contenido?
No forzosamente. La interacción del público con mi obra es muy importante para mí. Esa relación a la que haces mención quizás es muy importante para ti, pero para otra persona las fotografías son sólo estética y a otras les parecerán “tías en pelotas”. Lo que quiero mostrar lo dejo en manos del público.
El tema del desnudo es muy recurrente en la Historia del Arte ¿qué cree que aporta su visión?
Poco más que materializar mis ideas en una obra, ¡que no es poco!
¿Cree que la acogida de un tema del desnudo hubiera sido tratada de una manera distinta en países donde está más aceptada?
Desde luego. Para mí el desnudo no es físico, aunque la gente lo vea así. Como te decía antes, creo que el desnudo es relativo. A veces alguien vestido se encuentra más desnudo que alguien sin ropa. Aquí gano un tipo de público que se acerca por la curiosidad. Y no es malo. Esa curiosidad quizás en el extranjero se perciba de otra manera pero mi obra se apreciaría de otra manera porque los referentes culturales son distintos.
Quiero especializarme en el desnudo humano de la condición que sea. Me fascina. No tiene que ser siempre la desnudez de un cuerpo “10” femenino. El desnudo es mucho más que eso.
¿Sus referentes?
El más directo, internet (risas). Pero realmente estoy muy influenciado por la fotografía malgache, sobre todo por Fidisoa.
¿Y su futuro?
No lo veo muy distinto que la actualidad por el momento. Seguir trabajando, mantener mi estilo y no perder mi carácter. Y antes de que me preguntes por digital o analógico…
¡No pensaba hacerlo!
(Risas) bueno pues te diré que mi estilo se mantendrá como un fotógrafo intermediario, utilizando las nuevas tecnologías pero anclado en la fotografía clásica.
Originael en : Afribuku