En la Cumbre del G20 «Pacto con África«, celebrada en Alemania la semana pasada, cuyo objetivo era mejorar la colaboración entre las naciones africanas y el G20 en materia de energías renovables, el presidente de Togo, Faure Gnassingbé, declaró que “garantizar una disponibilidad equitativa de energía sostenible es una preocupación importante en África.”
Gnassingbé identificó en su intervención varios factores que contribuyen al acceso desigual a las energías sostenibles en África. Entre ellos figuran la creciente demanda de energías limpias, las presiones demográficas y unas infraestructuras inadecuadas. A estos retos se suman las insuficientes opciones de financiación y la limitada disponibilidad de recursos, circunstancia que afectan desproporcionadamente a las zonas rurales en comparación con las urbanas.
El presidente de Togo afirmó que las zonas urbanas de los países africanos tienen una tasa de acceso a la electricidad considerablemente más alta que las rurales, donde la tasa es alarmantemente baja. Por ejemplo, las ciudades de Togo disfrutan de un 66 % de accesibilidad, mientras que sólo el 27 % de los residentes que viven en regiones rurales pueden conectarse a la red eléctrica estatal; puntualizó además que estos lugares desfavorecidos siguen dependiendo de la biomasa para sus necesidades cotidianas, fuente energética con un gran impacto negativo sobre el medio ambiente.
Gnassingbé subrayó ante los inversores europeos presentes la necesidad de desarrollar infraestructuras centradas en la generación, transporte y distribución de fuentes de energía ecológicas en África e instó a los países africanos a canalizar más recursos hacia el sector público y fomentar activamente el crecimiento de la inversión privada, alegando que la comunidad internacional “debe pasar a la acción en lugar de limitarse a hablar de soluciones”.
Fuente: Togo First
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]