¿Tienen las redes sociales un papel en las políticas africanas?

20/05/2013 | Crónicas y reportajes

“… hay una nueva casta de políticos quienes no están conformes siendo comentaristas en las plataformas de los medios sociales, sino que quieren utilizar la tecnología para influir en las reformas políticas y sociales.”

El 4 de marzo de 2013 Kenya celebró sus elecciones presidenciales, que fueron vistas por la mayoría de analistas como ampliamente libres y justas. Sin embargo, debemos observar también que las redes sociales y en especial Twitter tuvieron un papel muy importante que jugar a través del resultado de esta elección que eventualmente ganó Uhuru Kenyatta.

Cualquiera que utiliza Twitter con regularidad debe recordar los “hashtag” o etiquetas #kedebate2013, #kenyadecides y #254decides, que fueron utilizadas con frecuencia antes, durante y después de las elecciones. Los kenianos los utilizaron para monitorear los acontecimientos, intercambiar opiniones, tener información actualizada y buscar apoyo para sus candidatos. ¿Tienen los medios sociales su sitio en las políticas de África y en el mundo entero, o no?

Como en Kenia, los medios sociales jugaron un papel muy importante en las elecciones presidenciales de Ghana en 2012, en las de Nigeria en 2011, en las de Zambia en 2011 y en las de Suráfrica del mismo año.

No podemos hablar acerca del papel de los medios sociales en las políticas africanas y no hablar sobre su papel en Egipto. A raíz de las revueltas, los egipcios hicieron uso de las redes o medios sociales para organizar e informar a los ciudadanos sobre las protestas públicas. Supusieron una plataforma para que la gente que estaba frustrada con el orden de las cosas expresara sus opiniones, y reuniera apoyo para llevar a cabo protestas coordinadas. Esto condujo finalmente a la renuncia del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, el 11 de febrero de 2011.

La influencia que tienen los medios sociales, sin embargo, no se disipó después de la renuncia de Mubarak. Debates acerca de muchos temas políticos son constantemente disputados en varias plataformas sociales online. La actividad de los medios sociales en torno a las elecciones a la presidencia de Egipto en junio de 2012 sirvió como ejemplo de cómo los medios sociales están jugando todavía un papel determinante en Egipto. Hay incluso quienes creen que en el futuro los medios sociales pueden servir como un indicador, o incluso pronosticar el resultado de las elecciones. Los resultados de procesar estos sentimientos muestran que la victoria de Mohamed Morsi pudo haber sido pronosticada incluso antes de la segunda vuelta de las elecciones.

Lo más interesante es que hay una nueva casta de políticos que no solo se conforman siendo comentaristas en las plataformas de medios sociales, sino que quieren utilizar la tecnología para influir en las reformas políticas y sociales. Obama lo hizo bien, los emails y los medios sociales jugaron un papel crítico en el proceso de hacer avanzar su agenda política durante la campaña de 2008. No solo desató una “tormenta” de “tweets”, él construyó una serie de relaciones con sus electores, donantes y votantes enviando correos electrónicos en campaña que tenían un mensaje entre líneas: “Sí, podemos!”. Obama utilizó el correo electrónico para relacionarse con las jóvenes generaciones de norteamericanos. Ningún otro candidato a la presidencia en la historia recaudó tantos fondos como él, y todo esto fue respaldado por una estrategia de comunicación digital unificada. Es el nuevo estilo de participación política.

Ahora, volviendo a Uganda. El papel de los medios sociales a la hora de facilitar las protestas en Uganda y el subsiguiente contraataque del gobierno sobre manifestantes y usuarios de estas plataformas sociales, proporcionan un interesante ejemplo del creciente fenómeno del pánico o desconfianza de los medios sociales en África. Plataformas como Facebook, Twitter y los blogs escritos dentro y fuera de Uganda jugaron un papel fundamental en la dirección de las protestas ciudadanas de abril de 2011 “walk-to-work” (Ve caminado al trabajo).

Los ciudadanos, los grupos de oposición y las organizaciones de la sociedad civil aúnan esfuerzos para conseguir arrinconar las restricciones del gobierno contra su derecho a manifestarse de manera pacífica, recurriendo a las redes sociales para airear sus quejas y organizar sus protestas. Por ejemplo, el grupo A4C (Activistas por el Cambio) adoptó las herramientas de los medios sociales para conducir sus protestas durante ambas marchas, en la primera fase de las protestas de abril de 2011 “walk-to-work” (#walktowork) y las manifestaciones de la segunda fase de octubre de 2011. Durante estas protestas “walk-to-work”, los ugandeses se movilizaron a través de blogs de contenido político, Facebook y Twitter, y esas plataformas dieron impulso a las protestas.

Las autoridades ugandesas reaccionaron imponiendo una prohibición a esas protestas con arrestos sumarios y deteniendo a activistas y manifestantes. De manera similar, para parar el papel e impacto de las redes sociales en facilitar estas protestas, el régimen empleó varias estrategias.

Por ejemplo, en abril de 2011, en el punto más alto de las protestas “walk-to-work”, el gobierno suspendió el uso de las redes sociales, aunque el régimen deniega haberlo hecho. De acuerdo a algunas informaciones, la Comisión de Comunicaciones de Uganda escribió a los proveedores de servicios pidiéndoles que “bloquearan el uso de Facebook y de Twitter” y “eliminar la conexión y el reparto de información que incite al público”.

Por consiguiente, las protestas “walk-to-work” de abril y octubre perdieron su ímpetu, lo cual puede atribuirse a las intervenciones del gobierno. Las explicaciones oficiales del régimen para justificar esta estrategia de tomar medidas contra las redes sociales, es que estas plataformas incitan al desorden público y que regularlas es esencial para proteger la seguridad nacional.

La importancia de los medios sociales ha abierto nuevas posibilidades a los africanos para comprometerse unos con otros y con sus representantes políticos, y contribuir hacia un proceso inclusivo y de amplia base política. Se ha argumentado que el acceso a, y la provisión de, información tiene el potencial de estimular el compromiso político y ayudar a los ciudadanos a tomar decisiones políticas más informadas.

Sin embargo, el compromiso con estas plataformas no está falto de limitaciones o retos. Los contextos dentro de los que las plataformas facilitan la participación de los africanos están caracterizados por numerosos retos socioeconómicos y políticos, que dificultan la entera e igualitaria explotación de las plataformas online. Las limitaciones a la libertad de expresión relacionadas con la libertad de los medios, la libertad de información y la libertad de reunión restringen el uso libre de las herramientas de los medios sociales y tendrán un impacto negativo en la participación de los africanos en la política.

Los medios sociales, por consiguiente, proporcionan el potencial de salvar estas limitaciones al acceso y suministro de información.

Cómo de efectiva será esta forma de comunicación de masas, solo el tiempo lo dirá. Una cosa tiene que quedar muy clara, sin embargo; la tecnología está influenciando, no solo el paisaje de la política, sino en todas las esferas de nuestras vidas en África y continuará haciéndolo de formas que no podemos ni imaginar aún.

Jonathan Kyobe

(Gurtong, Sudán del Sur, 14 de mayo de 2013)

Traducido para Fundación Sur por Miguel Obregón Tomé.

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