En un comunicado común, firmado el 20 de marzo por los 3 obispos católicos de Argelia (la sede de Argel espera un nuevo obispo tras el nombramiento, el verano pasado, de Mons. Bader Ghaleb como nuncio en Pakistán), se recuerdan los 20 años del asesinato de los 19 religiosos, cuyo proceso de beatificación está ya en la fase romana (tras concluir la fase diocesana en Argelia).
Los obispos recuerdan que fueron miles de argelinos de buena voluntad los que perdieron la vida en la llamada “década sangrienta”: imanes que se negaron a firmar “fatuas” de odio, intelectuales que contribuían a la reflexión de sus conciudadanos, gente sencilla que seguía viviendo y, por lo tanto, oponiéndose al miedo del terrorismo islámico de entonces. En medio de ese pueblo, que libremente decidieron no abandonar, los “19 mártires” afirmaron en su tiempo que, en nombre del Evangelio, no podían abandonar a sus hermanos y hermanas en la tormenta.
Los prelados insisten en que este recuerdo no es “nostalgia del pasado” si no que orienta los compromisos de la Iglesia para mantener la vocación de cada cristiano: ser “hermano universal” de todos. En el “Año de la Misericordia” esperan que el testimonio (es el sentido de la palabra “martirio”) de estos cristianos contribuya a la paz y al perdón. Y citan al prior de Tibhirine, el padre Christian, que decía, en marzo de 1994, el Jueves Santo: “El testimonio de Jesús hasta la muerte, su “martirio”, es un martirio de amor, de amor por el ser humano, por todo ser humano, incluso los ladrones, los asesinos e incluso sus verdugos… El martirio incluye necesariamente el perdón”
José María Cantal Rivas, editor de AfroIslam
0 comentarios