Thomas Fuller, el esclavo aritmético

2/10/2017 | Crónicas y reportajes

Conocemos historias fabulosas sobre la capacidad de cálculo mental que poseían algunos genios científicos blancos como los físicos André Marie Ampere (1775-1836), el ruso Sergueï Kamarowski o los ingleses George Bidder o John Whateley. Se sabe que cada uno de ellos calculaba de memoria a la velocidad de un ordenador.

Pero la que más impresionó a las multitudes, y especialmente a los proabolicionistas americanos en los EE.UU., es la historia del esclavo negro llamado Thomas Fuller. Las historias sobre su extraordinaria capacidad de cálculo mental eran muy conocidas en toda la costa de Estados Unidos de aquella época. Los proabolicionistas (antiesclavistas) utilizaron su caso para apoyar el argumento de que los negros eran iguales a los blancos en términos de inteligencia.

¿Quién fue, pues, Thomas Fuller, este esclavo cuyo genio en la aritmética sorprendía a los blancos?

matematicas.jpgThomas Fuller, que fue llamado con admiración” The Virginia calculator» (el calculador de Virginia) era un africano, deportado a América como esclavo en 1724. Él nació en 1710 entre Liberia y Benin. Llegó a Virginia a la edad de 14 años cuando se convirtió en propiedad de unos agricultores blancos. Los documentos demuestran que era propiedad de dos granjeros blancos analfabetos, Presley y Elizabeth Cox, cuando su fama rebaso las fronteras de Virginia. Thomas muestra de inmediato habilidades fenomenales para los cálculos más complejos.

Dos caballeros de Pennsylvania, William Hartshorne y Samuel Coates, hombres respetables y dignos de confianza, oyeron hablar de aquel a quien todos en la región llamaban Negro Tom o Tom el Negro. Los dos hombres describieron a Tom como muy anciano cuando se cruzaron con él: «Tenía el pelo gris, y presentaba otras marcas de debilidad debidas a la vejez. Había trabajado duro en una granja durante toda su vida, pero nunca había sido exagerado en el uso de licores. Hablaba con gran respeto de su dueña y mencionaba con gran admiración su agradecimiento hacia ella por negarse a venderlo; aunque estuvo tentada de hacerlo, por el mucho dinero que se le ofrecía». Esto ocurría cuando, según muchos, Tom tendría unos 70 años.

A pesar de su situación tuvieron curiosidad por comprobar su famosa capacidad de cálculo mental. Le formularon problemas cada vez más difíciles a los que respondía fácilmente. Después de una serie de preguntas preliminares, William Hartshorne y Samuel Coates le realizaron dos preguntas esenciales a Thomas Fuller, alias «Negro Tom». Estas dos preguntas eran consideradas más complejas que las otras.

En primer lugar le preguntaron cuántos segundos había en un año y medio? Después de sólo dos minutos Tom respondió: 47.340.000.

Luego le hicieron una segunda pregunta, aún más difícil: ¿cuántos segundos ha vivido un hombre que tiene 70 años, 17 días y 12 horas? Fuller en un minuto y medio (es decir, en menos tiempo que para la pregunta anterior) respondió: 2.210.500.800.

Uno de los examinadores, lápiz en mano, se puso a hacer el cálculo. Creyendo haber pillado al genio en un error, dijo a Tom que se había equivocado. Según él, el número de segundos era menor que el dado por Tom. Y el anciano respondió con prontitud: «¡Alto Maestro! Has olvidado el año bisiesto. Mediante la adición de la suma de segundos de los años bisiestos, el caballero obtuvo el mismo resultado que Tom. El anciano negro demostraba así que sus poderes de cálculo habían resistido bien los años.

El genio de Thomas Fuller hizo admitir a los blancos que sin duda aprendió a calcular en África antes de ser llevado a los Estados Unidos como esclavo, ya que como esclavo no tenía derecho a recibir ningún tipo de educación en Estados Unidos. No pudo, por lo tanto, haber adquirido su brillante capacidad en este país.

Samuel Coates, uno de los dos caballeros de Pensilvania lamentó que Fuller no hubiera recibido una educación igual a su genio. “¡No maestro! Es mejor que nunca haya ido a la escuela. Hay demasiadas personas educadas que son idiotas «, respondió Thomas Fuller.

Thomas Fuller murió a la venerable edad de 80 años, como matemático ignorante, como genio matemático, analfabeto, pero conocido en toda la colonia por su capacidad de realizar mentalmente los más complicados cálculos.

Siempre estuvo agradecido a sus propietarios por no haberle vendido cuando comerciantes de esclavos, promotores de espectáculos, les ofrecían una fortuna para exponerlo en ferias del país.

Bekô

Fuente: Culture Kamite

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]


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