La Delegación del Consejo de Seguridad de la ONU que ha visitado Sudán, culminó su paso por el Estado de Darfur con una tensa reunión en la que se discutieron, con sus autoridades, la inseguridad en la región y la Orden de Arresto del Tribunal Penal Internacional (CPI) contra el Presidente de Sudán, Omar Al Bashir.
Los 15 embajadores y representantes de la ONU fueron recibidos a su llegada con pancartas en contra del CPI.
La reunión se convirtió en una encendida disputa con el Gobernador del Estado de Darfur-Norte, Osman Mohamed Yousef Kibir. Éste había abierto el encuentro condenando la decisión del CPI y exigiendo que se retire Darfur de la agenda de este tribunal.
Susan Rice, Embajadora de EE.UU ante las Naciones Unidas, respondió a las palabras de Kibir reiterando que Estados Unidos se mantiene firme en su determinación por alcanzar la paz y la justicia en Darfur. Expresó el apoyo de su Gobierno a la Corte Penal Internacional en su exigencia de responsabilidades a los acusados por los crímenes cometidos en Darfur.
Rice preguntó además qué acciones ha emprendido ya el gobierno de Sudán para poner fin a la impunidad de los responsables.
Kibir, enfurecido, espetó a Rice que EE.UU no es siquiera miembro del Estatuto de Roma donde se fundó la CPI, y agregó que «no entiende el interés secreto de EEUU en este tema».
Por otro lado, añadió que la Justicia de Sudán ya ha procesado 21 casos y castigado a los que de ellos han sido hallados culpables de ciertas atrocidades.
Frente al edificio donde se celebraba la reunión, los manifestantes pro-gubernamentales gritaban lemas contra el CPI y portaban pancartas de apoyo el presidente Bashir.
En 2007, tras la negativa del Gobierno de Sudán a cooperar con el Tribunal de La Haya, los jueces de la Corte Penal Internacional emitieron órdenes de arresto contra Ahmed Haroun, entonces Ministro del Interior y hoy Gobernador del Estado de Darfur Meridional, y contra el comandante Ali Mohamed Ali Abdel -Rahman, también conocido como Ali Kushayb, ambas órdenes por crímenes de guerra en Darfur.
En Marzo de 2009, la Sala Preliminar de la CPI emitió su orden de arresto contra el mismo Presidente de Sudán, Bashir, por siete cargos de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, que incluyen asesinato, violaciones y torturas.
En Julio de este año, la Corte ha añadido además tres cargos de genocidio a esa orden de arresto contra él. Alega que «hay motivos razonables para creer que [Omar al-Bashir] actuó con la intención específica de eliminar, al menos en parte, los grupos étnicos Fur, Masalit y Zaghawa».
Mark Lyall Grant, embajador británico ante la ONU planteó en la discusión que la inseguridad continúa empeorando en la región, a lo que el Gobernador reaccionó acusando de falsas las informaciones y cifras mencionadas por el diplomático.
Reunión con los desplazados internos del campo de Abu Shock
Antes de partir hacia Jartum, la Delegación visitó Abu Shok, 4 kilómetros al noroeste de El-Fasher.
Los residentes del campamento describieron la precariedad en que se hallan y el deterioro de la situación humanitaria en toda la región. Asimismo, culparon a la Operación Conjunta de Paz (tropas de ONU y UA) de no estar ayudando a mejorar la situación de inseguridad en que viven.
«Hemos contado a la Delegación del Consejo de Seguridad lo crítico de esta situación y el fracaso de la UNAMID para proteger a los civiles o incluso a sí mismos», declaró a la salida un residente del campamento que participó en el encuentro. El residente pidió a este medio permanecer en el anonimato.
Los desplazados expresaron también su enojo porque las Fuerzas de UNAMID no han podido o querido acceder hasta los civiles afectados por los recientes bombardeos y ataques del ejército sudanés en Jebel Marra.
Las Agencias de la ONU estiman que 300.000 personas han muerto y 2,7 millones han huido de sus hogares desde el levantamiento de grupos rebeldes en Darfur contra el gobierno sudanés en 2003.
Ayer, un miembro civil de la UNAMID, un ciudadano húngaro, fue secuestrado en El-Fasher por hombres armados al poco de llegar el Consejo de Seguridad a la ciudad.
Lyall Grant, embajador británico excluyó cualquier conexión entre el secuestro y la visita de la delegación de la ONU a El-Fasher. El secuestro es «un indicador de las condiciones tan difíciles en que operan los trabajadores de la ONU y de las demás Agencias Internacionales aquí en Darfur”, declaró a los periodistas.
(Sudan Tribune, 08-10-10)
Traducido por Santiago Izco.
