La suma de factores como la fábrica de rumores, unos cuantos ataques xenófobos recientemente y el recuerdo de los ataques que tuvieron lugar por todo el país hace dos años, ha creado un éxodo de gente de la ciudad costera de Ciudad del Cabo, a sus países o a las zonas rurales de Suráfrica.
Un comerciante somalí fue asesinado hace una semana en la ciudad dormitorio de Khayelitsha, a las afueras de Ciudad del Cabo, y el 6 de julio, un zimbabuense, fue arrojado de un tren en marcha por los viajeros y sufre graves heridas.
El zimbabuense dijo a los medios de comunicación que antes del ataque los pasajeros decían “Tienen que marcharse, deben volver a sus países, makwerekweres”. Makwerekweres es un término despectivo para referirse a los extranjeros africanos negros, y un insulto en general contra ellos.
Ancelot Mbayagu, un burundés que vive en Suráfrica y que es presidente de la Organización de Refugiados africanos Discapacitados, declaró que es difícil cuantificar el número de personas que están huyendo por temor a la xenofobia en estos últimos días, pero podrían ser más de 10.000.
Sin embargo, previno de que los migrantes son una población en movimiento y algunos puede que se vayan porque han terminado su trabajo de temporada, lo cual podría distorsionar las cifras. Durante la cuenta atrás para el mundial de fútbol, se publicaron informes sobre una amplia campaña contra los extranjeros, advirtiéndoles que se marcharan de Suráfrica antes de que termine el torneo deportivo el 11 de julio, o se atendrían a las consecuencias.
Los extranjeros, especialmente los que viven en las comunidades marginales, a menudo son acusados de “robar” los trabajos y las viviendas a los nacionales. En mayo de 2008, estalló la violencia xenófoba en Johannesburgo y se expandió rápidamente por la mayor parte del país, con el resultado de más de 60 personas asesinadas, un tercio de los cuales eran ciudadanos surafricanos, y desplazando a unos 100.000.
La xenofobia ha sido una constante en la Suráfrica post apartheid y los ataques de mayo de 2008 fueron los más intensos hasta la fecha. El Programa de Estudios de las Migraciones Forzadas, de la universidad de Witwatersrand, calcula que hay entre 1.6 y 2 millones de extranjeros residentes en Suráfrica, con una población de 48 millones.
Braam Hanekom, coordinador de una ONG de Ciudad del Cabo que defiende los derechos de los migrantes tanto documentados como indocumentados, refugiados y solicitantes de asilo, declaró que hace cinco meses se dieron cuenta de que se estaba produciendo una “enorme circulación de rumores e intimidaciones contra extranjeros, pero no hay pruebas consistentes de ataques planeados” para cuando termine el mundial. “No creo que los zimbabuenses se despierten una mañana y digan “venga, vámonos ahora”, esto se planea con antelación, lo tenían planeado desde hace algunos meses, la percepción de la gente que de repente sale corriendo de Ciudad del Cabo no es del todo cierta”. Las personas movilizadas son alrededor de cinco veces más de lo normal. “Podría se comparable a la temporada de diciembre, cuando muchos migrantes vuelven a sus casas por Navidad”, explica Hanekom.
(Daily Nation, Kenia, 09-07-10)