Las críticas dirigidas hacia el presidente de Zambia, Hakainde Hichilema, están siendo el pretexto bajo el que el gobierno está llevando a cabo detenciones arbitrarias, recurriendo en algunos casos a recovecos legales para entorpecer el proceso de defensa de estos detenidos.

El líder del Partido Económico y Equitativo de Zambia, Chilufya Tayali, fue arrestado por las autoridades el pasado jueves, 19 de mayo, en la capital del país. Tayali fue trasladado al día siguiente a la ciudad de Lukulu, donde fue acusado de difamación al presidente. Estos traslados forzosos tienen la finalidad de mantener al detenido bajo arresto el máximo tiempo posible, ya que la ley obliga a que un detenido sea puesto a disposición judicial cuarenta y ocho horas después de su detención. Al ser detenido en una ciudad y ser trasladado a otra, las autoridades consiguen notificar al detenido sus cargos mucho después del momento exacto de su privación de libertad. Además, supone un coste extra para el arrestado, que debe correr con los gastos de desplazamiento de su abogado.

Desde la sociedad civil se ha denunciado que solamente las personas acaudaladas tienen la posibilidad de ser críticos con el presidente del país, debido a lo prohibitivo que resulta este método de detención. Tayali tuvo que costearse también el transporte de vuelta a Lusaka, en un trayecto de más de seiscientos kilómetros de su domicilio, un viaje que supondría un verdadero quebradero de cabeza para una persona que no tuviera los recursos económicos necesarios.

A pesar de estos hechos, el presidente Hichilema asegura que bajo su mandato se ha restaurado la libertad de expresión y de asociación, “permitiendo a cualquiera decir todo aquello que quiera decir".

Fuente: Lusaka Times – Venus N Msyani

[Traducción y edición, Mario Civantos González]

[CIDAF-UCM]

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