Autor: Javier Mantecón
El arte plástico en Madagascar es, cómo todo lo que ocurre en la Gran Isla, endogámico. El escaso tráfico de ideas que sufre el país debido a su aislamiento geográfico y cultural ha creado una serie de lenguajes de expresión únicos en el mundo. Aunque esta especificidad de incomunicación cultural no desemboca siempre en una situación positiva. La falta de aires de renovación provenientes del extranjero ahoga la escena de arte contemporáneo de la Isla Roja. Pocos artistas tienen la oportunidad de viajar y trabajar en el extranjero ampliando sus conocimientos y perspectivas pero los que lo hacen han desarrollado un lenguaje plástico muy personal.
Hoy nos citamos con Temandrota, de nombre real Razafimandimby Randriahasandratra, al que agradecemos que haya decidido elegir un nombre artístico más sencillo que el personal. Temandrota tomó con orgullo su alias del nombre de su pequeña tribu, prácticamente desconocida incluso en Madagascar. Y no sólo su nombre. Su trabajo, inclasificable mezcolanza de colores terrestres y fosforitos, collage, textil y madera, se ha erigido como una de las propuestas más originales y personales de la isla de los baobabs.
Temadrota es un “charmeur”, un artista con el don de la palabra y el carisma que hipnotiza con su visión del mundo artística y personal. No hace falta preguntarle demasiado, Temadrota ya ha comenzado a hablar largo y tendido de su carrera profesional antes de que saquemos el cuaderno de notas. El lugar de encuentro: Is’art Galerie, la única galería profesional de arte contemporáneo de Madagascar con la que Temandrota colabora continuamente realizando talleres para niños y adultos o incluso atreviéndose a cantar las canciones de su tribu en las jam sessions que se organizan cada fin de semana.
La historia de Temadrota podría ser llevada directamente al comic o incluso al cine. Un niño de provincias que a base de crear su propio lenguaje expresivo, viaja por todo el mundo representando el arte de su propio país. “Provengo de la región de Androy al sur de Madagacar. Mis tíos eran constructores de casas tradicionales, así empecé a manipular el material con el que realizo mi obra. He trabajado siempre con la naturaleza como idea principal hasta el día de hoy. Hacía mis dibujos en sacos de cemento y por azar en 1996 un marchante de arte vio mi trabajo y comenzó a vender mis obras. Después de estas ventas empecé a trabajar en hoteles de las distintas regiones de Madagascar haciendo performances de live painting de gran formato y sin quererlo ya estaba haciendo exposiciones.”
El carisma personal de Temandrota siempre le ha facilitado su encuentro con otros artistas pero también con instituciones o mecenas. Él es sin duda, uno de los artistas plásticos más reconocidos y célebres de su país. Su técnica y narrativa plástica son un rara avis en una escena, la malgache, que necesita urgentemente aire fresco para renovarse y mirar al futuro. La constante de su tradición tribal, el lenguaje contemporáneo y la recuperación de elementos naturales y artificiales como la paja, la resina, el barro o los teclados de móviles obsoletos, presentan un cuerpo plástico tremendamente original.
“Hago pintura étnica, mi nombre procede de mi tribu Tandroy. La pintura geométrica está ligada al arte funerario como el centro de mi investigación artística y personal. La utilización de materiales recuperados de las zonas rurales está destinados para explicar mi visión del mundo. La influencia de la escultura antigua de los mitos, cuentos y leyendas es permanente en mi temática. El arte me sirve para vincular el pasado en mi propio presente para que pueda ver el futuro a través de mi trabajo”.
La combinación de elementos de diversas disciplinas es ya marca de la casa. El maremágnum plástico que supone su propuesta sorprende en un primer momento al público general, acostumbrado a ideas provenientes de la isla de carácter mucho más tradicional. “El uso de los colores terrestres es omnipresente en mi obra, al mismo tiempo los colores fluorescentes, que forman parte de la tradición textil de mi tribu. Mi experiencia en el sector textil ha ayudado en este sentido a la creación de mi paleta personal. La recuperación de desechos que generan las urbes como el metal, los móviles, el plástico o las fibras forman parte de mi imaginario. La combinación entre materiales urbanos y naturales desemboca en la contemporaneidad de la lectura visual de mi trabajo. El sentido de colectividad de mi tribu en el entorno rural y la individualidad en la vida urbana se reencuentran en la elección temática que desarrollo.”
La originalidad que respira cada una de sus creaciones le puso pronto en el punto de mira de instituciones y marchantes internacionales. Su trabajo en el exterior de Madagascar enriqueció su trabajo otorgándole una perspectiva más orgánica y armónica.
“Mis pinturas se declinan entre une técnica la pintura y la escultura. Busco el volumen en mi pintura a través del collage o el montaje de diferentes piezas. Trabajé para una compañía de diseño de estampado de tejidos durante cinco años, esa experiencia se añadió a mi técnica como artista, combinándose con mi trabajo con la pintura y el volumen. A partir de 2008 comencé a viajar para realizar residencias en el extranjero por ejemplo, Alemania, Bélgica, Francia, Sudáfrica, Haití o Países Bajos y en 2014 participé en la bienal de Dak´art en Senegal. “
La rareza de su idiosincrasia artística le ha llevado a trabajar y exponer en medio mundo, siendo sin duda uno de los artistas de Madagascar con más renombre en el circuito internacional. Al mismo tiempo Temandrota no olvida que su realidad diaria es su isla, su tribu y su entorno urbano en Antananarivo, en donde reside desde hace unos años.
“También he realizado intervenciones en el medio urbano en Madagascar y en colegios que se han ido multiplicando estos últimos cinco años, por ejemplo a través del Festival de Arte Urbano de Madagascar o en la Universidad de Antananarivo. Considero importantísima la educación artística dirigida hacia la población general en un país donde no existe ninguna escuela de Bellas Artes”.
En estos momentos Temadrota está finalizando el montaje de la exposición que inaugurará en Is´art Galerie esta misma noche bajo una expectación insólita en este tipo de evento. “Esta exposición de 2016 que presento, “Voix de silence” (Voces del silencio) es una instalación artística que continua la senda que he caminado y se desarrolla alrededor de textos de diversos autores que me he encontrado personalmente. Los textos pueden ser poemas, proverbios, novelas o incluso recortes de periódico. Lo que intento transmitir a través de mi experiencia con el textil, es la imagen como vector textual. “Voix de silence” habla también de mis secretos, de mi interior, cosas que no comparto con el resto del mundo. Desarrollo con esta exposición un lenguaje de introspección identitaria y simultáneamente de apertura a través de los textos en los que me he basado.”
Más que expectantes hacia lo que nos encontraremos esta noche, preguntamos a Temandrota cómo perfila su futuro como artista:
“Espero que esta exposición anime a otros autores a trabajar más estrechamente conmigo, ya sea a través de la escenografía, el atrezzo o instalaciones multidisciplinares. Parece que podré exponer en París, en el 59 Rivoli este verano dentro de la iniciativa Madagasyart, espero que salga adelante. Veo mi futuro con una casa en la playa y rodeado de mujeres (risas). Además, y siendo más terrenal me veo viajando más, haciendo más exposiciones en el extranjero, residencias y compartiendo mi técnica y visión del arte y del mundo”
Un verdadero charmeur que tiene claro su futuro, el cómo y el qué quiere hacer, sin depender de nadie de nada. Seguro de su potencial. Un artista hecho a sí mismo, diferente, excitante y sorprendente. Porque como es sabido, en Madagascar se encuentran secretos únicos en el mundo. Temandrota es un secreto único, aunque ya sea a voces.
Original en Afribuku