El gobierno de Tanzania ha fijado el 31 de enero de 2025 como fecha límite para el uso de carbón y leña por parte de las instituciones del país. Esta medida forma parte de los esfuerzos que realiza el gobierno para suspender el uso de fuentes de energía que son peligrosas para la salud de las personas y el medio ambiente.
Los datos extraídos del Ministerio de Energía en Dar es Salaam el año pasado mostraron que, a pesar de ser fuentes energéticas convenientes por ser opciones baratas, el carbón vegetal, la leña y los residuos de cultivos tienen un impacto profundamente perjudicial en la salud de las personas, causando hasta 33.000 muertes al año. Tan sólo entre un 4,5 % y un 8 % de la población tanzana utiliza energía limpia para cocinar en sus hogares.
Según datos del gobierno, más de 46.960 hectáreas de bosques, equivalentes al 26 % de la masa terrestre de Tanzania, son destruidas cada año debido a la tala de árboles para producir leña y carbón. De acuerdo a las estadísticas disponibles, se estima que el 16 % de la tierra ha sido destruida y que podría convertirse en un desierto debido a las actividades ilegales relacionadas con el uso de carbón y leña. La leña se utiliza en abundancia porque es más fácil de obtener y mucha gente puede pagarla, a diferencia de otras fuentes de energía como la electricidad y el gas. Sin embargo, el peligro de la leña es que afecta la salud del individuo al provocar enfermedades derivadas de la inhalación de gases venenosos que afectan a los pulmones y al corazón.
Fuente: The East African
[Traducción y edición, Itzá Camacho de Domingo]
[CIDAF-UCM]
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