Autor: Javier Mantecón
La escena plástica de Madagascar ha exportado en contadas ocasiones su talento fuera del país. La dificultad y el coste de salir del país no facilitan el movimiento de artistas ni de sus obras. Pocos artistas proyectan su carrera hacia el exterior e incluso pocos lo hacen alrededor del propio país cuya movilidad supone un gran hándicap. Gracias a una temprana curiosidad artística y a una inquietud constante, Tahina Rakotoarivony, escapa de esa norma. Su creación artística, en perenne metamorfosis, ha supuesto un verdadero revulsivo para la escena plástica malgache. La incorporación periódica de nuevas técnicas y temáticas continúa siendo un espejo en el que cualquier artista de Madagascar se mira para aprender. Si sumamos a esta exploración el hecho de que se erija como el director del único centro cultural alternativo del país, Is´art Galerie, podemos entender que su figura como una suerte de padrino de las artes malgaches. Su carácter afable, su risa de chiquillo y su olvidadiza personalidad alienta a cualquier joven a acercarse a su candor del que podrá formarse, instruirse, cultivarse y desde luego, divertirse. Nos acercamos hoy a Tahina, que junto a Temandrota, establecen el núcleo de la generación de artistas plásticos malgaches que están llamados a ser los ejemplos de las nuevas generaciones. Establecemos con él una conversación un tanto adormilados entre risas y anécdotas regada por un rico café malgache.
¿Puedes contarnos tus inicios como artista?
Empecé relativamente tarde. A los dieciséis años comencé a seguir el consejo de Richard Razafindrakoto quien era discípulo de mi tío. Richard fue el gran nombre de las artes plásticas en Madagascar en los años 80. Ayudó mucho a poner el país en el mapa de las artes africanas.
¿Y cómo te acercaste a él?
Todo comenzó en Isa, un espacio con funciones de galería y taller que fundó mi tío con Richard Razafindrakoto. Allí empecé a formarme. De hecho la Is´art Galerie de estos días es una continuación de la visión de aquel proyecto. Quise mantener esa idea. Como artista, durante mis años de juventud, mientras practicaba un comprador se interesó por una obra mía. Mi mentor me dijo “este es tu primer salario, ya eres un profesional” (risas). Gracias a su consejo me tiré a la piscina y continué trabajando hasta ahora.
En un momento dado, tu desarrollo como artista comienza a crecer. ¿cómo planificas tu carrera un artista joven como usted?
Esta idea viene también de Richard Razafindrakoto. Él llevaba un tiempo organizando exposiciones en el extranjero, había viajado. Él nos animaba a movernos, a cambiar de punto de vista. Nos apoyaba para entrar en procesos de residencias con artistas extranjeros, que nos ayudaban mucho a intercambiar ideas y aprender. Gracias a estos contactos pude viajar a Francia y completar una residencia para comenzar a profesionalizarme.
Una de las características con la que podemos etiquetar tu obra artísticamente es precisamente la falta de etiquetas. Utilizas una gran diversidad de técnicas y materiales. Cada exposición que montas es completamente diferente. Es inquietud ¿corresponde a ese periodo de tu vida de constante búsqueda?
Para mi es más una manera de ser que una inquietud. Me considero un artista de la actualidad. Combinando la información que recibo intento crear un discurso propio. Esta opinión es la que provoca una respuesta en el público. Ya que la actualidad es tan diversa, toma tantas formas, yo lo hago también. Utilizo el “combing painting” como punto de partida porque me permite desgranar y presentar la información que recibo a mi manera.
Desde Is´art Galerie, promueves mucho las exposiciones colectivas. ¿por motivos de aprendizaje propios o de profesionalización del sector?
Ambos. Para mí es un laboratorio de pruebas en el que puedo acercarme a otras disciplinas como la fotografía o el videoarte que normalmente no trabajo. Al mismo tiempo, no hay muchos artistas en Madagascar, no hay mucha circulación de ideas. Con estas exposiciones colectivas, nos adaptamos a un tema concreto, aprendemos unos de otros.
Te consideras un periodista de tu tiempo. Como decías, un artista de actualidad. El cambio constante de soporte y material de tus obras, ¿depende del mensaje que quieres transmitir?
¡Claro! Bien visto. Por ejemplo, la exposición “Ironic paper” ¿te acuerdas? Hablaba de la incongruencia de la sociedad. Los absurdos de la moralidad contemporánea. Para ello utilicé noticias de periódicos actuales. Y la materia fue el papel reciclado de esos periódicos. El material, la técnica, estaba directamente ligado al mensaje que quería transmitir con la exposición. Utilizo muchas maneras de acceder a la información, ya puede ser el periódico en este caso, en otros, internet, los rumores de la calle, etc. Las tendencias artísticas del mercado del arte, aunque no le preste demasiada atención, están ligadas a la actualidad. Es normal, somos hijos de nuestro tiempo.
La escena plástica malgache es muy endogámica. Tú que has salido, que has viajado e intercambiado impresiones con artistas de otros países. ¿Crees que te diferencia como artista respecto a otros del país?
Claro. Es normal. Viajar te cambia, tú lo sabes bien. Madagascar es un país con infraestructuras muy básicas a todos los niveles. Intentamos movernos para aprender. Yo he tenido la suerte de poder viajar y confrontar mis ideas frente a otras, aprender de esa dialéctica. Como asimilamos esas experiencias es lo que nos hace crecer como personas y como artistas. Es un trabajo enorme. La formación continua de ti mismo como artista es una lucha interna constante. También tienes que estar atento a cómo el público percibe tus obras y si la manera que buscabas de percutir en ellos es la que buscabas. ¡Es complicado! (risas).
Como director de Is´art Galerie, y probablemente una de las voces más autorizadas para hablar de la escena plástica malgache. ¿Cómo ves el futuro de la escena?
Creo que va mejorando. Eso es lo que intentamos hacer en Is´art Galerie. El futuro de la galería y de la escena no lo alimento yo, son los artistas que utilizan el espacio quienes lo hacen. Son ellos quienes comparten su trabajo entre ellos, yo sólo lo facilito.
¿Crees que este intercambio mejorará la escena plástica de Madagascar?
El intercambio lleva a la innovación. Y la innovación es básica para el arte. En Is´art Galerie hemos comprobado el aumento exponencial de jóvenes como artistas y asistentes. Ahí se encuentra nuestro impacto. Los artistas y el público comienzan a perder el miedo a expresarse, a criticar, a experimentar. La escena plástica la estamos creando aquí y ahora, en este momento. Para mí ahí está el futuro. Yo he podido hacerlo en el extranjero, ¿por qué no hacerlo en Madagascar? Ojalá Is´art Galerie sea la primera de muchas galerías. Hay que animar a los artistas a encontrarse y a desarrollarse.
Respecto al público, tanto como artista como director artístico ¿crees que éste debe de ser formado?
Lo primero para mí es poder ofrecer arte. Sin oferta artística no hay discusiones. Primero tenemos que crear algo de manera constante de lo que la gente pueda hablar. Sin ese producto artístico, no hay nada que hacer. Hay que estimular la curiosidad para que el arte sea importante para la gente. A partir de ahí ya hablaremos de educación formal. ¡Lo primero es lo primero!
De tus exposiciones ¿de cuál te sientes más orgulloso?
Disfruté mucho aquella de gran formato… ¿te acuerdas? Con Sankara, Blaise Compaoré… ¿cómo se llamaba? Madre mía qué memoria…
¿“Jutxaposition”?
¡Sí, gracias! También “Ironic Paper” de la que hablábamos anteriormente. Disfruté como un enano haciéndola. Y después la reacción y polémica que hubo… ¡fue muy divertido!
¿Cuáles son tus proyectos futuros?
Primero estoy aprendiendo acerca del compost y la agricultura ecológica. Quiero ver cómo puedo implementar esta técnica en Kantso, la residencia de artistas que gestionamos a las afueras de Antananarivo. Como artista, próximamente estaré en Casablanca en residencia y luego ¡a saber!
¿Quieres añadir algo?
Sí, animar a todos los artistas y el público a arriesgarse, a dar un paso adelante. Compartir con otros nuestra manera propia de expresarnos nos enriquece, nos hace mejores y más felices.
Sabias palabras.
Ha quedado bonito ¿eh? (risas)
Original en : Afribuku