T ú n e z las tunecinas logran mudar la nueva constitución, por Antonio Molina

18/10/2012 | Bitácora africana

Las feministas tunecinas se habían asustado, pero finalmente su movilización junto con la de los socialistas de partido Ettakatol ha conseguido parar el golpe.

En la nueva Constitución de Túnez, la mujer será ”igual” al hombre y no “complementaria” ,como lo intentó el partido islamista Ennahda mayoritario.

LA ELABORACIÓN DE LA NUEVA CONSTITUCIÓN

Desde finales de 2011, una Asamblea Constituyente elegida democráticamente, en la que los islamistas ostentan la mayoría relativa, elabora la nueva Carta Magna de Túnez.
Seis comisiones redactan los artículos de la futura Constitución, que revisa y armoniza, antes de someterlos al pleno, una Comisión de Coordinación.

Ennahda propuso durante el verano de este año, en la Comisión de Derechos y Libertades, que la mujer fuese considerada, en el artículo 28 de la Ley Fundamental, como “complementaria” del hombre, lo que suscitó una oleada de protestas, que se concretizaron en la convocatoria hecha por varias asociaciones de la sociedad civil de una gran manifestación realizada el 13 de agosto, aniversario de la promulgación del estatuto personal por el presidente Burguiba, que modernizó hace sesenta años la situación de las tunecinas.

LA LEY DE BURGUIBA SIN PARANGÓN EN EL MUNDO ÁRABE

El código de la persona o estatuto personal promulgado por Burguiba, poco después de alcanzar el poder y la independencia de su país, en el que se equipara a las mujeres con los hombres, no tiene nada semejante en el mundo árabe. Además, prohíbe la poligamia – autorizada por el Islam – y la repudiación de la esposa. Al mismo tiempo establece el matrimonio y el divorcio civil.
Por algo Túnez fue el primer país árabe donde hubo, desde 1983, una mujer ministro y en 1980, una mujer piloto de aviación.
Sin hablar que en el campo universitario hay más chicas que muchachos en las facultades y escuelas superiores y que en la actualidad el número de profesoras universitarias y de médicas es mayor que el de hombres de esas profesiones.

EFECTOS DE LA MOVILIZACIÓN FEMENINA

Las tunecinas arrasaron como auténticos “bulldozers”. Su movilización ha surtido efectos. Los diputados de Ennahda han dado marcha atrás.
La nueva redacción del artículo 28, aprobado por consenso esta semana en la Comisión de Coordinación, estipula no sólo la igualdad de sexos, sino que recalca la “igualdad de oportunidades” en función de la competencia personal.

Señala, por último, que la violencia contra la mujer debe ser penalizada.

Se da por descontado que el pleno de la Asamblea ratificará este enunciado.

NO BAJAR LA GUARDIA, MANTENERSE VIGILANTES

La sra. Emna Menif, de la Asociación Feminista Kolna Tounes, comentó:
“Es un paso adelante, pero lo sucedido demuestra que debemos mantener la vigilancia para impedir cualquier retroceso.”
La más célebre de las feministas tunecinas, Lina ben Mehni, considera, sin embargo, que la situación de las mujeres tunecinas está empeorando: “Antes reclamábamos más derechos, pero ahora tenemos que luchar para preservar y defender los ya adquiridos, que los islamistas pretenden arrebatarnos.”

CONCLUSIÓN

No podemos menos de admirar a las mujeres tunecinas por su tesón y perspicacia vigilante para oponerse a cualquier maniobra de los islamistas, que aunque se digan moderados esconden al lobo bajo la piel del cordero. Al mismo tiempo este triunfo dará ánimos a las mujeres de los otros países árabes de que el cambio es posible, siempre que las mujeres permanezcan unidas y realicen acciones eficaces. Viene a mi mente aquel grupo de mujeres de una aldea de las montañas de Kabilia, que decretaron la huelga de relaciones conyugales con sus maridos.

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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