Suecia, Irlanda y Gran Bretaña son los primeros de una lista de 21 países ricos comprometidos en la ayuda al desarrollo de las naciones africanas. Estados Unidos, la economía más grande de mundo, está en un lejano decimotercero lugar, mientras Japón es el país menos comprometido al continente entre las naciones ricas.
El Centro para el Desarrollo Global, con sede en Washington, señaló en el informe Compromiso al Índice del Desarrollo (CDI) que valoró la aportación de los países ricos en cuánto a que sus políticas ayuden a los países más frágiles de África. Los tres países citados se situaron como los primeros en ayudar el continente en siete categorías del desarrollo.
El índice mide el desempeño de los países ricos teniendo en cuenta no sólo la cantidad de la ayuda, sino también la calidad, el respaldo a las exportaciones de las naciones africanas, el apoyo a proyectos medioambientales y las contribuciones a las intervenciones internacionales para preservar la paz y la ayuda humanitaria. Por otro lado, en el índice los países pierden puntos al exportar armas a regímenes autoritarios.
El índice también valora las políticas de inversión y de migración, así como el compromiso para promover y compartir libremente la tecnología. Está diseñado para reemplazar los criterios usuales de medir sólo la ayuda al extranjero en función del porcentaje del Producto Interior Bruto.
«Las naciones ricas están vinculadas con Africa en muchos sentidos y no sólo por la ayuda al extranjero», afirmó a IPS Steve Roodman del Centro para el Desarrollo Global (CGD). «Si estamos realmente comprometidos en ayudar al desarrollo en África no podemos mirar solamente a una parte, necesitamos tener en cuenta todo».
El índice otorgó a Suecia el primer lugar por sus fuertes actuaciones en la ayuda y la seguridad, mientras Irlanda llegó al segundo lugar por su ayuda y su presencia preservadora de paz con tropas en Liberia.
Gran Bretaña se situó en tercer lugar porque está entre los primeros inversores y compromisarios para preservar la seguridad en África. Gran Bretaña también tiene unas políticas muy ventajosas en migración y medioambiente.
Portugal se sitúa en sexto lugar por su política de apertura a los emigrantes africanos. Japón, el anfitrión de la cumbre del G-8 de las naciones más industrializadas que se celebrará en Hokkaido en julio, ha sido colocado en el último lugar en el índice por mantener unas altas tarifas arancelarias a las exportaciones de arroz procedente de África que varían del 600 al 800 por ciento.
«En la subcategoría de medioambiente, Estados Unidos se coloca el último. Los EEUU no han ratificado el Protocolo de Kyoto, el esfuerzo más grande internacional para afrontar el cambio climático. Ese vacío, junto con los emisiones altas de gases a la atmósfera e impuestos bajos en el consumo de combustibles sitúa a EEUU en el último lugar» según el estudio. El índice también dio Estados Unidos bajas marcas en la categoría de ayudas porque todavía aporta muy poco a África teniendo en cuenta su tamaño.
El grupo Africa Action, con sede en Washington y que se encarga de analizar la situación en África, considera que la política de seguridad de EEUU hacia África se mueve hacia “una dirección peligrosa con el potencial de generar más problemas para el desarrollo”, particularmente con la creación del AFRICOM, comando conjunto de EEUU para África. «AFRICOM representa un potencial de cambios en las relaciones entre EEUU y África, donde el Departamento de Defensa podría aumentar su control sobre funciones relacionadas con las políticas del desarrollo anteriormente supervisadas por el Departamento de Estado,» afirmó a IPS Michael Swigert del grupo Africa Action. El grupo ha advertido de «los peligros de militarizar la política del desarrollo de los Estados Unidos».
Roodman de CGD dijo que el principal mensaje del informe fue que todos los países ricos de mundo podrían hacer mucho más en favorecer el desarrollo en Africa. Por ejemplo, Suecia obtuvo solo un promedio de cinco en cuatro de las siete áreas de la política de Africa CDI. «Ninguno de los países, entonces, debe estar contento con sus resultados. Todos lo pueden hacer mejor, y especialmente los titanes del G-7 tienen una oportunidad de ayudar mucho más a los africanos» según el CGD.
Además de los desafíos al desarrollo que requieren políticas más flexibles de las naciones ricas, el continente se enfrenta a nuevas amenazas por la fuerte subida en los precios de los alimentos.
El lunes, el Banco Africano del Desarrollo (AfDB) y las Naciones Unidas advirtieron de que la crisis de alimentos podría hacer retroceder el progreso hecho por muchos países para alcanzar los Objetivos del Desarrollo del Milenio, que pretende combatir la pobreza extrema y favorecer mayores ayudas de las naciones más ricas.
Emad Mekay
Inter Press Service (Johannesburg)
13 May 2008