Sudán afirmó, ayer martes, su deseo de normalizar las relaciones con los EE.UU. a pesar de la extensión de las sanciones y de su impacto negativo en el país africano.
Los EE.UU. acaban de aprobar, por un año más, la prolongación de las sanciones contra Sudán, pero también afirman que quieren continuar el diálogo con Jartum y no descartan el levantamiento de las sanciones en cualquier momento. Sudán está sujeto, desde 1997, a un embargo comercial por parte de los EE.UU., que acusan a Jartum de apoyar a los grupos islamistas violentos. El ex jefe del grupo yihadista líder de Al-Qaeda, Osama ben Laden tuvo su base en Jartum entre 1992 y 1996.
Posteriormente, los Estados Unidos denunciaron las tácticas del gobierno de Sudán en el conflicto que le enfrenta con las minorías rebeldes, especialmente en la región occidental de Darfur.
La noche del lunes, el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció que se extendían un año más las sanciones, a partir del 3 de este mes. «Las acciones y la política del gobierno de Sudán siguen planteando una amenaza extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos», declaró el presidente en un comunicado. Las repetidas visitas a Jartum del enviado especial de Estados Unidos a Sudán, Donald Booth, han dado lugar a especulaciones sobre una posible flexibilización de las sanciones.
La Embajada de Estados Unidos en Jartum por su parte, aseguró ayer que la extensión de las sanciones «no prejuzga la posibilidad de que el presidente decida retirarlas en cualquier momento en el futuro». Washington quiere mantener su diálogo con Jartum, declaró la embajada. Los Estados Unidos «han sido muy claros con el Gobierno de Sudán en relación a las medidas que deben adoptarse para lograr un levantamiento de las sanciones económicas», añadió la embajada.
Medida de «rutina»
El Ministerio de Asuntos Exteriores sudanés restó importancia a la decisión del presidente Obama, considerándola una medida anual de «rutina». La extensión de las sanciones no frenará los esfuerzos en curso para mejorar las relaciones entre los dos países, aseguró el ministerio en un comunicado.
Un alto el fuego en Darfur, en los estados meridionales del Nilo Azul y en Kordofan del Sur, donde Sudán se enfrenta a los movimientos rebeldes es una condición clave establecida por Washington para un levantamiento de las sanciones económicas.
En septiembre de 2015, los Estados Unidos se negaron a conceder el visado al presidente de Sudán, Omar al-Bashir, para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, debido a la orden de detención dictada contra él por la Corte Penal Internacional (CPI) por la guerra en Darfur.
Esta zona es el escenario de un sangriento conflicto desde 2003, cuando los rebeldes de minorías étnicas se levantaron en armas contra el gobierno de Jartum, en manos de una mayoría árabe. La ONU estima que los combates han dejado al menos 300.000 muertos y 2,5 millones de desplazados.
afrique360.com
Fundación Sur
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