Sudán: Nadie oye nuestro grito, por Alberto Eisman

9/06/2011 | Bitácora africana

Como estaba desgraciadamente previsto, los eventos que han tenido lugar después de la ocupación de la estratégica ciudad de Abyei por parte de las fuerzas del ejército sudanés a las órdenes de Jartum, se suceden de una manera preocupante.

Aparte de la ocupación y parcial destrucción de barrios residenciales de la ciudad, que ha causado la huída de miles de civiles, ahora tenemos informaciones de enfrentamientos armados en la región del Sur Kordofán – más conocida por las Montañas Nuba – lo cual significa que posiblemente estas acciones sean parte de una estrategia si no de guerra total sí de movimientos tácticos para asegurar que el régimen de Jartúm obtiene beneficios añadidos cuando el 9 de Julio el Sur de Sudán se convierta en un nuevo país independiente.

Es un secreto a voces que el régimen islamista no está contento con la situación actual y ve que va a perder no solo un importante pedazo de su territorio, sino el control y el acceso a la mayoría de los yacimientos petrolíferos. No pueden aceptar la situación actual y por tanto tienen que forzar la situación, aprovechándose de situaciones como la vaga, ingenua y desorientada política norteamericana en la zona cuyo último representante Scott Gration pasará a la historia como pardillo diplomático del año.

Mientras la comunidad internacional está ocupada con otros temas la situación se complica por horas y la violencia crece. Para colmo de males, – según un reciente informe – la pasividad de las fuerzas internacionales de la ONU (UNMIS) en las primeras horas de la ocupación forzosa de Abyei ha sido manifiesta, incluso uno de los generales de la fuerza admitió a Reuters que literalmente las fuerzas de paz se encerraron en sus cuarteles mientras las fuerzas sudanesas atacaban a la ciudad y a los civiles. Un informe de hoy mismo habla ya de disparos de artillería pesada y carros que combate en Kadugli, otra zona esta vez en el Norte de Sudán y la ciudad más importante de las Montañas Nuba. Se dispara a los civiles acusándolos de ser miembros del SPLA (Ejército Popular de Liberación del Sudán). Las Montañas Nuba es una de las regiones que junto con la parte meridional del Nilo Azul y Abyei forman las zonas en contención y que, teóricamente, tienen un estatus especial con posibilidades de autodeterminación. Lógicamente, el régimen imperante hará lo que pueda para evitar que esto se convierta en realidad.

Provocando una guerra “de baja intensidad”, el gobierno de Jartúm vuelve a las andadas… como si fuera un guión escrito ya hace mucho tiempo pero que a base de llevarlo a cabo una y otra vez se ha terminado perfeccionando: no hagamos grandes ataques ni acciones militares de envergadura para no atraer a los medios de comunicación, aprovechemos que todo el mundo está hablando de los pepinos, de Gaddafi o de la bragueta inquieta del jefe del FMI… y lancemos una ofensiva quirúrgica contra centros estratégicos. Hasta ahora, les ha salido bien, porque casi nadie se ha enterado. Casi nadie en la prensa hispanohablante y pocos en la internacional se han hecho eco de esta situación. Es deprimente.

De nuevo, Sudán se encuentra en una crucial encrucijada y se ve abocado a una espiral de violencia fomentada por un régimen que lleva ya demasiados años atormentando a quienes piensan de manera diferente. Puestos a hacer comparaciones en el termómetro dictatorial, Gaddafi es un aprendiz en comparación con el presidente El-Bashir, artífice de la “yihad” contra el Sur, de una represión continua de líderes opositores, de ataques químicos contra la población civil como sucedieron en 1996 y no de casualidad está acusado de crímenes de guerra y genocidio en el Tribunal Penal Internacional. Desde el 2005, era casi necesario que apareciera como artífice de la paz, pero se sabía que detrás de aquella careta había una gran ambición política y un sistema verdaderamente sanguinario. Mientras se danzaban sones de paz y se ganada algo de tiempo firmando acuerdos de paz, el gobierno no ha dudado en rearmarse con los productos más sofisticados del mercado y preparase para una nueva guerra para defender un petróleo que consideran propiedad privada del norte. Atacando Abyei y las Montañas Nuba de esta manera, el régimen de nuevo muestra su verdadero rostro. A ver si la comunidad internacional se va enterando.
P.S. Las últimas noticias que recibo del terreno hablan de una situación mucho más complicada de lo que parece a primera vista. En Kadugli y Dilling las fuerzas paramilitares están acosando al personal de la Iglesia y los cristianos del lugar. Se están produciendo saqueos masivos de casas y organizaciones. Ha habido bombardeos en cinco pueblos al sur de Kadugli y se teme que la situación de inseguridad se extienda a El-Obeid, una de las ciudades más importantes de Darfur. Algunos observadores cercanos a la ONU comienzan a hablar de una situación que puede desembocar en una «limpieza étnica».

Original en En Clave de África

Autor

  • Alberto Eisman Torres. Jaén, 1966. Licenciado en Teología (Innsbruck, Austria) y máster universitario en Políticas de Desarrollo (Universidad del País Vasco). Lleva en África desde 1996. Primero estudió árabe clásico en El Cairo y luego árabe dialectal sudanés en Jartúm, capital de Sudán. Trabajó en diferentes regiones del Sudán como Misionero Comboniano hasta el 2002.

    Del 2003 al 2008 ha sido Director de País de Intermón Oxfam para Sudán, donde se ha encargado de la coordinación de proyectos y de la gestión de las oficinas de Intermón Oxfam en Nairobi y Wau (Sur de Sudán). Es un amante de los medios de comunicación social, durante cinco años ha sido colaborador semanal de Radio Exterior de España en su programa "África Hoy" y escribe también artículos de opinión y análisis en revistas españolas (Mundo Negro, Vida Nueva) y de África Oriental. Actualmente es director de Radio-Wa, una radio comunitaria auspiciada por la Iglesia Católica y ubicada en Lira (Norte de Uganda).

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