Sudán : El Referendum cortará al país en dos . por Antonio Molina

23/07/2010 | Bitácora africana

El Acuerdo de Paz impulsado internacionalmente, que se suponía transformaría al Sudán en una democracia unificada, podría estar a punto de dividir el país más grande de África en dos estados monopartidistas.

EL REFERENDUM DE AUTODETERMINACIÓN

Dentro de unos meses,- en enero 2011,- el pueblo del sur de Sudán votará en un referéndum si separarse del norte y formar el país más joven de África. Es un plebiscito prometido por el Acuerdo de Paz de 2005, que terminó con varias décadas de guerra civil entre el norte árabe islamista y el sur bantú cristiano o de religión tradicional.
La mayoría de los analistas opinan que la población sureña, abatida por la pobreza, traumatizada por el conflicto que se alastró durante décadas y convencidos de que son explotados por el norte, lo más probable es que voten SÍ a la independencia total.

Y DESPUÉS DEL REFERENDUM ¿QUÉ?

El futuro es imprevisible. Muchos se interrogan cómo sería el SUR independiente. Es claro que el petróleo está en el sur, pero los oleoductos pasan por el norte. Habrá que sentarse a negociar, para ver cómo repartir el pastel. Los pronósticos políticos no son buenos, particularmente después de las elecciones de abril, cuando los grupos de la oposición afirman que los principales partidos del norte y del sur eliminaron a la oposición con intimidaciones y fraudes.
El grupo Human Right Watch asegura que ha recopilado informes de acoso, arrestos arbitrarios y ataques a personas de la oposición, activistas y periodistas, durante y después de las elecciones, a ambos lados de la frontera entre el Norte y el Sur. “Las acciones de los dos principales partidos (tanto del Norte como del Sur) no presagian nada bueno para un gobierno democrático después del referéndum”,dice Tiseke Kasambala, investigador del grupo HRW.

DOS PARTIDOS “TOTALITARIOS”

El Partido del Congreso Nacional (NCP) del Norte, liderado por el actual presidente, Omar al Bachir, obtuvo la mayor parte de los escaños en la Asamblea nacional de Jartum, mientras que el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán (SPLM) del Sur, se atribuyó casi todos los escaños en el parlamento semiautónomo. La dominación de estos dos grandes partidos es evidente desde las elecciones de abril pasado.
Ambos partidos han reforzado aún más su férreo control, cuando anunciaron los nuevos gabinetes de ministros, tanto en Jartum como en Juba, la capital del SUR. En su “coral” sólo han incluido un puñado de voces de la oposición, en gran medida simbólicas, para el acompañamiento musical…
Los resultados han sido una comprobación de la realidad de las ambiciones del Acuerdo comprehensivo de Paz de 2005.

UN COMPROMISO QUE NO SE HA CUMPLIDO

Ante las potencias que autentificaron el Acuerdo de Paz: Estados Unidos, Gran Bretaña y otros poderes internacionales, ambos firmantes se comprometieron para hacer una campaña que presentara la opción por la UNIDAD de forma atractiva a las poblaciones del Norte y del Sur y acometer la transformación democrática del Sudán por medio de elecciones y reformas políticas. “Sudán está ahora mejor clasificado como un estado de dos partidos, donde la democracia queda en segundo plano, ante los regímenes autoritarios que controlan sus respectivas regiones. Los partidos de la oposición de todo el país tienen menos del 5% de los escaños en la Asamblea Nacional”, señala el académico Marc Gustafson, en un análisis de los resultados de las elecciones de Sudán, en el blog Making sense of Sudan.

RESULTADO PREVISIBLE

Si todo sale como esta previsto en el referéndum, este estado de dos partidos se convertirá en dos estados de un partido único.
Ambos partidos dicen que su victoria en las elecciones se basa en el apoyo popular genuino. “El Gabinete se ha formado de acuerdo con los resultados de las elecciones”, asegura un oficial del NCP, Rabie Abdelati. “La mayoría de los sureños están convencidos de que ha sido el SPLM, quien ha logrado para ellos el referéndum. Es la única organización que puede llevarlos al referéndum”, dijo un alto cargo del SPLM, Yasir Arman. Añadiendo que su partido está investigando los informes sobre abusos y que perdió una serie de escaños, que fueron a parar a la oposición en las votaciones.
Por el contrario, los partidos de la oposición afirman que las elecciones fueron fraudulentas. “Ellos no están interesados en compartir el poder .En especial el NCP. Ambos persiguen sus propios intereses”, asegura el vicepresidente del grupo de la oposición Umma, Fadlalla Burma Nasir.
Hay mucho más en juego que el principio de la política multi-partidista. También hay implicaciones de la seguridad del país y de las regiones vecinas.

EL PASADO RECIENTE Y EL PETRÓLEO

Sudán ha estado durante mucho tiempo plagado de rebeliones y conflictos civiles, la mayoría de ellos lanzados por grupos marginales de la periferia del país. El más reciente es el conflicto de Darfur, en el oeste del país. El denominador común de todos estos movimientos es su oposición al poder central. Muchas de esas luchas se han extendido hasta desestabilizar a los vecinos de Sudán. Otra consecuencia es la interrupción de los trabajos de prospección de las compañías petroleras que operan en el país.

El oro negro podría ser uno de los focos de tensión, una vez realizada la separación entre el Norte y el Sur. Como decíamos antes, la mayor parte de las reservas comprobadas en Sudán están en el Sur, pero son canalizadas por medio de oleoductos hacia el norte, hasta llegar a puerto Sudán, ciudad de la costa del Mar Rojo. Los líderes del Norte y del Sur no han llegado aún a un acuerdo sobre cómo se van a dividir los beneficios del petróleo.

EL RETO DE LA ESTABILIDAD

La estabilidad es muy importante, para un país que se orienta hacia la separación. Los dos partidos tendrán que evitar que se repitan los conflictos del pasado. Establecer el pluralismo político y que recuerden la división de la India, Pakistán y Bengladesh o Eritrea y Etiopía. No se vaya a repetir lo mismo? Y ¿qué hacer con los millones de desplazados del Sur?

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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