Sudán del Sur, que ha acusado recientemente a las compañías petroleras que operan en su territorio de ayudar a Sudán a “robar” su petróleo, ha expulsado al representante chino de un consorcio petrolero chino-malasio, Petrodar, según anunció el día 22 de febrero un ministro.
Según el ministro sur sudanés de Información, Barnaba Marial Benjamin, la decisión de la expulsión, la primera de este tipo, se tomó después de una investigación relativa a millones de barriles de petróleo que Juba acusó a Jartum de haber “robado”.
Sin embargo, el señor Benjamin considera que la expulsión no afectará a las relaciones entre Sudán del Sur y China, principal comprador del petróleo sur sudanés y que hasta ahora estaba considerada como un país mediador del primer plan en la crisis entre Sudán y Sudán del Sur. Beijing es un aliado importante de Jartum.
Discrepancias sobre el petróleo continúan envenenando las relaciones entre Juba y Jartum, desde la independencia de Sudán del Sur, el pasado mes de julio.
El joven país ha heredado tres cuartas partes de las reservas del petróleo de Sudán de antes de la secesión. Pero depende enteramente del norte para exportar y los antiguos enemigos, que se enfrentaron durante décadas en guerra civil, no logran ponerse de acuerdo sobre los derechos de paso del petróleo.
Ante la falta de acuerdo, Jartum, decidió cobrar en especie, quedándose con crudo, ante la furia de Juba que detuvo su producción en enero. Sudán del Sur acusa a Sudán de haber retenido, del oleoducto que conduce el petróleo hasta el mar Rojo, 2.4 millones de barriles.
Este conflicto petrolero, al que se suman las diferencias territoriales y acusaciones recíprocas de apoyar a los grupos rebeldes, cada vez es más crítica, según el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon. Juba y Jartum también se han puesto en guardia ante el riesgo de una nueva guerra.
(Slate Afrique, 22-02-12)