Sudán del Norte – Sudán del Sur . El rompecabezas sudanés, por Antonio Molina

25/03/2014 | Bitácora africana

Encontramos en África algunos rincones pacíficos en donde se vive con tranquilidad y en armonía, pero también existen algunos que parecen avisperos, donde, si te descuidas, te pican.

PELEAS POR LA TARTA DE ABYEI

Esta región es la ‘tierra de nadie’ que todos quieren apropiarse. Si en ella no hubiera pingües yacimientos de petróleo, los dinkas ngok, población sedentaria, estarían tan tranquilos cultivando sus huertas de hortalizas y verduras y cada año, como siempre hicieron sus antepasados, recibirían la visita de los misseriya en su transhumancia buscando pastos para sus ganados, durante los meses de noviembre y diciembre.

Uno de los flecos que quedaron sin atar al firmar los acuerdos de paz entre en norte y el sur, fue la región de Abyei. La población harta de esperar la celebración de un prometido referendo, organizó por decisión ciudadana un referendo el pasado 31 de octubre de 2013. La consulta resultó abrumadora, el 99,9 % de los votos estaban a favor de la unión con Juba, capital del Sur. Se trataba de un referendo no vinculante, que la Unión Africana calificó de “irresponsable” e “inaceptable”. En lugar de ayudar, esta consulta popular puede ocasionar un conflicto entre las tribus sedentarias y semi nómadas, como siempre agricultores y pastores.

LOS DINKA NGOK SE SIENTEN SUREÑOS

Han sido los únicos en votar, pues se sienten étnica, cultural y religiosamente identificados con el Sur, mientras que los misseriya son musulmanes aliados del gobierno de Jartum, que sólo aparecen dos meses cada año a procura de pastos. Por eso, técnicos de la Unión Africana sugirieron en septiembre, que sólo se consultara a los dinka. Jartum se opuso a la exclusión de sus amigos, los misseriya. Los dos gobiernos anunciaron que no reconocen esta votación, pero no se descarta que estos dos pueblos se enfrenten llegados los meses de noviembre y diciembre. Una misión de la UA visitó esta zona del 5 al 7de noviembre 2013, ocasión que los dinka aprovecharon para manifestar su hartazgo ante el incumplimiento de la promesa de un referendo para definir el estatus de Abyei, que no avanza por el debate sobre quien tiene derecho a decidir la anexión al Sur. Si no hubiera petróleo la cosa sería más sencilla.

¿QUÉ ACONTECE EN SUDÁN DEL SUR?

La violencia interétnica amenaza con una guerra civil. Es sabido que desde los años de la guerrilla contra el Norte, el actual presidente Silva Kiir y su ex vicepresidente, Riek Machar, eran rivales. Esta situación ha seguido durante los años de gobierno y ha contaminado a sus tribus respectivas: dinka y nuer. En pocos días, se han producido más de mil muertos y unos100.000 desplazados, señal de la lucha que se extiende. El Consejo de Seguridad de la ONU ha duplicado sus cascos azules hasta 12500 hombres, para intentar detener lo que puede convertirse en otra guerra civil en el país más joven de África. Los enfrentamientos se han producido entre el ejército del gobierno y milicias nuer precariamente armadas, pero crueles. Han aparecido muchos cadáveres arrojados a las aguas del Nilo y estos nuer exaltados pretenden reconquistar la ciudad de Bor ocupada por las fuerzas del gobierno.

CAUSAS DE ESTA CRISIS INTERNA

Los señores de la guerra, durante las décadas que lucharon contra el Norte tenían un enemigo común. Al conquistar la independencia aparecen las luchas intestinas por la ambición de mandar. La dimensión étnica del conflicto es alarmante en un país con dos grandes tribus rivales y una multitud de clanes de una y otra.
El presidente Kiir se ha tornado cada vez más dictatorial, eliminó del gobierno a Machar y sus partidarios, buscan la revancha. Mientras tanto el gobierno de Jartum se frota las manos, viendo como sus enemigos de ayer se autodestruyen. Las recientes conversaciones en Kenia no han dado resultados positivos. Por eso, la última esperanza es la presión que puedan ejercer tanto los Estados Unidos, como tres países vecinos: Etiopía, Uganda y Kenia implicados en el reparto de las aguas del Nilo.

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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