Las autoridades de Sudáfrica han ofrecido mas información sobre el vuelo chárter de Global Airways que aterrizó en el Aeropuerto Internacional Oliver Tambo de Johannesburgo la semana pasada, tras una escala en Nairobi, Kenia. El vuelo fue organizado por el grupo Al-Majd Europa y sus pasajeros declaran que cada uno pagó aproximadamente unos 2.000 dólares por asiento. Muchos llegaron a Israel en autobús desde Gaza, cruzando por el paso de Kerem Shalom, y volaron desde el aeropuerto Ramon, en Israel, sin llevar los sellos habituales de salida ni billetes de regreso, lo que ha generado gran desconfianza por parte de las autoridades sudafricanas, que en todos estos meses han transmitido su apoyo a Palestina y han denunciado el genocidio.
El ministro de Asuntos Exteriores sudafricano, Ronald Lamola, ha calificado el vuelo de “sospechoso” y ha planteado que podría formar parte de una estrategia organizada para desplazar palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania. Tras la llegada del avión, 23 pasajeros viajaron directamente a otros destinos, mientras que los 130 restantes fueron acogidos por la organización humanitaria Gift of the Givers, otorgándoles visados de 90 días. Esto fue después de haber pasado unas doce horas retenidos en la pista aérea debido a la confusión respecto al origen del vuelo y la ausencia de documentos, visas, autorizaciones o permisos necesarios. El presidente de Sudáfrica Cyril Ramaphosa ha declarado que “se trata de personas procedentes de un país asolado por la guerra y contienda y, por compasión y empatía, debemos acogerlas”, alegando a su vez que como país signatario de la Convención de Ginebra, su partido, ANC, se considera obligado a concederles el estatus de asilo político.
Algunos palestinos que llegaron en ese vuelo dijeron que lo habían reservado hace seis meses y que encontraron la oferta a través de anuncios online publicados por la organización Al-Majd Europe, que les planteaba la oportunidad de huir de Gaza, siendo una oferta solo abierta para familias con pasaporte. Esta organización, que se presenta como prestadora de ayuda humanitaria, está acusada de actuar en coordinación con las autoridades israelíes. De hecho, está dirigida por Tomer Janar Lind, un ciudadano con doble nacionalidad israelí-estonia. El diario israelí Haaretz indicó que Lind colaboró con una unidad del ejército israelí, denominada Oficina de Emigración Voluntaria, creada a principios de 2025 por el Ministerio de Defensa para implementar una política de expulsión de los palestinos de su tierra natal.
Ante estas circunstancias, Sudáfrica ha iniciado una investigación para averiguar quién está detrás de esta operación y cuáles son las verdaderas intenciones. Además, Lamola ha anunciado que no quiere más vuelos de este estilo, pues un avión similar ya había llegado a su territorio de forma discreta y gestionado por los mismos intermediarios el mes pasado.
Fuente: The Citizen
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