Sudáfrica ha legalizado el cultivo y uso privado de cannabis. Esta decisión histórica se produjo apenas un día antes de las elecciones generales del 27 de mayo, en las que el gobernante Congreso Nacional Africano (ANC) perdió su mayoría por primera vez en 30 años. Todo comenzó con un fallo del Tribunal Constitucional de 2018 que dictaminó que el consumo privado de cannabis era constitucional, lo que llevó al gobierno a impulsar una legislación que reflejara esta decisión. A pesar de los repetidos retrasos, finalmente se promulgó la Ley de Cannabis para Fines Privados, firmada por el presidente Cyril Ramaphosa, despenalizando el cultivo y consumo privado de cannabis por parte de adultos.
Esta ley también recoge la eliminación de antecedentes penales de aquellos previamente condenados por delitos relacionados con el cannabis, por lo que muchos presumen la posible liberación de aproximadamente 3.000 reclusos actualmente encarcelados por tales delitos, aunque los detalles de su implementación siguen sin estar claros. Según la nueva ley, los sudafricanos pueden cultivar y consumir cannabis legalmente en privado, no obstante, el comercio de cannabis, sigue prohibido excepto con fines medicinales bajo estrictas regulaciones, por lo que venderlo sigue siendo ilegal a menos que lo prescriba un médico.
Países como Malaui y Ghana han tomado medidas para despenalizar el consumo personal de cannabis, o legalizar la marihuana medicinal, y Marruecos ha permitido su uso con fines industriales. Eswatini, un pequeño reino vecino de Sudáfrica, está considerando revisar sus leyes sobre el cannabis para proteger sus variedades tradicionales y apoyar a los agricultores locales. El impacto de la legalización de Sudáfrica en sus vecinos aún no está del todo claro, pero sienta un precedente que podría influir en la política de drogas de todo el continente.
Autor: Niko Vorobyov
Fuente Al Jazeera
[Traducción y edición, Bruno Rodríguez]
[CIDAF-UCM]