“Somalia contaminada: la otra piratería”. Documental sobre el tráfico de residuos tóxicos en Somalia

31/05/2011 | Opinión

“Hay dos clases de piratas: los que abordan barcos y los que vacían nuestros mares de peces y vierten sus residuos tóxicos en ellos”. Las declaraciones de Alí, miembro del Consejo de Hobbyo, “capital de la piratería somalí” ponen el punto final al documental de Paul Moreira, atinando con el título: Toxic Somalia: l’autre piraterie. La película se emitió el 24 de mayo de 2011 en la cadena de televisión franco-alemana ARTE, durante una velada temática dedicada a Somalia.

En el año 2005, días después del tsunami que asoló la costa tailandesa, los somalíes, en el otro extremo del Océano Índico, veían llegar a sus playas extraños bidones. Una ONG local dio la alarma e informó en los días siguientes de muertes extrañas y de la aparición de enfermedades inhabituales en esas poblaciones costeras. Estos barriles tóxicos –según las investigaciones llevadas a cabo– provenían de cargamentos arrojados por la borda frente a las costas de Somalia por buques fletados por países occidentales, principalmente europeos.

Para realizar su documental, el periodista Paul Moreira se desplazó a Somalia con el fin de constatar los daños.

Del aeropuerto de Galcaio en el centro oeste del país, el equipo se dirigió directamente a Lida, donde un somalí les mostró un bidón abandonado sobre la arena de una playa, después a Hobbyo “la capital de la piratería somalí”. Aprendemos rápido a movernos con celeridad por un país asediado por bandas armadas de todo tipo durante más de 20 años. 36 horas de camino para menos de una hora de conversación con los elders –ancianos, autoridades locales tradicionales– un encuentro furtivo con un pescador renqueante, reconvertido en “contacto” de una banda de piratas y varias imágenes robadas. “Este es el momento más peligroso de nuestra investigación” reconoce Moreira. Estaba tenso. Mis colegas periodistas me habían avisado “ten cuidado, tu escolta podría ser también a la par tu secuestrador”. Mi “fixer” (hombre de confianza, habitualmente un periodista local) tenía reputación de ser un hombre de palabra, pero él también estaba tenso, ya que no controlábamos la situación. Habíamos negociado la cita con dos redes de piratas pero en Hobbyo ¡hay una quincena!

Frente al periodista, los miembros del consejo de la ciudad retoman el argumentario utilizado por los piratas desde hace más de una década. No son ellos los agresores, los piratas de la mar son los extranjeros, que les han privado de sus recursos pesqueros. Aprovechando la debilidad del estado somalí, los buques europeos * han vertido y abandonado venenos y residuos tóxicos en las aguas territoriales con total impunidad. Hoy en día no hay más que un 5% de pescadores frente al 20% anterior.

“Un excelente pretexto” comenta el periodista que aún se mantuvo con escolta en Mogadiscio. En el hospital los padres muestran las malformaciones de sus hijos. En el aparato genital, enfermedades de la piel, de los ojos. La responsable del servicio anota que el número de casos se ha multiplicado por tres en estos 20 años. No dispone de nada para curar u operar, aún menos para determinar el origen de estas deformaciones.

El asesinato de Ilaria Alpi y de Miran Hrovatin

Paul Moreira se encontraba en Italia en marzo de 1994 cuando se recibió la noticia. La periodista italiana Ilaria Alpi y el cámara Miran Hrovatin habían muerto en Mogadiscio al ser atacado su vehículo. Los dos trabajaban para TG3, una cadena de la RAI. La conmoción fue fuerte. Se vio rápidamente que Ilaria investigaba sobre el tráfico de armas entre Italia y Somalia. Su asesinato ** se produjo después de una “larga conversación” con un jefe miliciano, en Bossasso, ciudad portuaria del Mar Rojo.

En aquellos días, el sur del país estaba más o menos controlado por los cascos azules de la ONU, pero los enfrentamientos eran cada vez más fuertes entre las milicias armadas. Dos hombres ocuparon el campo de batalla después de la caída del régimen de Syab Barré, el 31 de enero de 1991, Mohamed Aidid y Ali Mahdi, que se autoproclamó presidente.

El periodista francés no olvidó las causas de la muerte de Ilaria ni la investigación que llevaron a cabo sus colegas de la RAI o Panorama et Famiglia Cristiana en los años siguientes. Descubrieron que no sólo había tráfico de armas, sino también de residuos tóxicos. Los barcos de la naviera italiana SHIFCO (Somali High Sea Shipping Company) *** que mencionaba Ilaria en su última conversación grabada en Bossasso proporcionaban armas a los milicianos de Ali Mahdi, el cual “pagaba” las entregas aceptando enterrar los residuos a lo largo de la costa somalí.

En el documental “Somalia contaminada”, Moreira se interesa por la compañía SHIFCO, sus ramificaciones internacionales aparentemente bien protegidas y una red más pequeña constituida por estafadores y aventureros, más bien torpes, rápidos para poner el “cazo” y condenados por otros actos aparte del tráfico de residuos.

La justicia italiana no llevó a juicio a la red de la compañía SHIFCO sobre la cual la policía investigó entre 1997 y 2000 y que finalmente abandonó a causa del peligro que corría un agente infiltrado. Pero los periodistas italianos que han contribuido y participado en el documental de Paul Moreira se extrañan de que el estado italiano ceda fácilmente y se declare incompetente cada vez que el problema de los residuos industriales sale a la luz. En el caso de la SHIFCO la pista conduce a la vez hacia la NDRANGHETA calabresa y Los Estados Unidos.

“El problema de los residuos en Italia es tan irresoluble que el hecho de llevar y verter los residuos tóxicos en África parece que le viene bien a todo el mundo” constata Paul Moreira.

Dirigido con un ritmo trepidante, el documental constituye una buena base para comprender los intereses del tráfico de residuos hacia África o Haití. Ofrece una buena dosis de retratos de aventureros, megalómanos, arrepentidos, corajudos policías e irreductibles y trágicos shifta (bandidos somalíes). Paul Moreira, trajinado en el periodismo de investigación, no se deja convencer por los discursos de estos piratas hablando de “los otros piratas”. Es más rentable organizar secuestros de barcos y de tripulaciones con jugosos botines que echar las redes de pesca todos los días en la mar. Sin embargo los argumentos que los bandidos elaboran no deben ocultar la realidad de un tráfico altamente criminal como es el envenenamiento de la población somalí. “los residuos continúan arrojándose en Somalia” asegura el autor de Somalia contaminada. Y las armas y municiones se siguen suministrando a los grupos armados.

Por RFI

Somalia contaminada: La otra piratería se emitió el 24 de mayo de 2011 a las 20:40 en la cadena ARTE. Después de su difusión estará disponible durante 7 días en la página web de la cadena franco-alemana.

* Los europeos son los principales responsables de la sobrepesca y de los vertidos de productos tóxicos pero también hemos visto buques de otras nacionalidades pescar a lo largo de las costas de países en guerra o simplemente sin posibilidad de control.

** Testimonio de Michael Maren, periodista, guionista americano, presente en Mogadiscio en marzo de 1994 investigando las diferentes tesis sobre la muerte de Ilaria Alpi y Miran Hrovatin.

*** La compañía SHIFCO fue objeto de una profunda inspección de la UE en 1998 sobre la salubridad de las bodegas de frío de cinco de sus navíos con base en Aden (Yemen).

Los organismos internacionales y el tráfico de residuos en Somalia

En setiembre de 1992, cuando aún las tropas americanas no habían desembarcado en Mogadiscio, el Programa de la ONU para el desarrollo (PNUE) fue informado de que los residuos tóxicos se vertían en Somalia. De hecho el tráfico se remonta a los años 80, antes de la caída del régimen del presidente Syad Barré (31 de enero de 1991) pero estos vertidos han aumentado dada la necesidad de buscar financiación para la compra de armas y munición por parte de todas las milicias armadas.

En Somalia contaminada, el principal responsable es el presidente autoproclamado en 1991, Ali Mahdi Mohammed, que firmó el primer contrato con la red, presentado como les Pieds Nickelés (ladrones) del tráfico de residuos, pero también por los de la compañía SHIFCO. “Usted nos da los hoyos, nosotros le suministramos armas” dice un ex–traficante en el documental.

En 1997, el PNUE supervisa el terreno pero no va más allá.

En el año 2005, después de la llegada de bidones a las playas somalíes, una investigación de Greenpeace Italia revela el nombre de las sociedades italianas implicadas en el tráfico. Los eurodiputados ecologistas presentan un informe en el Parlamento europeo y a la prensa.

El grupo de supervisión del embargo de armas en Somalia que comenzó sus investigaciones en 2002 conectó en su informe los residuos tóxicos y las armas.

La comisión de derechos humanos de la ONU igualmente asumió el asunto al presentar la asociación Somacent un informe ante la comisión el 8 de junio de 2010.

Publicado en RFI el 24 de mayo de 2011.

Traducido por Juan Carlos Solís Santander, para Fundación Sur.

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