INTRODUCCIÓN
Fundadores del CIDAF en 1979, continúan al frente de la Fundación SUR – África desde 2003, son los Misioneros de África, conocidos popularmente como “los padres blancos”, porque, en los primeros tiempos, su hábito religioso era blanco, como las chilabas y los albornoces de lana de los magrebíes de la época.
La vida va evolucionando y ahora visten de paisano, ni llevan el clergyman, ni la camisa con la matrícula, (ese alzacuello de plástico blanco de los curas). Pero hoy vamos a hablar de otros cambios más transcendentales.
Se trata de los “padres blancos” negros!
En el portal del conocimiento de África preguntamos a Antonio Molina sobre la actualidad de los^padres Blancos
P.- ¿Qué pasa con los Padres Blancos que tenéis un Superior General africano?
R.- Esta pregunta me la han hecho muchas personas al ver la disminución de las vocaciones misioneras en la vieja Europa y en ciertos países de América del Norte, como Canadá, donde tuvimos numerosos misioneros de África.
Te puedo decir que nuestro Fundador, el cardenal Carlos LAVIGERIE, arzobispo de Argel y primado de África en Cartago, ya lo preveía con cierta visión profética. Al despedir, en 1879, a la primera caravana de misioneros, que embarcaban para el África Oriental, les decía: “Vosotros vais como pioneros, pero la auténtica evangelización de las culturas africanas será realizada por los propios africanos una vez cristianos y apóstoles.” Y en eso estamos ahora.
P.- Cómo lo relacionas con las independencias de los países africanos?
R.- La década de los 60 del siglo pasado fue el período en que accedieron a la independencia la mayoría de las colonias africanas. Desde 1939, en que Pío XII ordenara a los primeros 12 obispos africanos, entre ellos mons. Kiwanuka, padre blanco, pariente de los Mártires de Uganda, la jerarquía se fue africanizando paulatinamente.
Este movimiento se aceleró durante el Concilio Vaticano II y Pablo VI le dio un empujón durante su pontificado. Además en su carta encíclica “Populorum progressio”
Lo demás viene después. Hay que “encarnar” el mensaje en nuestras vidas, dando testimonio de coherencia con nuestra fe, luego llegará el momento de explicar los porqués, diciendo a la gente a que responde nuestra manera de vivir. En último término, los que simpaticen con los discípulos de Jesús querrán aprender su doctrina, pertenecer a su comunidad, practicar sus enseñanzas.
P.- ¿Tu no eres partidario de comenzar aprendiendo el Catecismo de memoria?
R.- Claro que no. Eso es una consecuencia de todo lo anterior. Primero toca vivir, luego aprender para saber dar razón de nuestra fe.
P.- Viniendo a los misioneros africanos ¿qué está aconteciendo?
R.- En el Cristianismo existe un movimiento pendular, que va recorriendo las diversas áreas geográficas del mundo. Nacido en Palestina, el Cristianismo se difunde por las dos riberas, norte y sur, del Mediterráneo y llega hasta las fronteras del Imperio Romano.
Cuando África del Norte, desde Egipto hasta Marruecos es barrida por la oleada del Islam, que penetra en la Península Ibérica, la religión de Jesús se extiende por los pueblos del Centro y Norte de Europa y echa raíces profundas en ellos durante toda la Edad Media. Durante la crisis protestante, que resquebraja la Cristiandad, se produce la expansión misionera hacia el África subsahariana y Oriente con los navegantes portugueses y hacia Occidente con la epopeya evangelizadora de españoles y lusitanos en las Américas.
Después de la Revolución Francesa empieza la era colonial europea, liderada por Inglaterra y Francia en dirección de África y Asia. Con los militares y los colonos, como ya aconteciera en América, llegan los misioneros. Se van creando iglesias que viven en simbiosis con las iglesias madres de los evangelizadores, que como hombres de su época, estaban imbuidos por las mismas ideas de superioridad de nuestra civilización y religión. Los indígenas eran considerados “salvajes” que practicaban “religiones supersticiosas”. Había que ¡bautizarlos y civilizarlos!
En ciertos países europeos se practica la política de la integración. “El africano es considerado civilizado, cuando asimila la manera de vivir occidental y habla la lengua del colonizador.” En Portugal se hablaba de “indígenas asimilados”, que llegaban a tener el carné de identidad como ciudadanos portugueses. Dejando de ser considerados “negros ordinarios”.
P.-¿Cómo influyó esta mentalidad en la Iglesia?
R.- Roma pretendió formar al clero africano como en los seminarios europeos, los modelos romanos se fueron imponiendo en todo el mundo. Los seminaristas africanos estudiaban en latín la Filosofía y la Teología escolásticas. Lo mismo aconteció con la Liturgia: El rito romano, en latín, era considerado valor universal.
Fue solamente a partir de las independencias y gracias a la reflexión de misioneros de vanguardia y de algunos elementos del clero africano, cada vez más conocedor de sus culturas, que empiezaron a surgir tímidos ensayos de adaptación de la liturgia a la mentalidad africana. Pero este movimiento no para en los ritos, porque con la reflexión teológica empiezan a aparecen los primeros ensayos de una Teología Africana, que bebe directamente en las fuentes evangélicas, las purifica de la ganga cultural occidental y va creando maneras africanas nuevas de ser discípulos auténticos de Jesús de Nazaret.
P.- ¿Podemos situar aquí a los “padres blancos” africanos?
R.- Desde después de la Primera Guerra Mundial (1914 -18) hubo en nuestro Instituto Misionero, algunos africanos. Ya hice referencia a mons. Kiwanuka en Uganda, en Burkina Faso tuvimos al cardenal Zoungrana, que ingresó en nuestra comunidad después de ser sacerdote diocesano en Uagadugú, otro burkinés fue mons. Tapsoba, que yo conocí en el noviciado, también era sacerdote antes de ser “padre blanco”. En Mozambique, tenemos a mons. Silota, obispo de Chimoio, que fue alumno mío en el seminario interdiocesano de Zóbwe…Estos son algunos casos excepcionales, pues entonces de lo que se trataba era de proveer las diócesis de clero local. Una vez estas iglesias particulares llegadas a la madurez, también ellas empiezan a enviar misioneros fuera de sus fronteras y encuentran un cauce en nuestro Instituto, que aprecian, pues somos sus evangelizadores.
P.- Para hacernos una idea ¿cuántos nuevos sacerdotes se ordenaron en 2010?
R.- En total, la promoción de 2010 suma 25 sacerdotes, de los cuales 3 no africanos: 2 polacos y 1 de la India. Los 22 africanos son: 6 del Congo, 5 de Burkina Faso, 4 de Zambia, 3 de Nigeria, 2 de Kenia y 1 de Tanzania y de Malawi.
P.- ¿Cómo andáis de candidatos en las diversas etapas de la formación?
R.- En la 1ª etapa, que corresponde al ciclo filosófico, tenemos 227.
En la 2ª etapa, que es de Formación Espiritual (noviciado): 52.
En la 3ª “ dedicada a la experiencia pastoral activa: 61. y
En la 4ª “ correspondiente al ciclo teológico, tenemos: 77.
Para el curso 2010 – 2011 están formándose un total de 417 candidatos.
De estos, 10 son europeos, 13 americanos y 36 asiáticos. Total: 59.
Los africanos se reparten así por grandes áreas geográficas:
ÁFRICA AUSTRAL (Suráfrica, Malawi, Zambia y Mozambique) – 56
ÁFRICA CENTRAL (Congo RD, Burundi y Ruanda) — 118
ÁFRICA OCCIDENTAL: EX COLONIAS FRANCESAS:
(Burkina, Malí, Togo y Costa de Marfil) – 61
– EX COLONIAS INGLESAS:
(Ghana y Nigeria) — 41
ÁFRICA ORIENTAL: (Tanzania, Kenia, Uganda y Sudán) — 70
(Etiopía) — 12
En resumen, podemos decir que hay 6 candidatos africanos por cada uno de Europa, América y Asia. Por eso, excepto algunas casas de primer ciclo, todas las otras casas de formación están ahora ubicadas en diversos países africanos.
Si lo quieres por porcentajes, la distribución es como sigue:
– Naturales de América, Asia y Europa : 59 = 14,15 %
– “ “ África Central ………… : 118 = 28,30 %
– “ “ “ Austral y Oriental : 138 = 33,09 %
– “ “ “ Occidental …….. : 102 = 24,46 %
Creo que con estas cifras, distribuidas por áreas geográficas, se puede tener una idea del reparto de las vocaciones misioneras de los africanos, que salen de sus países para hacer la misión “ad gentes”. Tenemos que tener en cuenta que las dos lenguas dominantes en los países africanos, en donde trabajamos nosotros, son el inglés y el francés. Sólo en Mozambique se habla el portugués. Por eso la formación se realiza en estas dos lenguas y una vez en misión estudiamos las lenguas de las etnias con quien convivimos.