Puesta al día para el Grupo de Soberanía Alimentaria AEFJN. DICIEMBRE 2010

CANCÚN- la geopolítica del clima domina las negociaciones.

16ª conferencia de los Partidos en la Convención sobre el Cambio Climático (COP16)

Lo primero que estaba en juego era conseguir negociaciones multilaterales, ya que era sobre este mismo hecho de ser multilaterales en lo que había fallado Copenhague. El texto adoptado, jurídicamente no obligatorio, contiene pistas de decisión que no garantizan la continuación del Protocolo de Kyoto. Carece de medidas suficientemente eficaces para reducir las emisiones de gases efecto invernadero (GES) y para conseguir el objetivo de un aumento de la temperatura global inferior a 2 º C. Pero se ha conseguido el Fondo de Ayuda para el Clima.

Todos los participantes, excepto Bolivia, han aprobado un texto de 33 páginas que prevé retrasar las decisiones principales hasta la próxima conferencia que tendrá lugar en Durban (Sudáfrica) en noviembre 2011. El fracaso de estas negociaciones, pese a la hoja de ruta establecida en Bali hace tres años, se explica por el hecho de que la mayor parte de los países desarrollados y emergentes continúan aumentando sus emisiones de GES. Sus responsables políticos se inclinan sin ninguna duda hacia otro tipo de tratado, orientado no tanto hacia el clima como hacia la biodiversidad o el medioambiente, y de tipo nacional más que multilateral.

Por el contrario, los países en desarrollo cuentan mucho con los “fondos verdes para el clima” para apoyar proyectos, programas y políticas de países en desarrollo”. Esto debería permitir volcar sobre los países en desarrollo, sobre todo en los más pobres, sumas crecientes que deberían llegar a cientos de miles de millones para 2020. La forma en que este fondo se alimentaría se ha quedado sin respuesta. Los países occidentales, sobre-endeudados, no estarán en condiciones de consentir tal esfuerzo de sus fondos públicos. Buscan por tanto fuentes alternativas, pero éstas interesan también a otros presupuestos nacionales. En cambio, la gestión de Fondo ha sido bien definida. Estará asegurada por un comité de administración compuesto paritariamente por países en desarrollo y desarrollados, pero durante los tres primeros años será la Banca Mundial la que asegurará la gestión.

El texto pone también las bases de un mecanismo para reducir la deforestación, que es responsable de entre el 15 y el 20 % de las emisiones globales de GES. El objetivo es de ralentizar, frenar e invertir la pérdida de cubierta forestal, con la participación de las partes implicadas en la gestión de las selvas, y por tanto también las poblaciones autóctonas. Pero los mecanismos de control no se han previsto, y la financiación ha quedado imprecisa.

Dos últimos logros: el examen de los objetivos climáticos en 2015 a fin de determinar si es necesario comprometerse a limitar el calentamiento global por debajo de 1,5ºC, y el seguimiento de las promesa hechas por las naciones sobre el clima, basándose en los datos que ellas mismas proveerán y sin sanciones previstas.

Como ha dicho la Comisaria Europea en la Acción por el Clima, Connie Hedegaard: “Es un progreso real, pero también es justo decir que queda por delante un camino largo y difícil por recorrer.”

Para profundizar: http://www.aefjn.org/index.php/materie-416.html