Sínodo Africano en Roma: “África, levántate y anda” , por Antonio Molina

8/03/2010 | Bitácora africana

Como suele ocurrir en muchos encuentros de diferentes índoles, los debates son ricos e interesantes, pues se plantean problemas de fondo y se da nombre a situaciones concretas, así como se apuntan posibles soluciones a problemas globales o locales. Pero es una lástima que, casi siempre, las conclusiones finales no plasman esa riqueza y lucidez de análisis, quedando reducidas a textos aburridos, en lenguaje técnico, que casi nadie lee.

Opinamos que esto es lo que acontecido con el Sínodo Africano, que tuvo lugar en Roma del 4 al 25 de octubre del año pasado y que no ha tenido casi ninguna repercusión en los medios de comunicación.

En el Mensaje final ha desaparecido la vitalidad de los análisis que ponían el dedo en la llaga de este sistema de muerte, que nos deshumaniza a todos, tanto en el sur como en el norte. Los análisis y soluciones han quedado reducidos a un lenguaje sin sal ni pimienta, que poco refleja la viveza de muchas ponencias e intervenciones de los padres sinodales africanos.

En el blog de J. C. Rodríguez se lee que, cuando tenían listo el primer borrador del Mensaje del Sínodo, el ya jubilado cardenal Sodano, ex Secretario de Estado del Vaticano, durante el pontificado de Juan Pablo II, pidió a los obispos africanos que rebajaran el tono y utilizaran un lenguaje más diplomático. Un obispo nigeriano se levanto entonces y apostrofó al cardenal: “Durante los años que Su Eminencia fue Secretario de Estado recibió y comió a la mesa de nuestros peores dictadores y no consiguió nada con su diplomacia.”

RECONCILACIÓN, JUSTICIA Y PAZ

Diferentes obispos denunciaron durante el Sínodo el saqueo y el robo sistemático de los recursos naturales de la mayor parte de los países del continente, las materias primas, las inmensas riquezas del subsuelo, de las florestas, de la ganadería y de la agricultura. Denunciaron igualmente como los intereses personales y étnicos de los responsables políticos de los partidos han prevalecido sobre el bien común de sus pueblos, haciéndoles caer en un pozo.

El cardenal Berdard Agré, de Costa de Marfil, desenmascaró a los asesinos financieros, “hombres e instituciones, que ahogan a los países africanos con préstamos inicuos. Comenzó explicando que las jóvenes naciones de África, como acontece también con las de América del Sur, han tenido que recurrir a los bancos internacionales y a otros organismos financieros para realizar numerosos proyectos de desarrollo. La amortización de los intereses de las deudas contraídas genera ganancias asombrosas que van a parar a los asesinos financieros, a las multinacionales que realizan los proyectos y a algunos poderosos nacionales, que sirven de tapadera a los negociadores extranjeros y que depositan sus capitales en paraísos fiscales. De esta forma, la mayor parte de las naciones africanas continúan sumergidas en la pobreza y en las frustraciones que la miseria engendra.”

LOS MISIONEROS DE ÁFRICA PARTICIPANTES

Además del rvdmo. P. Gérad Chabanon, Superior General de los Padres Blancos, que representaba a todos los Institutos Misioneros, que trabajan en África, estaban presentes tres obispos y el p. Sean O’Leary, comisionado por la Conferencia Episcopal de Suráfrica, como especialista de las cuestiones relativas a la Justicia y la Paz y resolución de conflictos.
Daré una bio breve de cada uno:

El Superior General de los Misioneros de África es francés.Ejerció su apostolado en Tanzania durante numerosos años, siendo responsable de sus compañeros en aquel país. Regresó a Europa al ser nombrado Superior Provincial de los Misioneros de África en Francia, residía en París, hasta que en el Capítulo General de 2004 fue elegido Superior General del Instituto. Desde entonces reside en Roma.

El p. Sean 0’Leary, irlandés de 55 años, el más joven del grupo, es director del Instituto para la Paz Denis Hurley en Suráfrica. Como dijimos más arriba fue enviado a Roma por la Conferencia Episcopal Surafricana. En una intervención suya sugirió al Sínodo la creación de una Comisión de Sabios, que mediaran en las situaciones conflictivas en África.

Los tres obispos son:

Monseñor Francisco Silota, mozambiqueño, obispo de Chimoio, de la provincia eclesiástica de Beira. Estudió en el seminario de Zóbue en la década de 1960 y completó su formación misionera con los Padres Blancos en Malawi y en Europa. Empezó su apostolado en Mozambique en los años difíciles de la guerra civil. A continuación estudió Misionología en Roma y fue destinado a Tanzania. Allí recibió el nombramiento de obispo auxiliar de Beira (Mozambique). Al crearse la diócesis de Chimoio, donde viven unos 75.000 católicos en medio de una población de un millón de habitantes, fue nombrado primer obispo residencial de la misma. Dom Francisco Silota es uno de los vicepresidentes del SECAM (Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar), además es miembro del Comité de Preparación del Sínodo para África. Esta labor intraeclesial internacional es facilitada, porque habla una buena docena de lenguas entre europeas y africanas.

Mons. Martin Happe, alemán, es el único obispo católico de Mauritania, residiendo en Nuakchot, anteriormente fue misionero en Malí. En marzo 2009 recibió el premio “Bernard Kleinhaus” por su comportamiento social, su actitud abierta en la colaboración con los musulmanes en Mauritania y su trabajo con los emigrantes subsaharianos que transitan por el país.

Mons. Claude Rault, francés, obispo de Laghuat (Argelia). Ordenado sacerdote en 1968. Después de estudios de árabe e Islamología, ha trabajado toda su vida en Argelia. Su diócesis: el Sahara parece ser la mayor del mundo en extensión, aunque sólo cuenta con unos 20.000 cristianos. De 1999 a 2004 fue superior provincial de los Misioneros de África en el Magreb

UNA VOZ AUTORIZADA HABLA DEL SÍNODO

He aquí algunas reflexiones del cardenal André Ving-Trois, hechas el 1 de Noviembre de 2009, en Notre Dame de Paris.

“Me siento orgulloso de la Iglesia de África, que ha podido reunir una delegación de 180 Padres Sinodales africanos, dotados de una capacidad extraordinaria de análisis de las situaciones complicadas en que viven, han mostrado una gran lucidez en el análisis de las causas y una gran esperanza en la posibilidad de llegar a realizar la reconciliación, la Justicia y la Paz en su Continente, tan dividido y humillado.”

“Los obispos africanos se sitúan deliberadamente fuera de toda fatalidad. Rechazan el “afropesimismo”, pues piensan, creen y esperan que África puede vivir por sus propios medios y cesar la humillación de la eterna asistencia”. En sus comentarios personales, fuera del Aula Sinodal, manifiestan su esperanza de que surjan cada vez más gobiernos eficaces y honestos, para que los recursos del Continente beneficien cada día más a sus pueblos.

DOS OBJETIVOS DEL SÍNODO

El primer objetivo es alimentar la convicción de que los hombres y mujeres de África son realmente capaces de vencer todas las situaciones, si los gobiernos de sus naciones son razonables y transparentes.

El segundo objetivo consiste en asumir de una vez la misión profética de la Iglesia. Que las Iglesias locales sepan superar las divisiones étnicas, culturales, nacionales y continentales… Sean proféticas por su apoyo a la estabilidad de las familias y a su compromiso de promoción de las mujeres africanas. Proféticas en la denuncia de los abusos, opresiones e injusticias de los poderosos sobre el pueblo.

TESTIGOS DE LA ESPERANZA

“La Iglesia testimonia su esperanza por su lucha incesante contra las plagas sanitarias, en particular contra el Sida. Instituciones de la Iglesia Católica andan comprometidas a fondo en programas de prevención, de acogida, de acompañamiento y de asistencia.”

“El Sínodo exhorta también a luchar contra las prácticas de la magia y de la hechicería, por los desastres que causan en los grupos sociales y en las familias, sobretodo cuando la acusación de “brujería” tiende a eliminar de las aldeas a niños o viejas, que son abandonados en la selva.”

“El Sínodo exige una vigilancia particular con relación a los niños y las mujeres, que son las primeras víctimas de los conflictos armados ( violaciones, niños soldado, niñas esclavas sexuales, etc) y también de los niños de la calle, de los menores empleados en trabajos semiesclavos, etc…

“Finalmente el Sínodo se dirige a todas las personas de buena voluntad, que viven en África, para que sean ciudadanos responsables y a los hombres les pide que sean padres ejemplares y esposos fieles, que asuman con honradez su función de educadores y transmisores de las tradiciones”.

El Sínodo se entristece ante el vergonzoso espectáculo dado por algunas naciones como Somalia, que lleva casi 20 años sin gobierno. Tampoco se olvida de la tragedia de los millones de víctimas de la región de los Grandes Lagos: tanto en la RD del Congo, como en Ruanda y las crisis prolongadas de Uganda, sur del Sudán, Darfur, Guinea-Conakry, Guinea-Bissau, Zimbabwe, etc. Muchas de estas situaciones son provocadas por la sed de riquezas y de poder de ciertos líderes corruptos, que gobiernan oprimiendo a sus pueblos.

Las consecuencias nefastas de todas estas amenazas no se ocultan a nadie, son la pobreza, la miseria, las enfermedades, los desplazados y los refugiados, los exilados y por otro lado, la fuga de cerebros y las migraciones.

LLAMADO DEL PAPA

A las grandes potencias del mundo, Benito XVI pide que “traten a África, con el respeto y dignidad, que se merece.” Exige un orden mundial nuevo y justo para el bien de la humanidad. Que las multinacionales paren la criminal devastación del medioambiente y la explotación voraz de los recursos naturales

CARTA DEL SUPERIOR GENERAL DE LOS MISIONEROS DE ÁFRICA

El rvdmo.P. Gerard Chabanon escribía pocos días después de la clausura del Sínodo invitándonos a mirar a África con otros ojos:

“…lo importante es que existe otra África, aunque demasiado a menudo la oscurecen los medios de comunicación del norte, difundiendo avalanchas de imágenes y comentarios en relación a una crónica marcada por hechos violentos. Pero existe otra África, tenaz y sonriente, creativa y llena de recursos, solidaria y valiente. Y ésta es el África que, con su economía informal, produce objetos de venta en los mercados y asegura el alimento diario de los suyos. Ésta es el África que en cada rincón del camino repara, transforma, arregla todo aquello que sirve en casa, y no sólo en ella. Los buenos resultados de esta economía no parecen en las estadísticas elaboradas por los expertos occidentales, pero sabemos que éstas son las actividades que permiten sobrevivir a las familias. Cuando se habla de África es necesario citar su creatividad musical, literaria y artística en general, que hace mágicas las noches en las grandes ciudades del continente y en las aldeas más remotas. Esa creatividad que, como dicen los congoleños de Kinshasa, “hace burbujear la vida”…

¡ÁFRICA NECESITA SANTOS!

Los obispos afirman (proposición 23) que África necesita hombres justos, que sean POLÍTICOS SANTOS, que puedan limpiar el continente de la corrupción y ejerzan el poder para el bien común de sus pueblos. Julius Nyerere, antiguo presidente de Tanzania, es considerado por las autoridades eclesiásticas de su país, como un candidato a la santidad…

¡ÁFRICA, CONFÍA EN TI MISMA! ¡LEVÁNTATE Y ANDA!

Autor

  • Molina Molina, Antonio José

    Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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