Sidi Touré: “La raíz del blues somos nosotros”, por Afribuku

14/07/2014 | Bitácora africana

Autor Javier Mantecón

La sabiduría y la experiencia en el mundo musical es un valor a la baja. Las expresiones tradicionales cotizan poco respecto a las nuevas tendencias, obligadas a renovarse cada diez segundos y obsoletas a los veinte. Es más difícil coger una pala, hacer un hoyo y plantar una semilla y esperar que ir al supermercado a comprar la fruta ya madura. El mundo contemporáneo gira rápido, demasiado. Pero aún quedan fuentes caudalosas que nos permiten vivir, que no recordar, los rasgos principales de las culturas de este mundo. Sidi Touré es una cascada. Un torrente de conocimiento vivo que se vale de lo que ha sentido durante toda su vida para expresarse a través del medio que mejor conoce: el blues songhai de Malí.

Contemporáneo de Ali Farka Touré, Sidi Touré nació en Gao y pronto emigró a Bamako para buscar fortuna. Ésta no le llegó de manera tan fulgurante como a Ali Farka, su compañero en la representación de su etnia y de su estilo musical en Bamako. Sidi Touré continuó buscando suerte en Malí editando discos de manera local que nunca obtuvieron un reconocimiento masivo. La historia quiso que un productor francés llamado Covalesky le propusiera en 2010 grabar dos discos en Malí de manera profesional para relanzar su carrera. Y así ha sido. Sidi Touré parece vivir una segunda juventud, habiendo editado en un lapso de tres años, tres excelentes discos: “Sahel Folk”(2011), “Koïma” (2012) y “Alafia” (2014) al que ha acompañado una extensa gira europea, con la palabra “Paz” (alafia en songhai) como centro de su discurso. A sus 65 años Sidi se muestra con una energía desbordante tanto en estudio como en directo.

Nos encontramos con el sabio maestro en Londres para compartir su visión del mundo, cargada de proverbios y refranes. Su guitarra y la calabaza como percusión nos remiten a un presente en vías de extinción que aún tiene mucho que aportar a la sociedad moderna.

Ha realizado usted una gira recientemente por Reino Unido compartiendo escenario con Bassekou Kouyaté y Tamikrest. ¿Cree que compartan escenario tres de los máximos representantes del blues maliense, songhai, de Segú y tuareg, servirá para reivindicar las raíces africanas del mismo?

Seguro que sí. También el hecho de que los tres grupos giren juntos para apoyar la paz en Malí e invitar a todo el mundo a visitarnos, es realmente importante. Tamikrest, por ejemplo son nuestros vecinos en el norte de Malí, los songhais y tuaregs nos casamos entre nosotros, compartimos espacio físico y también familiar. Y Bassekou viene del sur, así que como ves, somos tres representantes de diferentes culturas de Malí, unidos por un único fin: la paz.

Respecto al blues, creo que no se puede negar lo evidente. Ali Farka Touré pasó su vida defendiendo las raíces africanas del blues, Bassekou Kouyaté también lo hace, al igual que Tamikrest, Tinariwen o yo mismo. Compartiendo nuestra música con el resto del mundo, evidenciamos que el blues proviene de África. El sonido está ahí. Verdaderamente, como dicen los angloparlantes, “roots”: la raíz del blues somos nosotros.

Usted viene de Gao, Tamikrest de Kidal y Bassekou de Segú. Ofrecen un discurso de multiculturalidad bajo el paraguas maliense, al igual que defienden la paz por encima de todo. Tamikrest tuvieron que abandonar Malí, ¿Usted sigue viviendo en Gao tras el conflicto?

Hace tiempo que vivo en Bamako, voy y vengo a Gao pero hace tiempo que no resido allí. He vivido el conflicto en la distancia.

Desde que decidió mudarse a Bamako muchas cosas han cambiado tanto en Gao como en la propia Bamako debido al conflicto bélico que sufre Malí. ¿Cómo ve la diferencia entre el antes y el después a nivel cultural?

La diferencia es enorme. Cuando me fui de Gao, la situación no era para nada conflictiva. Me trasladé a Bamako para grabar y pensar en quizá comenzar una carrera internacional. ¿Por qué no? Creo en el trabajo duro y para comenzar mi carrera tuve que trasladarme a Bamako. Allí tengo mucha más capacidad de movilidad que en Gao, además de que la ciudad ofrece más posibilidades a nivel profesional, sin duda.

Bamako empieza a salir a flote. Ha sido duro, pero poco a poco la escena se va recuperando. Baba Salah, mi aprendiz, vuelve a tocar en su sala por ejemplo.

Desde hace menos de cinco años parece que está viviendo una nueva etapa internacional de la mano de Thrill Jockey Records. ¿Cómo comenzó esta nueva andadura en su carrera?

Ha sido una travesía en el desierto. El proverbio dice “Hay que guardar mucha agua para atravesar el desierto sino sufres el riesgo de morir de sed”. Nicholas el productor que realizó “Sahel Folk” y “Koïma” tuvo la idea de traer el estudio de grabación de Bamako a mi casa. Ali Farka Touré lo llevo de Londres a Bamako, y yo de Bamako a Gao. En ese ambiente, grabamos en “Sahel Folk” y “Koïma”, en la casa de mi hermana en el desierto. El arbusto que se ve en la portada de “Sahel Folk” es parte de la vegetación que hay delante de la puerta de mi hermana.

¿Es el mismo equipo? ¿El utilizado en “Savane” de Ali Farka Touré?

Es exactamente el mismo que él se trajo de Londres.

Podemos ver una clara diferencia entre sus últimos tres álbumes a nivel de producción. El hecho de que “Sahel Folk” esté grabado en Gao, “Koïma” en Bamako y “Alafia” su último disco, en Bamako y Nantes ¿Ha influido en el resultado? En “Sahel Folk” casi se puede oír el polvo.

“Sahel Folk” y “Koïma” se grabaron entre amigos, alrededor de un fuego, como antiguamente. Nicholas, una vez grabados editó las cintas y me las entregó en Perpiñán para que pudiera distribuirlas a través de Mali K7 (principal compañía de distribución discográfica maliense ndr.) En Mali K7 después de dos semanas decidieron que no les interesaban las cintas, que no les gustaban. Yo les dije “vuestro gusto no es más que una gota en el océano, no os pedimos vuestra opinión si no que vendáis los discos, ese es vuestro trabajo”. Llamé a Nicholas y se lo conté, también a mi bajista Charles-Eric Charrier y él nos convenció de que había que mover las grabaciones e intentarlo por otros medios. Enviamos los dos discos a Thrill Jockey. A los dos días aceptaron “Sahel Folk”, tres días después “Koïma”. Cuando algo les gusta a los niños es buena señal y suele gustar a los padres. Parece ser que alguno de los hijos del sello les dijo a sus padres que los discos eran buenos y así empezó.

Entonces ahora en Malí, ¿podemos encontrar sus tres discos editados internacionalmente?

Ahora mismo no. Mis amigos en Gao me preguntan dónde puedo encontrar mis discos y les digo que en internet. Entre el problema de la piratería en mi país y las malas relaciones con Mali K7, el asunto no es fácil. El tiempo pondrá las cosas su sitio.

La buena acogida de “Sahel Folk” y “Koïma” le ha permitido grabar con más recursos y en estudios de diferentes países ¿este hecho ha repercutido en el sonido de “Alafia”?

Mucho. Para “Alafia” entramos en un estudio enorme con todos los recursos posibles. Es innegable que facilita el trabajo. Volvimos de gira directamente de Reino Unido a grabar y aunque estábamos cansados, el equipo y el estudio nos permitieron grabar en unas condiciones óptimas. Creo que es bueno para el artista tener recursos a su lado para crear pero si no tienes nada que expresar, no sirve para nada. Una buena unión entre recursos y talento, asegura una buena expresión artística.

¿Qué significa Ali Farka Touré para usted?

Es el gran Baobab. Ni siquiera ha muerto. ¿Sabes por qué? Sidi Touré, su hijo Vieux Farka Touré, Afel Bocoum, Samba Touré, Mamadou Kelly, Hamma Sankaré, Oumou Sangaré, Toumani Diabaté… Todos nosotros mantenemos su llama bien viva. Todos nosotros estuvimos presentes en la inauguración del monumento a su persona en su barrio de Bamako, para rendirle homenaje una vez más. Merecía mucho más que eso incluso.

¿Qué le queda por hacer artísticamente?

Sabes que hace mucho tiempo que no edito discos. Desde 1996 no editaba nada aunque no he parado de trabajar. He cogido ritmo y ahora el quinto disco está ya preparado.

Sidi Touré Ay Hora

Original en Afribuku

Autor

  • afribuku

    Afribuku pretende hacer descubrir y reflexionar sobre manifestaciones culturales africanas contemporáneas de interés, divulgándolas a través de esta página y de las redes sociales. En África existen numerosas propuestas artísticas de excelente calidad que permanecen ocultas a los ojos del mundo. Es necesario que todos aquellos que creemos en una visión más realista y honesta de África tratemos de que la comunidad iberoamericana se familiarice y comience a disfrutar de la gran diversidad que ofrece este continente.

    @afribuku

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