Las Naciones Unidas declararon recientemente que el Objetivo de Desarrollo del Milenio referido a la educación primaria logró que se aumentaran las matrículas del 83 % al 91 %. A pesar de estas mejoras, se estima que hoy hay 124 millones de niños que no asisten a la escuela y 757 millones de adultos analfabetos.
Los casi mil millones de personas sin un nivel de educación adecuado son algo preocupante, pues se ha demostrado que la educación es esencial para reducir la pobreza, mejorar la economía de manera sostenible, llevar una vida más saludable y aumentar el desarrollo social. Inexplicablemente, la comunidad internacional sigue fallando a los pobres de todo el mundo, pues no se crean accesos a un programa educativo legítimo que les permita superar esta pobreza.
El Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) sobre educación puede haber logrado un cierto progreso, pero resultó ineficaz en términos globales, puesto que prestó más atención al número de niños asistentes a las clases que a la calidad de la educación de todas las edades.
En un informe de la UNESCO se llamó la atención sobre la educación de baja calidad, en él se indicaba que más de 29 millones de niños dejan de ir a la escuela en el África subsahariana cada año. La razón puede ser que los niños no reciben clases de un alto nivel educativo porque en la mayoría de los casos las aulas son demasiado grandes y los profesores no tienen experiencia, formación o no reciben remuneración alguna.
Como resultado de la mala calidad de la educación, un padre sin formación presta más atención a sus necesidades a corto plazo y rechaza los beneficios a largo plazo de la educación, por lo que impide a sus hijos ir al colegio y empiezan a trabajar. Esto puede interpretarse como un resultado del fracaso de la ONU en la mejora de la educación de los adultos.
Dado que los padres no han experimentado una mejora en su calidad de vida provocada por la educación, desconocen las ventajas que traería a sus hijos y se mantienen por ello atrapados en un círculo de pobreza. Otro problema de educación es un currículum ineficaz, desfasado o irrelevante que no enseña a los estudiantes las habilidades esenciales para alcanzar el éxito en la zona en la que viven.
Además, muchos de los niños se enfrentan a la imposible tarea de concentrarse sin tener el nivel nutricional necesario para pensar de manera adecuada, porque la escuela carece de fondos para un servicio de comidas. Esos servicios de comidas podrían ser también un incentivo añadido para que los padres llevasen a sus hijos al colegio porque podrían comer de forma gratuita.
Arreglar la educación en el mundo en desarrollo
En septiembre de 2015, la ONU anunció que uno de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (los nuevos ODM) sería mejorar la «calidad» de la educación global. En esta ocasión el nuevo objetivo está centrado de manera más amplia en todos los niveles de educación y pretende eliminar las diferencias de género e ingresos.
Aunque este paso se ha dado en la dirección correcta, para alcanzar una educación total de calidad se necesita una mayor inversión en infraestructura, formación de profesores, desarrollo de currículum, material escolar, tecnología, servicios de comidas y una reducción de las tasas de matrícula. Aún más importante, el objetivo final debería ser asegurar que cualquier programa se centre en el aprendizaje y no sólo en la asistencia.
Hoy no sería posible diseñar un modelo educativo global que funcione en todos los países porque cada sistema educativo debe adaptarse a las dinámicas locales y culturales presentes en cada lugar. Esto quiere decir que los gobiernos nacionales deberían otorgar a los dirigentes regionales, padres y profesores un mayor nivel de autonomía en materia de educación, incluyendo una mayor libertad de diseño de currículum en cada región.
Es preciso poner un mayor énfasis en las habilidades que precisan los profesores para obtener un empleo en cada región en particular. Por ejemplo, un lugar como la isla de Palawan en Filipinas, que obtuvo el título de la isla más bonita del mundo pero que es también una de las zonas más pobres del país, debería prestar más atención a conocimientos relacionados con el turismo, como el aprendizaje de idiomas.
Países ricos en minerales como Perú o la República Democrática del Congo deberían valorar más los conocimientos de los profesores que lleven a asegurar un empleo relacionado con el mundo de la industria a través de la mejora en programas de matemáticas, ciencias o geografía que formen a futuros ingenieros o geólogos (una de las profesiones mejor pagadas de Perú).
Las innovaciones educativas puede ser parte de la solución
Hay esperanza para la mejora de la educación global. Muchas organizaciones están utilizando ideas innovadoras, como Un portátil por niño (OLPC por sus siglas en inglés), que ha desarrollado y distribuido millones de ordenadores portátiles duraderos, económicos y de baja potencia que permiten a niños de áreas rurales acceder a libros de texto, clases e información actualizada.
También ha puesto solución a los problemas de acceso a internet de las áreas rurales el proyecto Loon de Alphabet (del grupo Google), que ha desarrollado una tecnología que permite la existencia de conexión wifi en zonas rurales aisladas a través del envío de unos globos al espacio. De hecho, India está intentando utilizar el proyecto para combatir su baja tasa de usuarios de internet y combatir du bajo nivel educativo.
Además, BRAC, una ONG con sede en Bangladesh, ha logrado proporcionar una educación de calidad a los más pobres con su programa de educación no formal en primaria, que cuenta con un índice de abandono de menos del 5 %. Junto con ello, tienen un próspero programa educativo para adultos que pone el énfasis en las mujeres, a las que enseña a leer, escribir y a compartir sus recursos para que puedan llevar negocios con éxito. Otra gran innovación la trae Bridge International, ganador del premio a la innovación de The Economist en 2015, que ha desarrollado un modelo de bajo coste para la construcción de guarderías y escuelas primarias que imparten educación de alta calidad en África oriental.
Estas innovaciones pueden hacer que avance la educación global pero es necesario combinarlas con un aumento de las inversiones en el sector de la educación a escala global. La corrupción y la falta de conocimiento sobre la importancia de la educación lleva a que los gobiernos no inviertan el suficiente dinero en su sector educativo y que muchas veces hasta inviertan más en el militar.
Avanzando
Los países desarrollados también pueden tener parte de culpa como ya ha apuntado anteriormente Kevin Watkins, del Instituto de Desarrollo de Ultramar, que afirma que sólo un dos por ciento de la ayuda global internacional anual que se envía a países en desarrollo se invierte en educación. Para combatir esto, países como EE.UU., Canadá, Australia y países de la UE deben condicionar de manera más estricta sus ayudas y asegurarse de que se invierten de manera efectiva en el sector educativo de los países en desarrollo.
Resulta obvio que la educación no es la única solución para alcanzar un desarrollo humano y económico sostenible, pero no cabe duda de que es la base para un progreso real. En décadas venideras, con la ayuda de una mayor inversión y del uso de los avances tecnológicos, tendremos la oportunidad de dar a los pobres del mundo una educación de calidad y con las herramientas para paliar la pobreza.
Se puede usar el ejemplo de Corea del Sur, que en la década de los 60 era un país pobre con un terrible sistema educativo y que hoy se ha transformado en una potencia económica gracias a uno de los mejores sistemas educativos del mundo.
(Este artículo se publicó por primera vez en el Global Policy Journal el 4 de enero de 2016).
Botswana Guardian