Ser Congo en Estados Unidos no es tan fácil, por Nuno Cobre

5/11/2014 | Bitácora africana

Reseña literaria de ‘La Casa de la playa de Azúcar’ de Helene Cooper (3) de (5)

Volviendo a la vida de Helene Cooper, ésta se complica considerablemente cuando empieza la guerra civil liberiana, factor que la obliga a marcharse a los Estados Unidos, concretamente a Knosville, Tennessee, donde su estatus cambia radicalmente convirtiéndose en una ciudadana de segunda clase y dándose cuenta por primera vez de que es negra (un novio irlandés le llegará a decir que quiere tener hijos que se parezcan a él) Helene lucha, se va integrando y acabará haciéndose periodista (el caso Watergate fue lo que motivó a Cooper a ser escritora)

Helene viajará por todos lados, cubrirá hasta la guerra de Irak y después de muchos años en los EEUU volverá nostálgica a Liberia para reencontrarse con sus raíces y su hermana adoptiva a los que los Cooper habían dejado “tirada” en Liberia. Cooper afirmará, “estaba en el desierto (Irak) cuando tenía que estar en el bosque. No debería morir aquí, qué sitio más estúpido para morir. Si voy a morir en alguna guerra, debería ser en la de mi propio país. Debería morir en una guerra en Liberia.” A propósito de la Guerra de Irak, a pesar de que Cooper llegó a desear que empezase porque se aburría, acabará calificándola como una “estúpida invasión” y se preguntará “¿cómo deben sentirse aquellos que están recibiendo todo ese TNT?”.

Cooper vuelve a Liberia después de haber estado 23 años en los Estados Unidos, donde incluso renunció a saber nada de Liberia. Hasta que Cooper siente la fuerza de las raíces (llegando incluso a decir de los EEUU, “ese no es mi país”) Cooper aterrizará finalmente en una Monrovia caótica donde se reencuentra con Eunice, la cual no le guarda rencor. Helene regresa también a la casa de Sugar Beach que se ha deteriorado considerablemente. Evidentemente, resulta ser un viaje muy emotivo.

Como se ha dicho, la Guerra liberiana fue lo que obligó principalmente a Helene a abandonar el país. Pero ¿Por qué y cómo se gestó esta guerra? Básicamente porque los Congos instauraron un régimen tirano donde no se quiso educar a la población country mayoritaria, con la intención de que el poder residiese entre ellos en todo momento. Con el paso de los años la situación fue haciéndose insostenible y los liberianos nativos fueron incomodándose cada vez más con esta injusta situación. Un dato sintomático: en 1979 el 4% de la población poseía el 60% de la riqueza del país. De modo que después de 150 años de dominación del True Whig Party, los countries empezaron a reclamar un sistema multipartidista. Se produjeron revueltas en la Universidad lideradas por Amos Sawyer, un profesor de Ciencias Políticas de Greenville, el cual se había ofrecido como candidato a alcalde de Monrovia. Los Congos por su parte, ignorando las agitaciones políticas, se centraron en los grandes festejos que se celebraron al calor de la cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA) de 1979 donde Liberia ostentaba la presidencia. Incluso el actual ruinoso Hotel África llegó a abrir sus puertas por estas fechas con una discoteca que se hizo muy popular en Monrovia.

Pero la situación siguió empeorándose y recibió la estocada final con la crisis del arroz, alimento básico de los liberianos. La media de ingresos de los liberianos viviendo en la ciudad en ese momento, era de ocho dólares al mes. Los nuevos precios impuestos por Tolbert incrementaron el precio del saco de arroz hasta alcanzar los 30 dólares. La ministra de agricultura por aquel entonces era Ms. Florence Chenoweth. Para muchos liberianos nativos, esta subida del precio del arroz, fue la gota que colmó el vaso. Alentados por el creciente movimiento político de estudiantes y profesores de la Universidad de Liberia, miles de liberianos nativos se manifestaron el sábado 14 de Abril de 1979. Entre los estudiantes que salieron a la calle, había gente conocida como Gabriel Baccus Matthews, Teepoteh y Chea Cheapoo. Hubo muertos. Algunas estimaciones sitúan el número de bajas entre los 40 y los 140. Los muertos fueron enterrados por trabajadores del Gobierno al lado del cementerio de Palm Grove, donde se enterraba a los congos.

Después de la revuelta del arroz, Tolbert acusó a 33 personas, incluyendo a Gabriel Baccus Matthews, un Congo liberiano educado en los EEUU que paradójicamente era el líder del recién creado partido político disidente: el PAL (Progressive Alliance of Liberians) que pasó a denominarse PPP (Progressive People’s Party) A pesar de todo, Tolbert seguía en serios problemas: el PPP, se había hecho grande (incluso algunos Congos temerosos empezaron a autodeclararse countries reclamando vínculos tribales con los mismos) y el presidente endureció la reacción del Gobierno ilegalizando a este partido y deteniendo a 38 disidentes políticos, entre los que se encontraba Matthews al que se le acusó de sedición. Con todo, le situación se iba haciendo cada vez más insostenible y a Tolbert le estaba también costando muy caro el hecho de que no hubiera involucrado a los nativos liberianos en su base política y no hubiera sobornado a los jefes de las aldeas.

Justo lo contrario de lo que había hecho el anterior presidente, William Tubman quién se aseguró que los poderosos jefes locales colaboraban con él a cambio de pagos regulares que el Gobierno les hacía. Durante el mandato de Tubman, se propició además el surgimiento de una creciente clase media en Monrovia (que ahora estaba sufriendo una fuerte inflación con Tolbert). Con Tubman, la inscripción de los niños en la escuela primaria se había doblado hasta el 60% en 1960, aunque el analfabetismo de la clase adulta todavía era del 75%. Durante aquella época se pavimentaron también nuevas carreteras en el interior que facilitaron la recaudación del odioso impuesto, “tasa de la cabaña”, lo que mantenía al Gobierno con recursos.

Volviendo a Tolbert, éste también había intentado a su manera congeniar con los countries, luciendo por ejemplo la vestimenta ‘safari’, en lugar de los sombreros de copa y faldones que los Congos tradicionalmente acostumbraban a llevar en los días de fiesta. Pero dicha medidas y otras, resultaron ser claramente insuficientes. De modo que el presidente fue perdiendo fuerza progresivamente hasta que en la mañana del sábado 12 de Abril de 1980, un grupo de soldados liberianos nativos liderados por Samuel Kanyon Doe (un sargento de 28 años) entraron a la fuerza en la Executive Mansion y asesinaron a Tolbert (Cooper llega a decir que Doe recibió el apoyo de los norteamericanos) Con Doe en el poder, 13 miembros del Gobierno anterior fueron procesados: Cecil Denis, Clarence Parker, J.T. Philips, Elbert Philips, Joseph Chesson, Frank Tolbert, Frank Stewart y siete más. Estos 13 miembros del gabinete de Tolbert, fueron ejecutados en Barclay Beach con metralletas Uzi. Acto seguido, cientos de liberianos nativos se congregaron en el sitio y bailaron en la playa cerca de los cuatro mástiles de ejecución. La gente que apoyaba a Doe declamaban, “we are people”, o “we are”.

Original en : Las Palmeras Mienten

Autor

  • Sin que nadie le preguntase si estaba de acuerdo, a Nuno Cobre lo trajeron al mundo un día soleado del Siglo XX. Y ya que estaba por aquí, al hombre le dio por eso que llaman vivir.

    Sin embargo, durante mucho tiempo creyó Nuno que el mundo era sólo eso, sólo eso que se presentaba de manera circular y hermética ante sus ojos. Se asfixiaba. A veces. Pero algunos viernes o lunes por la mañana, una vocecita fresca y lejana le decía que habían otras cosas por ahí, que debían haber otras cosas por ahí.

    Y un día Nuno Cobre salió y se fue a la Universidad, y un día siguió viajando y al otro también, y al otro, mientras iba conociendo a gente variopinta y devorando libros sin parar… Entonces descubrió con un cierto alivio que no estaba solo. Que habían más. Cuando llegó la hora de elegir, Cobre decidió convertirse entonces en viajero sólido y juntaletras constante, pero quería más, un más que venía del Sur. Y fue así como el latido africano empezó a morderle tan fuerte que una noche abrió la puerta del avión y se bajó en un país tropical. África.

    Los temores. Llegó con cierto temor a África influenciado por la amarilla información occidental ávida de espectáculos cruentos y de enfermedades terminales. Y resultó que en lugar de agitarse, a Cobre se le olvidó la palabra nervios a la que empezó a confundir con un primo lejano. Y así fue como se llenó de paz, tiempo y vida.

    Tras varios años en África, Nuno Cobre sólo aspira a lo imposible: vivir todas las experiencias mientras le da a la tecla, a los botoncitos negros del ordenador que milagrosamente le proyectan un nuevo horizonte cada día.

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