Senegal. Una lección de democracia, por Antonio Molina

16/05/2012 | Bitácora africana

ALEGRÍA GENERAL DEL PUEBLO

Miles de personas celebraron en las calles de Dakar, a primera hora del lunes, 26 de marzo, que el presidente Abdulaye Wade había admitido la derrota en su intento de ser presidente durante un tercer mandato, haciendo temer que intentaría aferrarse al poder. Al conocer los primeros resultados de la segunda vuelta de las elecciones, y verificar que los votantes daban claramente la victoria a su rival, Macky Sall, Wade decidió telefonear a Sall aquella misma noche para felicitarlo, sin esperar la publicación de los resultados definitivos.
Incluso antes de que Wade tirase la toalla, miles de personas se lanzaron a las calles, cantando, bailando y tocando las bocinas de sus coches. Delante de la residencia del vencedor, el pueblo bailaba al son de la música emitida por altavoces de gran alcance.
Escenas parecidas acontecieron en la plaza de la Independencia de Dakar, donde docenas de jóvenes motociclistas gritaban y abucheaban, mientras ejecutaban arriesgadas acrobacias con sus motos en la plaza, vitoreados por la muchedumbre, delante del palacio presidencial..


CAMBIO DE AMBIENTE

Los días previos a la primera vuelta de las elecciones, el 26 de febrero, esta misma plaza era escenario de enfrentamientos casi diarios entre los manifestantes y la policía, que disparaba gas lacrimógeno y balas de goma para dispersar a la multitud. En total murieron seis personas en esos días.

Desafiando a las fuertes críticas nacionales e internacionales, Wade, de 85 años, se había presentado como candidato a una tercera legislatura. Wade había permanecido en actitud desafiante durante la campaña de la segunda vuelta, descartando, por absurda, la hipótesis de que pudiera perder, lo cual hizo temer, que llegado el momento de publicar los resultados, surgieran disputas. Al llegar el momento decisivo, Wade supo lo que debía hacer y supo perder con dignidad.

COMUNICADO DE LOS DOS CANDIDATOS

Wade dijo:”Queridos compatriotas: Al final de la segunda ronda de votaciones, (…) los resultados indican que el señor Macky Sall ha obtenido la victoria. El verdadero vencedor sigue siendo el pueblo senegalés.”

Ante los periodistas, después de recibir la llamada de felicitación de su predecesor, Sall declaró: ”Seré el presidente de todos os senegaleses.” Y agradeció a Wade su llamada telefónica, que recuerda otra del año 2000.

UN PRECEDENTE

En 2000, el presidente saliente, Abdu Diuf telefoneó a Wade para admitir su derrota. Este gesto fue considerado como el traspaso democrático del poder en Senegal. Único país del África Occidental, que desde al independencia no ha sufrido ningún golpe de estado militar. La rapidez en reconocer la derrota supuso un alivio para todos los que recelaban que, por primera vez, se vería empañada la trayectoria democrática de este país de África occidental.

Hay que reconocer que fue una derrota tremendamente humillante para un líder, que cuando fue elegido por primera vez, llevaba 25 años en la oposición. Sall, de 50 años, era el protegido de Wade y llegó a ser Primer Ministro, pero cayó en desgracia y abandonó el partido de Wade en el poder.

CAUSAS DE LA CAÍDA DE WADE

Su popularidad se arruinó en los últimos años, cuando os precios de los alimentos de primera necesidad se dispararon, por la continuada frecuencia de los apagones eléctricos y porque existía la percepción generalizada de que estaba preparando como su sucesor a su hijo Karim. Nada de faraones fundadores de dinastías, como tantos políticos pretenden serlo en África.

FELICITACIÓN DE ALI BONGO

El presidente, Ali Bongo Odimba, ha rendido homenaje a Wade por haber felicitado a su adversario. Estas son sus palabras:”Este avance democrático que honra a África, no hubiera sido posible sin su profundo apego y sincero compromiso con los ideales de paz y desarrollo. Es el testimonio de la coherencia de vuestro compromiso político y también de vuestras numerosas acciones a favor de la metamorfosis rápida de Senegal, sin contar con su incansable contribución para hacer de África el continente del futuro.”

ESPECTATIVAS POPULARES

La victoria de Sall supone una enorme responsabilidad. El pueblo espera que mejoren el empleo, la vivienda, la educación, la sanidad, la agricultura, la industrialización y las infraestructuras.
El primer reto es hacer frente a la crisis alimentaria, que según la FAO, amenaza a cerca de un millón de personas. El nuevo presidente debe desbloquear entre 20.000 y 25.000 millones de Frs. CFA.(entre 30 y 38 millones de euros) para ayudar a los más necesitados. Asimismo debe conseguir una bajada general de los precios de los artículos de primera necesidad: el azúcar, el aceite y sobre todo el arroz, base de la alimentación.

Regularizar el suministro eléctrico, que tantos votos perdió Wade con los famosos apagones.

En el plano político, Sall debe continuar buscando una solución al conflicto de Casamance. Wade había prometido solucionarlo en cien días…Sall no ha dado fechas, pero viajó a Gambia, el país vecino y tiene previsto hacerlo a Guinea-Bissau, en cuanto se normalice este país, para pedir a sus dos vecinos que se impliquen para relanzar el diálogo con los independistas de Casamance.

CONCLUSIÓN

Macky Sall fue ministro de Minas y Enegía (2002-2003), del Interior (2003-2004), jefe de Gobierno (2004-2007) y presidente del Parlamento (2007-2009) está preparado para gobernar a su país. El pueblo senegalés, en poco más de un mes, ha pasado de la mayor inquietud a un profundo alivio y a una gran esperanza, sentimientos que no habían experimentado en el último año.

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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