El 22 de marzo de 2009 se celebraron elecciones regionales, municipales y locales en Senegal. En dichas elecciones concurrían principalmente 3 coaliciones: la coalición Sopi que agrupa los partidos en torno al presidente de la República Abdoulaye Wade, la coalición Benno Siggil Senegal, con los principales partidos de la oposición y la coalición And Ligguey Senegal entorno al antiguo primer ministro del gobierno, Idrissa Seck quien fue acusado de malversaciones, encarcelado y expulsado del partido del presidente.
La campaña fue marcada por un séquito de violencias físicas y verbales. Quedará en la memoria de las y los senegaleses una campaña en la cual los candidatos de la llamada “Generación del concreto” liderada por el hijo del jefe del estado, Karim Meissa Wade, se desplazaban en jet privado para hacer campaña en pueblos donde los habitantes tienen dificultades para cubrir sus necesidades básicas.
En la corta historia política del Senegal independiente, no se conocía una gestión tan familiar de los asuntos de estado. En efecto Karim Wade es el todo poderoso presidente de la ANOCI (Agencia Nacional para la organización de la Conferencia Islámica). Dicha conferencia se celebró entre el 13 y 14 de marzo del 2008 y los senegaleses siguen esperando que se publiquen las cuentas de su gestión. Karim Wade rechaza tajantemente dar explicaciones sobre el manejo de los millonarios fondos de la ANOCI, exigidas por el ex presidente de la Asamblea Nacional, Macky Sall, quien fue también primer ministro, y ahora expulsado del Partido Democrático Senegales, partido del presidente. Esto, a la luz de los últimos acontecimientos, parece ser el primer escalón de un “proyecto monárquico” según la oposición, diseñado por el presidente para que su hijo le suceda. El segundo peldaño es la candidatura de Karim Wade a la alcaldía de la capital, Dakar.
Esta candidatura unida a una mala gestión de los asuntos públicos, la carestía de los productos de primera necesidad, el paro de los jóvenes que se embarcan en la peligrosa aventura de la inmigración clandestina, la arrogancia de la que hacen gala los miembros de Partido Democrático, la intolerancia llevada a extremos insospechados, y la incompetencia de sus ediles en la gestión de las colectividades locales, todos estos factores, llevaron a la coalición del presidente a una desbandada electoral sin precedente desde 2000 cuando accedió a la magistratura suprema. A pesar de un despliegue impresionante de toda una flotilla de jet privados y de un parque de rutilantes 4×4, de una distribución de dinero para granjearse simpatías, el hijo del presidente fracasó estrepitosamente en su primer asalto a las urnas. A pesar de la fortuna personal de la que hace alarde sin pudor, y que por cierto hubiera entregado por conquistar Dakar, fracasó. A una horas de las elecciones alardeaba de nunca haber perdido en su vida, pues ahora ya tiene una derrota y bien dolorosa. Los experimentados líderes de la oposición del Frente Siggil Senegal, hicieron campaña entorno a un rechazo absoluto del “proyecto monárquico” que cuajó en las conciencias de las y los senegaleses. El presidente y su familia sufrieron una derrota hasta en los colegios electorales donde votaron.
El sistema electoral ha permitido que el pueblo se exprese con libertad. Las elecciones han sido bastante limpias y sólo hay que deplorar pequeñas incidencias. El pueblo de Senegal ha dejado claro que quiere seguir caminando en la senda de la democracia y que ésta no pasa por la transmisión del poder de padre a hijo. El rechazo de este proyecto ha sido rotundo, y se espera que el mensaje haya sido captado por los protagonistas.
La población espera ahora de los líderes del Frente, que hagan buen uso de la confianza que se ha depositado en ellos. Ellos mismos se han dado cuenta de que, sin su unión no podrían hacer nada contra la potente máquina electoral de la familia Wade. Por lo tanto, seguir unida es el gran reto de la oposición senegalesa para caminar hacia las elecciones presidenciales de 2012.
Jeanne Rolande Dacougna Minkette.
Para Fundación Sur. 20-04-09.
La autora es senegalesa, y trabaja en BILTZEN, un servicio público de la Dirección de Inmigración del Gobierno vasco, en San Sebastián.
