Senegal confía en la “Primavera africana”

3/02/2012 | Crónicas y reportajes

La oposición de Senegal espera que el coctel de descontento social, un líder que se aferra al poder y la amenaza de que el poder del país se convierta en una herencia familiar, que ha desencadenado violentos disturbios, pueda también prender la mecha de la “primavera africana” con éxito.

Habiendo agotado todas las vías legales, los grupos de la oposición confían ahora en la presión de las calles, para obligar al presidente Abdoulaye Wade, de 85 años, a retirar su candidatura para un tercer mandato, que ellos han definido como un “golpe de estado constitucional”.

Es un frío invierno en la nación del África Occidental, relativamente hablando, pero un ardiente clima político ha hecho que los observadores establezcan paralelismos con las revueltas del pueblo versus el poder, que derrocaron regímenes en Túnez y Egipto, y después en Libia y Yemen.

Dado que estos levantamientos prendieron, muchos han mirado hacia el África subsahariana en busca de señales de una “Primavera africana”, en una región, en la que viven algunos de los líderes que más tiempo llevan en el poder, que ejercen con puño de hierro, del mundo. Wade, lleva en el poder 12 años, y normalmente no se cuenta entre ellos.

Sin embargo, una decisión del Consejo Constitucional, cinco jueces nombrados por el presidente, que dice que Wade puede presentarse para un tercer mandato, ha desatado una reacción violenta contra su régimen.

Desde el viernes, día 29 de enero, el Movimiento anti-Wade, 23 de junio, o 23 M, ha protestado con furia y de forma violenta en la plaza del obelisco de Dakar, llamándola “Tahrir Square”, icono de la revolución de Egipto. Los manifestantes hablan de la “primavera de Senegal”.

Algunas de las calles costeras de la capital, normalmente tranquilas, todavía bañadas en las luces rojas, verdes y amarillas de la Navidad, se han convertido en escenario de disturbios y destrucción, cuando los jóvenes se enfrentan a la policía y prenden fuego neumáticos, coches y tiendas.

Revoluciones democráticas

En cinco días, un policía, un adolescente, una mujer de 60 años y un estudiante universitario han muerto en la violencia.

Declarándose a sí mismos dispuestos a cualquier sacrificio, los oponentes de Wade han prometido que no tomarán parte en las elecciones del 26 de febrero.

“Definitivamente, Senegal ha sobresalido como uno de los países del África subsahariana que muestra trazos de una génesis de la Primavera árabe”, afirma David Kode, un analista de Johannesburgo, y experto en el África occidental.

Durante las revueltas en el norte de África, Senegal experimentó protestas contra los abrumadores cortes de electricidad y la subida del precio de los alimentos y el combustible. “La chispa surgió allí, en aquel momento, pero no se transformó en una verdadera llama”.

El día 29 de enero de 2012, el secretario general de la ONU Ban Ki Moon, hablando en la cumbre de la Unión Africana, celebrada en la capital de Etiopía, advirtió que las revoluciones del año pasado eran un “recordatorio de que los líderes deben escuchar a sus pueblos”.

En Dakar, el respetado sociólogo Hadiya Tandian, dice que establecer paralelismos entre los países árabes y África “no es una analogía clara”, ya que la democracia está firmemente arraigada en Senegal.

Desde los movimientos de la independencia para destronar a los autócratas de la post-independencia, muchos países africanos han tenido sus “revoluciones democráticas”.

Cuando Wade llegó al poder en el año 2000, después de 25 años en la oposición, hizo avances en la democracia poniendo un límite de dos, a los mandatos presidenciales. Medió en otros conflictos y fue un firme defensor de la democracia y el desarrollo en África.

Rabietas

Pero ahora Wade dice que puede quedarse otro mandato de siete años en la presidencia, a partir de 2012, porque el límite constitucional no fue introducido hasta 2008, después de su última elección.

“La imagen de un presidente anciano que intenta aferrarse al poder, incluso si fuera democráticamente elegido por primera vez, es una imagen que puede hacer que se establezcan paralelismos entre estos acontecimientos y los de Egipto, a los ojos de muchos Senegaleses”, según Paul Mally, un socio de la Chatman House, de Londres.

Wade cada vez ha sido más impopular porque la oposición cree que quiere quedarse en la presidencia otro mandato para dejar preparado el camino a su hijo Karim para la sucesión.

Cada vez más intransigente sobre su importancia para el país, Wade es tan desdeñoso con los agobiantes apagones eléctricos como con las protestas, que ha llegado a denominar “rabietas”.

Esta arrogancia, muy parecida a la de los anteriores líderes de Túnez, Egipto y Libia, que “subestimaron terriblemente el poder de la acción de los ciudadanos”, podría ser la perdición total de Wade, según Kode.

El gobierno dice que las manifestaciones de protesta de unas 10.000 personas demuestran que la oposición no ha podido movilizar a los votantes y queda por ver si hay voluntad e impulso para aumentar la presión a Wade.

“Puede que en el continente sólo estemos entrando en una fase en la que aquellos que quieren aferrarse al poder, manipulando la constitución son forzados a abandonar por el poder de la ciudadanía y no necesariamente mediante elecciones y el cañón de la pistola”, dice Kode.

(News 24, 02-02-12)

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