Se conocían de la Universidad de Arquitectura de Pamplona. Querían viajar a un país lejano como Argentina o Tailandia pero el billete más barato que encontraron fue a Bamako. Se plantaron en la capital de Malí sin saber en donde estaban. A partir de ese momento se lo tomaron con mucho humor. Se mezclaron con los locales. Escribieron en una libreta palabras y frases de wolof, mandinga y bambara. Esto les sirvió para tomar confianza con la población. Fueron enviados por los propios nativos de poblado en poblado, de ciudad en ciudad, sin dormir nunca en un hotel.
Kepa López de Subijana arquitecto de Bergara, Jon Kabia profesor de Educación Infantil de Getxo, Jon Ander Garmendia arquitecto de Getxo, Borja Ventades jefe de obras de Getxo, Leandro Pérez de Pamplona y Manu Diez de Mendabia han viajado por Mali, Casamance, Gambia y Senegal. Los cuatro primeros están en Levando Anclas relatándonos sus aventuras.
Han ido cargados de 300 gomas, lápices, bolígrafos, narices de payaso y pajaritas. Las llevaban a una Ong de Senegal a la que esperaban llegar en los últimos días de trayecto. Han sido un periplo que les ha llevado la mayor parte del verano de 2010. Llegaron hasta Djne, la ciudad medieval construida en barro que intereso de sobremanera a los jóvenes arquitectos. Navegaron por el río Níger en las embarcaciones tradicionales. Llegaron a pueblos que no aparecían en el mapa. Ali donde desembarcaban motaban una pequeña revolución en compañía de los niños que les iban a recibir. Estuvieron en el puerto de Mopti y llegaron hasta el País Dogón. Caminaron durante cinco días visitando las comunidades. Fue una de las zonas que más les gusto de todo el viaje.
Quisieron ir en tren desde Bamako a Dakar pero aquellos días no funcionaba, así que fueron en autobuses hasta la frontera con Senegal. En Casamance descansaron después de tanto ajetreo y trote. Se instalaron en Ziginchor en el interior de un restaurante playero que les cedió su amable dueño. Con él fueron tres días andando por los manglares. Llegaron a poblados costeros remotos en donde les invitaron a una boda.
Llegaron a Gambia y en una ONG dejaron el material escolar con el habían venido cargados. Además ayudaron a encalar uno de los edificios.
Tuvieron síntomas de malaria y fueron atendidos por médicos cubanos. Llegaron hasta Sali- Portugal a 80 kilómetros de Dakar en donde un francés les acogió gustoso en su casa.
Los seis jóvenes regateaban a los taxistas con bailes y cantos que realizaban alrededor de su vehículo.
Aprendieron canciones de los tuaregs y de otras etnias que interpretan a capela y nos tradujeron la letra en Levando Anclas el domingo 17 de octubre 2010.
