Seis días de las fiestas más grandes jamás vistas en Libia para celebrar los 40 años de Gaddafi en el poder

2/09/2009 | Crónicas y reportajes

Bandas militares, 400 bailarines, aviones acrobáticos y fuegos artificiales electrifican la calurosa y somnolienta Trípoli, capital de Libia, desde el día 1 de septiembre, al celebrar Muamar Gaddafi, con la fiesta más grande de Libia, su llegada al poder hace cuatro décadas.

Los seis días de celebraciones por todo el país del norte de África se han planificado para lanzar un mensaje al mundo de que el país exportador de petróleo, aislado durante tanto tiempo, está abierto de nuevo a los negocios, después de duros años de sanciones, según sus organizadores.

Pero la controversia todavía asola a Gaddafi, con Estados Unidos y Gran Bretaña enfadados por la “Bienvenida de héroe que se le ha dado en Trípoli al antiguo agente libio que fue liberado por Escocia, el mes pasado, de su sentencia de cadena perpetua, por el atentado con bomba de Lockerbie, que mató a 270 personas.

Abdel Basset al Megrahi, la única persona condenada por el ataque de 1988, al avión de la Pan Am, fue liberado por razones de compasión, ya que está muriendo de cáncer.

Libia ha invitado a docenas de jefes de estado occidentales, pero se espera que los líderes europeos se mantengan al margen, incluido el italiano Silvio Berlusconi, que visitó Libia el día 30 de agosto, para celebrar el primer aniversario del acuerdo de amistad entre Libia e Italia.

Apertura al mundo

El presidente Hugo Chávez, de Venezuela, acudirá a Trípoli y se espera que un montón de líderes africanos, entre los que se incluyen el de Zimbabue, Robert Mugabe, y Omar Al Bashir, de Sudán, asistan a la cumbre de la UA que se celebrará en la ciudad.

“Libia se está abriendo al mundo, ese es el mensaje básico”, asegura Philippe Skaff, que dirige el equipo encargado de coordinar el evento central de las celebraciones. Este equipo incluye compañías francesas y británicas.

“Esta es la primera vez que Libia recibe a miles de extranjeros con los brazos abiertos. Están concediendo visados para este evento, como nunca lo habían hecho antes”, añade.

Libia ha dejado de apoyar a los grupos armados revolucionarios de todo el mundo y ha hecho las paces con Washington, al abandonar un programa de construcción de armas nucleares y pagar compensaciones por varios ataques de los que Occidente acusa a Libia.

En casa, los partidos políticos siguen estando prohibidos y Gaddafi defiende incondicionalmente su sistema de gobierno a nivel local, con comités de alcaldía, pero que los más críticos con el líder libio califican estos comités de tapadera para el autoritarismo.

Pero las compañías extranjeras han vuelto a Libia en busca de petróleo y buscando contratos para construir carreteras, líneas de ferrocarril, redes telefónicas y escuelas, mientras que Libia trata de recuperar el tiempo perdido.

Mientras que Trípoli ha comenzado su cuenta atrás para la fiesta de seis días, los láseres alumbran hacia el caluroso y húmedo aire del Mediterráneo, desde los tejados de los hoteles de nueva construcción, en busca de la entrada de extranjeros.

Las luces adornan los edificios de toda la ciudad, los muros del antiguo casco urbano han sido blanqueados e hileras de verdes banderas libias hondean sobre sus polvorientas calles. Retratos de Gadafi adornan los cartelones y edificios de la ciudad, a veces con sus rasgos dibujados con luces de neón de colores.

Gadafi ha hecho de África el punto central de su retorno a la escena internacional, donando ayudas generosas a los países más pobres de África y haciendo campaña a favor de los Estados Unidos de África, con un ejército y moneda comunes.

(News24, Suráfrica, 02-09-09)

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