Durante 22 años el gobierno de Ruanda ha simplificado y descontextualizado la historia de las masacres de 1994 para intentar justificar al gobierno totalitario de Paul Kagame. Desde hace 20 años, también se ha utilizado para justificar el apoyo estadounidense en la invasión, ocupación y saqueo de la inmensamente rica República Democrática del Congo (RDC).
El 14 de octubre fue el sexto aniversario del arresto de la prisionera política ruandesa Victoire Ingabire y el 24 de octubre el vigésimo aniversario de la ocupación de la República Democrática del Congo por Ruanda y Uganda.
Partidarios internacionales de Victoire Ingabire utilizan los medios sociales y los hashtags #IngabireDay y #VictoireFREE para comunicar que han llamado al aniversario de su detención y encarcelamiento «Día Ingabire.» En diciembre de 2013, el Tribunal Supremo de Ruanda confirmó la condena de Ingabire por conspirar con terroristas, fomentando a los ruandeses a rebelarse e «ideología genocida».
En 2010, el año en que intentó presentarse a la presidencia contra Paul Kagame, pero que en su lugar fue a prisión, Victoire afirmó: «Me gustaría que entiendan que este juicio tiene motivaciones políticas, porque se me acusa de ser divisionista. Para nosotros, donde FPR (Frente patriótico de Ruanda) ve divisionismo, vemos el pluralismo político. Ellos tienen que aceptar la diversidad de nuestra sociedad y ver cómo se puede utilizar de manera positiva. Es la única manera de poner fin a los ciclos de violencia en nuestro país. Se me acusa de tener ideología genocida. Es un crimen al que a todos los rivales de este gobierno se les acusa. Para nosotros, donde el régimen de Kagame ve esta ideología genocida, vemos el derecho a la memoria y el reconocimiento de todas las víctimas, porque creemos que es la única manera de lograr una verdadera reconciliación en nuestro país».
A pesar de 22 años de informes de la ONU, que documentan las atrocidades del ejército de Kagame en Ruanda y Congo, Kagame y su socio, el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, han afirmado que sus tropas deben capturar a los responsables del genocidio hutu que escaparon al Congo en 1994. Todo ello pese a las abundantes pruebas que demuestran que las tropas están realmente allí para apoderarse de territorio congoleño y saquear sus recursos.
El presidente Bill Clinton estaba en el poder durante las masacres de Ruanda y durante las invasiones de Ruanda y Uganda de la RDC en 1996 y 1998. Aunque Clinton siempre afirmó su supuesta no intervención en Ruanda, a pesar de la documentación que demuestra que intervino para asegurarse que el aliado de Estados Unidos, el general Paul Kagame ganaba la guerra y tomaba el poder en Ruanda, sin importar el tan alto coste humano.
Artículo de Ann Garrison para Pambazuka News.