A principios de 2022, 12 millones de personas en África del Este se enfrentaban a una aguda inseguridad alimentaria, lo que significa que no conseguían hacer una comida al día. En noviembre de 2022, esa cifra ha aumentado a 21 millones de personas.
Es importante ir más allá de los titulares y estadísticas y recordar que se trata de mujeres, hombres y niños que sufren hambre cada día.
Eso es lo que Farm Radio International trató de hacer en línea en nuestro encuentreo del 2 de noviembre de 2022. En este atractivo evento, exploramos las causas y consecuencias de la crisis alimentaria en África Oriental, así como las soluciones que se están desarrollando sobre el terreno.
El encuentro contó con una impresionante variedad de participantes, entre ellos Sibi Lawson-Marriott, del Programa Mundial de Alimentos; Betty Mujungu, una locutora de radio ugandesa; y Brenda Mugwisagye Murangi, miembro del personal de Farm Radio Uganda y antigua locutora. También intervino Gizaw Shibru, de Farm Radio.
Cambio climático y seguridad alimentaria en África Oriental
El cambio climático está causando estragos en la agricultura africana, desde impredecibles patrones meteorológicos hasta desastres naturales e infestaciones de plagas.
Cuando las cosas no van bien y no hay suficientes alimentos para comer, las mujeres suelen experimentar con mayor crudeza los impactos del hambre, dada su tradicional responsabilidad en la obtención de alimentos. Según la locutora ugandesa Betty, «las mujeres aportan el 80 % de la seguridad alimentaria«.
El estrés derivado de la inseguridad alimentaria puede conducir a violencia doméstica, así como a decisiones desesperadas como el matrimonio precoz o la venta de bienes valiosos.
Un motivo de esperanza
La situación es grave. Sin embargo, hay razones para ser optimistas. Al fin y al cabo, muchos en la zona han sobrevivido a crisis anteriores y tienen la energía y las ideas para sobrevivir a ésta.
«No podemos permitirnos el lujo de tirar la toalla y pensar que no hay soluciones. Hay absolutamente soluciones, herramientas, cosas que se pueden hacer«, dijo Sibi.
La solución a la crisis alimentaria empieza a nivel local. Desde fertilizar el suelo con excrementos de gallinas hasta modificar prácticas de almacenamiento para reducir pérdidas posteriores a la cosecha; las soluciones locales son de bajo coste y eficaces. Además, ayudan a los agricultores a ser autosuficientes y a conseguir capacidad de adaptación al clima.
Lo que los agricultores necesitan es información e inversión, incluida la información adaptada a las mujeres, y eso es algo en lo que la radio puede ayudar a proporcionar.
Como explicó Gizaw: «Trabajamos con más de 1.300 emisoras de radio que emiten programas agrícolas en diferentes idiomas, más de 800 lenguajes diferentes. No sólo hablamos con ellos en francés o en inglés, sino que hablamos con ellos en kiswahili, amárico, hausa, bambara y otras. Hablamos y llegamos a ellos, y eso cambia su vida. Así que algo se puede hacer y se está haciendo«.